ELCHE. La etapa de Francisco Rodríguez al frente del banquillo del Elche ha arrancado. Antes de dirigir su primer entrenamiento, el preparador almeriense era presentado en la sala de prensa del estadio Martínez Valero por el presidente, Joaquín Buitrago.
Francisco daba algunas pistas de la negociación mantenida con Christian Bragarnik, confirmaba que ha firmado un contrato cuya vigencia expira a final de temporada ("No se ha hablado de más tiempo; los contratos hay que vivirlos") y se mostraba convencido de que se puede revertir la situación, salir victoriosos de una lucha por la salvación que consideraba "de las más igualadas".
"Todo entrenador que está en el paro quiere volver a trabajar, aunque normalmente eso es posible porque a un compañero le va mal; surgió la oportunidad a principios de la semana pasada y se inició un proceso de negociación que llegó a buen puerto el fin de semana. Vengo con toda la ilusión, esperando estar mucho tiempo aquí y que el día que me vaya sea con el reconocimiento general de que dejo un Elche mejor", decía Francisco, que se identificaba con el propietario en su "ambición": "Quiere mejorar cada día el club, su organigrama, darle más herramientas; tiene perfectamente en la cabeza lo que quiere y como a mí no le falta ambición", explicaba.
"Un equipo ambicioso, que sepa lo que tiene que hacer en cada momento"
"Tenemos que ser muy inteligentes, demostrar dónde estamos; se ha hablado de la mejor plantilla de la historia, pero la situación no es buena en cuanto a resultados, de ahí la destitución de un compañero; se perdió la confianza y hay que recuperarla", explicaba el almeriense, que decía haber visto un equipo competitivo en todos los partidos a excepción del duelo con el Betis, el que precisamente precedió a la destitución de Fran Escribá.
"Salvo el partido en casa con el Betis, este equipo siempre ha competido, ha sido ordenado y estado cerca de ganar; tiene muy buenas cosas trabajadas, pero también hay otras en las que mejorar, sobre todo subir el nivel individual, ser más contundentes atrás y valientes, incisivos, verticales delante, aprovechar los jugadores que tenemos en ataque", apuntaba Francisco, dejando claro que quiere un Elche "ambicioso, que sepa lo que tiene que hacer en cada momento" y que se adaptará al perfil de la plantilla: "Hay que adaptarse, ser inteligente y no encerrarme en algo; si los de arriba están bien habrá que jugar con dos puntas y lo mismo en defensa. A cualquier entrenador le gustaría tener esta plantilla. Hay jugadores de mucha calidad, de nivel, veteranos y jóvenes, con perfiles diferentes (...) tenemos que dar nuestro mejor nivel cada uno y conseguir una identidad de juego".
"No nos sirven los nombres, nos sirven los hombres"
Francisco se hace cargo del banquillo del Elche "en una semana complicada", en la que tiene el jueves tiene que jugar en Leioa la primera ronda de la Copa del Rey y el domingo coprotagonizar con el Cádiz un duelo por la permanencia en el Martínez Valero. El flamante nuevo técnico franjiverde dejaba claro que "lo importante es la Liga", pero que en Sarriena pondrá en liza "el equipo más competitivo para pasar de ronda".
El almeriense , que decía no haber participado en la preparación del choque de Pamplona, pero estar contento con el nivel ofrecido en el mismo por los que son ahora sus hombres ("Salvo en los primeros 10 minutos, vi un Elche superior, que tuvo más ocasiones que el rival; con mentalidad ganadora; fue un empate justo, hicieron un esfuerzo fantástico, pero hay que seguir creciendo"), se mostraba tajante cuando era preguntado por algunos futbolistas como el portero Edgar Badía, el mediocentro Iván Marcone o el delantero Darío Benedetto: "No nos sirven los nombres, nos sirven los hombres; aquí cada uno tendrá que ganarse su sitio. Todos son igual de buenos para mí", sentenciaba.
