ALICANTE. Final de trayecto para la aventura de la que fue una de las referencias en el sector de las nuevas tecnologías en la ciudad de Alicante. La ya extinta Servicios Informáticos de Software y Telecomunicaciones SL, más conocida por su anagrama Sistel, ha desaparecido formalmente tras la finalización, el pasado mes de mayo, del concurso de acreedores al que se vio abocada a principios de 2020.
Según han confirmado fuentes conocedoras del proceso concursal, la consultora tecnológica Aitana integró hace ya varios meses la unidad de negocio de Sistel, es decir, su plantilla, cartera de clientes, desarrollos tecnológicos y proyectos en marcha. Cabe recordar que Sistel pidió el concurso voluntario con una oferta firme de adquisición por parte de Aitana, que fue finalmente aceptada en el plan de liquidación.
La nueva dueña de la antigua Sistel, originaria de Valencia, aprovechó la coyuntura para introducirse en Alicante hace dos años, en pleno proceso de compra, con la apertura de una delegación en Panoramis Life & Business. En un primer momento, la firma contrató al CEO de Sistel, Manuel Cazorla, para abrir mercado y facilitar la integración, pero el empresario alicantino saltó luego a Teralco, otra conocida tecnológica local, en este caso de Elche.
La integración de la antigua Sistel en Aitana dejaba fuera de la operación la sede de la consultora tecnológica en Alicante. Un moderno edificio de 1.000 metros cuadrados en propiedad levantado desde cero en el polígono de Rabassa y que se inauguró en 2017. Según han confirmado fuentes conocedoras de la operación, el edificio ha sido adquirido por un fondo especializado en activos inmobiliarios, aunque no han trascendido ni el importe de la adquisición ni el destino que pretende darle.
El juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante, que instruía el concurso de Sistel, dictó el 29 de mayo el auto de conclusión del concurso por inexistencia de bienes, una vez realizado el plan de liquidación del administrador concursal. El informe del administrador destacaba, en este sentido, que el concurso no podía ser considerado culpable (es decir, que la liquidación de Sistel obedeciese a una administración negligente por parte de sus responsables) y que una vez realizados los activos incluidos en el plan de liquidación, no quedaba ya masa activa suficiente para seguir atendiendo pagos.
Entre los acreedores de la tecnológica alicantina figuran sobre todo entidades bancarias: Banco de Sabadell, Caixabank, Banco Santander, Targobank, Cajamar y Bankinter. Asimismo, acudieron al concurso la Tesorería de la Seguridad Social, la Agencia Tributaria y el Fogasa. El juez, de hecho, rechazó las alegaciones de dos de estas entidades al plan de liquidación propuesto por la administración concursal a finales de 2020.
Sistel fue una de las empresas decanas del sector tecnológico en la provincia de Alicante, y durante años ejerció como tractor de la innovación informática, con iniciativas como el 'Sistel Day'. Cazorla es, de hecho, uno de los informáticos más reputados de la Comunitat Valenciana. Justo antes de ir a concurso, en la empresa trabajaban unas sesenta personas, que atendían sobre todo a pymes, el principal cliente de la firma. Esa fue precisamente una de las causas de su quiebra, junto con la 'burbuja' IT que originó la llegada a Alicante de multinacionales tecnológicas atraídas por el Distrito Digital.
"Es un modelo perverso: los márgenes están cayendo y los salarios suben", explicaba Cazorla a Alicante Plaza tras pedir el concurso, en febrero de 2020. "El sector está viviendo un proceso de concentración en el que apenas quedan tecnológicas europeas". Un escenario en el que Sistel no pudo hacer rentable su modelo de negocio al trabajar sobre todo con clientes locales a los que no podía subir los precios. "No hemos sido capaces de contener los gastos sin perder nuestra esencia", resumía.