Catas en la Plaça del PalauELCHE. El Ayuntamiento de Elche ha sacado a concurso público la plaza del arqueólogo municipal, en situación de interinidad desde el pasado mes de octubre de 2020. Así lo mostraba un anuncio del Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el pasado viernes, un día después de que Recursos Humanos aprobase la convocatoria y bases específicas para cubrir la vacante en propiedad, de acuerdo a la Oferta Pública de Empleo de 2019.
Una convocatoria que sale por turno libre, y no por estabilización de la plantilla, por lo que se puede presentar a la misma cualquier titulado de carrera con esta formación que no sea de la administración local ilicitana. Eso sí, en este caso el concurso se ha convocado después de un año de polémicas en torno a las exhumaciones en el Cementerio Viejo, en las que al arqueólogo actual se le llegó a abrir un expediente disciplinario que finalmente ser archivó sin consecuencias, así como la causa judicial que llevó el PP a los tribunales por no haber contrato en estas actuaciones.
El proceso para el nombramiento del arqueólogo, aunque interino, no fue fácil, e incluso polémico, ya que en 2018, por un error de interpretación del departamento, según entonces el Decano del Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofías y Letras de Alicante, se dejaba fuera de todo el proceso a arqueólogos de dilatada experiencia. A quienes venían de planes de estudios anteriores. Después del requerimiento de subsanaciones y quejas, también por parte de colectivos conservacionistas del patrimonio, que llevaban tiempo pidiendo que se convocase la plaza ante la destrucción de patrimonio y escasa tutela arqueológica, se nombró a Víctor Cañavate dos años después.
Desde entonces, el arqueólogo se ha encargado de documentar y realizar tareas hasta ahora pendientes desde hace años en el Ayuntamiento. Por ejemplo, la extensión de la tutela arqueológica la zona del Raval y el Salvador, la puesta en valor reciente de bienes olvidados como el Castellar de la Morera, así como el seguimiento de las excavaciones en los últimos tiempos como el pavimento que ordenó conservar en la calle San Isidro o catas habituales de Aigües d'Elx, como la de Plaça del Palau de hace unos días. También ha estado dando soporte a otros técnicos de Urbanismo, como el caso de la elaboración del catálogo de vestigios del franquismo que había exigido la conselleria de Calidad Democrática.
En resumidas cuentas, una labor que llevaba años sin realizarse en la ciudad, con la tramitación de planes de protección y documentación o seguimiento arqueológico como el que se ha hecho en algunas calles del casco histórico antes de obras. Aunque ha salido más a la palestra en el último año por el procedimiento para las exhumaciones sin contrato en el camposanto, archivadas hace dos meses, sin responsabilidad alguna, así como tampoco por parte del expediente reservado que se le abrió en el Ayuntamiento. Ahora su plaza saldrá a concurso.
