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El Hércules afronta ocho partidos en los que se juega la permanencia y esquivar la desaparición

21/03/2021 - 

ALICANTE. Viendo algunas actitudes parece que no todos lo tienen suficientemente claro así que toca recordarlo: si el Hércules no logra un sitio en la Segunda B-Pro, es decir, si no logra la permanencia tendrá todos los números para desaparecer.

Un año después de eludir el descenso en los despachos y a solo unos meses de iniciar el año de su Centenario, el equipo blanquiazul se empeña en seguir arañando el fondo (al más puro estilo 'Síndrome de China'), sin reparar en que habrá un momento en el que se apague la música, se enciendan las luces y la fiesta toque abruptamente a su fin.

El Hércules ha cerrado la fase regular como cuarto con 24 puntos en el subgrupo 3B y en dos semanas iniciará una segunda fase en la que disputará ocho partidos (con formato de liguilla) ante cuatro conjuntos del subgrupo 3A: Cornellà (26 puntos), Lleida (26) y Llagostera (26) serán tres de ellos, mientras que el cuarto todo apunta a que será el Badalona (27), pero podría ser el Andorra (30); depende de lo que ocurra el próximo fin de semana (el subgrupo 3A está compuesto por 11 equipos, por lo que en la fase regular juegan dos partidos más que los del subgrupo del Hércules que, eso sí, en la segunda fase disputan dos encuentros más para compensar lo anterior).

Ahora bien, más allá de la identidad de sus adversarios (que no es un tema menor, como tampoco lo es el tipo de superficie en la que juegan sus partidos como local); de los puntos con los que lleguen a la segunda fase estos (siempre van a ser más que los blanquiazules); y del número de victorias que tenga que obtener el Hércules en los ocho encuentros que les restan (en la primera fase solo ha logrado la victoria en seis de los 18 encuentros disputados y ahora podría verse obligado a ganar hasta cinco de los ocho de la segunda fase) para acabar entre los dos primeros, la cuenta que debe espolear a los jugadores blanquiazules es la de evitar ser los protagonistas de la desaparición del club... Porque si el Hércules pierde la categoría, se queda sin un sitio en la Segunda B-Pro en la 2021/22 y da con sus huesos en la futura Segunda B (que la próxima campaña pasa a ser la nueva cuarta categoría del fútbol español), puede perfectamente ir a liquidación (voluntario o forzosa).

Además de armar un equipo competitivo, correr con otros gastos corrientes y, por ejemplo, regularizar de una vez su situación a la Agencia Tributaria (con la que se mantiene una deuda que ronda los 3.000.000 euros), el club blanquiazul vuelve a estar obligado a pagar a sus acreedores ordinarios algo más de 1.100.000 euros por temporada, toda vez que vence la carencia de tres campañas que se consiguió con el reconvenio en 2017.

El momento exacto en el que expira esa carencia no es un tema pacífico, pues la redacción del acuerdo en el que se plasma la segunda oportunidad concedida al Hércules por sus acreedores es tan ambigua que el auditor de sus cuentas ha pasado de informar a los accionistas en 2019 que la carencia vencía la temporada pasada y, por tanto, que había que pagar el próximo junio la citada suma, a decirles por escrito hace un año que la carencia expira a la finalización de esta y que, el primer pago se ha de afrontar en junio de 2022. Ahora bien, tanto si es este junio como el del año que viene, si atender esa obligación (ineludible, salvo que se quiera jugar con fuego y exponerse a que un acreedor inste la liquidación judicial de la sociedad) en la Segunda B-Pro ya sería complicado (no está nada claro que la comercialización conjunta de los derechos audiovisuales de los 40 participantes en esta nueva categoría vaya a reportarles sumas importantes; de hecho, ahora mismo no hay ni un operador interesado en ofrecer los partidos), en la Segunda B dependería que exclusivamente de que Juan Carlos Ramírez y especialmente Enrique Ortiz, pese a militar el equipo en la cuarta categoría del fútbol patrio, acepten rascarse todavía más el bolsillo y además de las cantidades que ponen cada ejercicio (unos dos millones de euros a fondo perdido (aunque este serán más de tres, teniendo en cuenta que no hay ingresos por la crisis del Covid-19) para que el club siga funcionando, también acepten pagar ese millón y pico adicional...

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