ALICANTE. La petición de comparecencia registrada por el grupo municipal de Ciudadanos (C's) para que el edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, ofrezca explicaciones sobre la situación de la llegada de Ikea a Alicante sólo prosperará en el pleno de este jueves si cuenta con el respaldo mayoritario de la oposición. Es decir, C's debe granjearse el apoyo de PP y de los dos concejales no adscritos, Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre, si quiere forzar al también vicealcalde y líder de Guanyar a informar sobre las fórmulas que se barajan para propiciar la instalación de la multinacional en la ciudad y cuáles son los avances en esta línea.
Parece una cuestión mecánica o de pura lógica, ya que, como cualquier otra propuesta, requiere del respaldo de la mayoría para que pueda aprobarse. Pero no lo es. PSOE, Guanyar y Compromís no pueden rechazar la petición de comparecencia sin más, pero sí tienen la potestad de asumirla por propia voluntad en un alarde de colaboración institucional o de voluntad de transparencia. Sin embargo, no lo harán. Los tres partidos fijaron este martes la que será su estrategia común en el pleno y, entre otros puntos, acordaron que la solicitud de C's se someterá a votación. Sólo si los 15 concejales que no tienen responsabilidades de gobierno hacen piña Pavón quedará obligado a facilitar información al respecto. Y, además, si se da esa suma numérica de votos, la comparecencia informativa no tendrá lugar hasta el pleno del mes de enero, según señalaron a Alicante Plaza fuentes del tripartito.
¿Qué tipo de información podría proporcionar? A tenor de sus últimas comparecencias, sólo la que él viene manejando como concejal de Urbanismo, que -como sigue sosteniendo- se limita a las opciones de procedimiento que ahora mismo existen o están sobre la mesa. La primera y las más rápida es que la multinacional abogue por instalarse en alguna de las parcelas que ya están preparadas para acoger una tienda al uso. La segunda, si la compañía sigue apostando por Rabasa, que se presente un plan parcial para que se reclasifique ese suelo que ahora sigue siendo rústico. La tercera, que ese plan parcial lo presenten los propietarios del suelo en el sector tras constituirse en agrupación de interés urbanístico. Y la cuarta, que como subraya Pavón aún no está ni contemplada normativamente, es que se tramite como Programa de Inversión Estratégica Sostenible (PIES). Mientras, como publicó este diario, la multinacional sigue sin despejar sus planes de futuro para Alicante.
¿Por qué el tripartito no acepta directamente la petición de C's sin forzar ninguna votación? Hasta este martes nadie facilitó una respuesta clara. Puede que se considere que no hay más información que facilitar que la ya detallada a través de los medios de comunicación; puede que se apueste por mantener la discreción por la que se ha decantado el alcalde, Gabriel Echávarri (PSOE), en sus últimas declaraciones sobre las negociaciones con la firma sueca; o puede que se esté planteando un pulso con la oposición, una especie de reto en busca de fisuras para ver si PP, C's y los no adscritos son capaces de fijar una postura común y votar juntos. Una circunstancia, la de la incapacidad de entendimiento, que los tres grupos vienen reprochando al propio tripartito desde el arranque del mandato.
Por lo que respecta al resto de asuntos de pleno, al margen de la comparecencia sobre Ikea y de la declaración institucional sobre la aplicación de la Memoria Histórica, se antoja controversia sobre un ruego de C's para que se dote de presupuesto a la elaboración de una auditoría sobre el servicio de limpieza de la vía pública (una de las condiciones del partido para apoyar el presupuesto) o sobre la declaración institucional registrada por el PP para solicitar la dimisión del conseller de Educación, Vicent Marzà, por gestión del programa Xarxa Llibres.