Los hermanos Manuel, Javier y Enrique Peláez, con su socio de la familia Al ThaniALICANTE. La decisión adoptada esta semana por varios países del Golfo Pérsico (liderados por Arabia Saudí) de aislar diplomática y económicamente a Qatar ha sorprendido a varias empresas españolas que mantienen lazos económicos más o menos estrechos con el pequeño emirato (su fondo soberano es accionista de Iberdrola, Colonial o IAG), entre las que destaca la alicantina Ecisa.
La constructora fundada en Alicante por Manuel Peláez Castillo hace casi medio siglo basculó hacia Qatar justo cuando la crisis hacía estallar la burbuja inmobiliaria en España: en 2008, Ecisa comenzaba en el emirato la construcción de una academia militar, una zona deportiva y un residencial de lujo en la capital, Doha, por 40 millones de euros. Hoy, Qatar no solo supone para la compañía alicantina su principal fuente de negocio (más de la mitad de su facturación en 2015 salió de allí), sino que el 25% de su capital social está en manos de un miembro de la familia real.
Al margen del fondo soberano QIA y de varias empresas participadas por éste (como Qatar Airways o Katara Hospitality, que tienen acciones de IAG y Colonial, respectivamente), la propia familia Al Thani, que gobierna la monarquía absoluta del emirato desde el siglo XIX, ha invertido a título personal en empresas españolas. Un ejemplo es el 10% de El Corte Inglés que tomó el jeque Hamad bin Jassim, exministro catarí de Exteriores. Y otro, el 25% de Ecisa Compañía General de Construcciones que adquirió la empresa local Al-Alfia Holdings, controlada por la dinastía Al Thani, a cambio de 40 millones de euros a finales de 2014.
El acuerdo reforzaba la presencia de Ecisa en Qatar y le abría de par en par las puertas de numerosos proyectos, dado que se aliaba con un socio local. A través de sendas ampliaciones de capital, la constructora alicantina ingresaba 40 millones y Al-Alfia se hacía con una cuarta parte de su capital social y con el 51% de la sociedad con la que la empresa de la familia Peláez trabaja en la zona (es requisito imprescindible para ser contratista ser una empresa local): Harinsa Qatar. Una firma con un millar de empleados de 17 nacionalidades, y que ya ha construido hasta la fecha ocho rascacielos en el emirato.
La empresa que dirigen ahora los hermanos Manuel y Enrique Peláez ha preferido no pronunciarse sobre la crisis abierta en el Golfo Pérsico o sobre cómo puede afectar a sus negocios en la zona. Fuentes diplomáticas consultadas por Alicante Plaza consideran, por su parte, que el efecto más inmediato que puede notar Ecisa es el encarecimiento del transporte aéreo (de materias primas y personal), al haberse cerrado a los vuelos con origen o destino en Doha el espacio aéreo de Arabia Saudí y de otra media docena de países en la zona. A más largo plazo, si la crisis se prolonga, Ecisa y cualquier otra empresa que trabaje en la zona podría verse afectada por la recesión de la economía catarí y la caída de la inversión aparejada.
El origen de la crisis, que ha estallado tras la visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la zona, hay que buscarlo en el conflicto permanente (con innegables connotaciones económicas) que viven Arabia Saudí y Qatar desde hace dos décadas. La apertura del emirato al mercado mundial, sus reservas de petróleo y gas y la cada vez menor dependencia de los saudíes (con quienes comparte su única frontera terrestre) han larvado una crisis diplomática espoleada por la preferencia de Trump por Arabia Saudí como socio estratégico en el Golfo.
En 2015, según las cuentas anuales de Ecisa, Qatar aportó el 51% de la facturación de la constructora, con 106 millones de euros de un total de 208. El negocio internacional de Ecisa supone de hecho más del 70% de sus ingresos, con Qatar como punta de lanza y Chile o el Magreb (con un 10% cada uno) entre sus mercados estratégicos. En el emirato, tras la alianza con Al-Alfia la facturación de Ecisa se duplicó en un año.
