ALICANTE. Su equipo había merecido como mínimo no irse de vacío, pero le penalizó la falta de puntería, algo que no había ocurrido en encuentro precedentes, como tampoco que el adversario lograse transformar una de las contadas ocasiones de que dispuso. Cabía pensar que el malestar provocado por lo anterior se encontraba parcialmente detrás del rifirrafe que protagonizó Sebastián Beccacece con el técnico del Amorebieta 'Jandro' Castro sobre el verde del campo 2 de la Ciudad Deportiva de Lezama una vez finalizó el choque, pero nada más lejos de la realidad.
Preguntado por lo sucedido en sala de prensa, el técnico argentino del Elche declinó entrar en el asunto, apuntando que "son cosas que quedan en el campo", que "lo importante son los futbolistas y la idea de juego" y que "no le daba valor". Sin embargo, su homólogo en el banquillo rival sí apostó por abordar el tema y arrojar luz sobre el mismo: según Castro, lo que sucedió tras el choque es que Beccacece declinó darle la mano, justificando su decisión en que antes del inicio del mismo el exfutbolista y preparador de Mieres no había hecho lo propio. El entrenador del Amorebieta justificó esto último explicando que le había confundido el pelo recogido de Beccacece (este sábado con un alzado que impedía ver su melena, el rasgo por el que Castro confesaba que esperaba identificarle tras haberle visto solo en vídeo), que por esa razón no le había reconocido y, en consecuencia, no saludado. Eso sí, también puntualizaba que el argentino también había podido dirigirse a él para saludarle y no lo hizo.
"El resultado no refleja lo que fue el juego"
Respecto al encuentro en sí, Beccacece apostó por ver el vaso medio lleno: "Mostramos una superioridad en el desarrollo del juego como nos gusta y queremos", decía felicitando a sus jugadores por lo anterior, pero también lamentando que hubiesen adolecido de la la efectividad necesaria, a diferencia del Amorebieta, del que decía que "sí había concretado la única (oportunidad) que tuvo".
"El resultado no refleja lo que fue el juego", señalaba también el preparador rosarino, antes de ampliar que habían terminado "con todos los futbolistas en el área rival, teniendo el control del balón y jugado por los costados" y que "de haber concretado una de las cuatro situaciones claras del primer tiempo" todo "hubiese sido diferente".
Una "identidad" sobre el verde que unida "al dolor" por el resultado que había visto en el vestuario en sus futbolistas aseguraba que le daba "tranquilidad para lo que viene".