ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante y los nuevos urbanizadores del Plan Parcial 1/4 de La Albufereta, que asumen la condición de agente urbanizador en relevo de Nozar desde 2021, imprimen un nuevo impulso al desarrollo del sector, pendiente de ejecución desde que se aprobó su ordenación, en el año 1991. Ese nuevo impulso se traduce en la división del proyecto urbanístico, en el que -al menos hasta ahora- se ha venido contemplando la construcción de un total de 1.420 viviendas, en dos polígonos o unidades de ejecución distintas: la A y la B. Y, a su vez, en la subdivisión de la primera de ellas en dos fases diferentes: la A.1 (en la que tendría cabida un máximo de 960 viviendas de hasta 10 alturas) y la A.2 (para la que, en principio, se proponen otras 344). Todo ello, sin modificar la ordenación vigente, según consta en la memoria técnica de la propuesta, que ahora queda expuesta al público durante un plazo de 45 días para la presentación de alegaciones.
Se trata de una alternativa coordinada entre la administración local y ese nuevo agente urbanizador (la Agrupación de Interés Urbanístico -AIU- que componen Aliseda, Inversiones Inmobiliarias Canvives y Polux Activos Inmobiliarios) con el fin de agilizar la ejecución de las obras de urbanización. En esencia, porque el Ayuntamiento sigue calibrando una solución definitiva para reordenar la zona del sector que limita con el encauzamiento del Barranco Juncaret-Orgegia, para la que, en principio, se pretende definir "una infraestructura verde que una la zona de la playa con las zonas más interiores del municipio alrededor de la infraestructura fluvial", según concreta la memoria de la propuesta.
Además, en esa nueva programación, según fuentes municipales consultadas, se estaría contemplando reducir "la presión edificatoria del ámbito", unir la Vía Parque con la Avenida Albufereta, unir la pasarela de Albufereta con la Calle de las Balsas e integrar a su vez el entorno del yacimiento arqueológico del Cerro de las Balsas, reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC), al que se pretende dar un tratamiento especial como parque arqueológico protegido.
Así, la alternativa planteada por la AIU aspira a secuenciar la urbanización del sector para que, al menos una primera fase pueda ejecutarse en el menor plazo posible, lo que agilizará el desarrollo de infraestructuras y servicios de interés general, además de la cesión de aprovechamientos en favor de la administración local y la puesta en marcha de la promoción inmobiliaria de las primeras viviendas contempladas en ese fase A.1.
El conjunto del plan parcial se extiende entre la calle de la Caixa d'Estalvis, la glorieta ingeniero Pedro Torres y la Calle Flora de España. La extensión del sector es de 18,9 hectáreas, en las que 64.368 metros cuadrados de la zona quedan reservados como suelo dotacional. Es decir, destinados para distintos servicios públicos.
No obstante, en esta primera fase (la ya citada unidad de ejecución A.1) se delimita una superficie de actuación de 128.087,38 m², con una edificabilidad estimada de 135.380 m² de techo (108.933 m²t residencial y 26.446 m²t terciario), lo que daría lugar a la construcción de las 960 viviendas ya citadas. La ejecución de sus obras se estima en un coste total urbanización de 13.475.807 euros de cargas fijas y 6.846.875,94 € de cargas variables, siendo el total de cargas de urbanización de la actuación de 20.322.683,15 €. Por su parte, para la segunda fase (la A.2) se plantea una superficie de 45.904 metros con un máximo de 344 viviendas.
En principio, la memoria estima en un plazo no inferior a cinco años el tiempo estimado para los trabajos de urbanización de cada una de las unidades de ejecución previstas. Y ello con la salvedad de que la programación definitiva de la unidad de ejecución A.2 -ahora en fase de diseño por parte del Ayuntamiento, como se ha dicho-, podría demorarse todavía otro año y medio más.
En cualquier caso, la subdivisión de esa primera unidad de ejecución se justifica en la conveniencia de retomar las obras urbanísticas que sí llegaron a bordarse a partir de 2003 y que quedaron suspendidas en 2009, que ahora presentan "diferente grado de conservación y deterioro, debido tanto al estado de abandono de la obra como a los actos vandálicos y el uso como área recreativa de mascotas que de las explanadas se ha dado desde la paralización de las obras", según concreta la memoria.
Con ello, según la memoria, "se conseguiría resolver la mayor parte de la problemática inherente a la ejecución parcial de las obras de urbanización y, por otro lado, generar una oferta de suelo residencial escalonada y sostenible, adecuada a las circunstancias del mercado".