Holly+VALÈNCIA. Muchas de las loas y las críticas y los debates sobre el papel de la inteligencia artificial, mientras se expande y populariza a ritmos de gigante, se centra en el texto y la imagen. Las herramientas más utilizadas generan respuestas en estos formatos, aunque la realidad es que esta tecnología lleva ya camino andando en la industria de la música.
Muestra de ello es la sesión de DJ que capitaneará Antonio J. Albertos, a través de su alias H4L 9000, en el Centre Octubre este jueves 18 de mayo, en el marco de las jornadas Databeers València. En ella propone pinchar exclusivamente música en la que haya intervenido la inteligencia artificial. A partir de ella, se pueden dibujar algunas de las coordenadas de la relación entre la música y esta tecnología.
La primera parte de la sesión estará compuesta por versiones de canciones conocidas del imaginario del pop, rock y hip hop, donde voces de artistas reconocidos (algunos de ellos ya fallecidos) se integran en canciones de otros grupos o artistas. Luis Miguel interpreta el tema de Camilo Sesto Vivir así es morir de amor, Freddy Mercury canta el Billie Jean de Michael Jackson, o Kurt Cobain el Song 2 de Blur.
Tal vez sea una de las aplicaciones más polémicas de esta tecnología. Los programas aprenden las voces de las que se puede recopilar más información y las puede manipular para que una canción compuesta por un persona desconocida la cante Liam Gallagher o que Duki haga versiones de todos los éxitos mainstream del momento sin que él apenas lo sepa.
El debate de fondo es, claro, el de los derechos de autor, que protegen las composiciones pero no las voces. “En realidad, no es una voz tal cual, sino una textura”, explica H4L 9000. Ariana Grande cantando canciones de María del Monte o Blanca Paloma se han convertido en un meme.
Un paso más allá fue Sony, que hace seis años generó Daddy’s Car, “una canción compuesta con Inteligencia Artificial al estilo de The Beatles”. Fue un experimento que no tuvo recorrido más allá de los titulares que se siguen haciendo eco de la prueba, pero abre la puerta a que la nostalgia musical ni siquiera acabe con la muerte del artista.
En todo caso, incluso ya se están generando éxitos con esta tecnología. Drake protagoniza algunas de las canciones sacadas a partir de una inteligencia artificial más populares. La última, una “colaboración” con The Weeknd llamada heart on my sleeve que acumula, en diferentes vídeos subidos a YouTube, más de un millón de reproducciones en apenas diez días. En Twitter se preguntaban qué dice de algunos artistas o tendencias musicales que a una máquina le cueste tan poco replicarles.
La otra parte de la sesión de H4L 9000 estará formada por artistas del ámbito de la música electrónica que desde hace un tiempo vienen incorporando programas con IA a su proceso creativo. Esta es la otra cara de la música y la inteligencia artificial, la que busca generar alianzas sonoras nuevas.
Se escuchará a Atom TM, uno de los numerosos alias de Uwe Schmidt, que el año pasado publicó su trabajo Neuer Mensch (Nuevo Humano), basado en la utilización de la IA en todos sus temas. También a Holly Herndon, la primera compositora en utilizar redes neuronales cantantes, que en su trabajo Proto utiliza la IA como un personaje performativo. Su avatar virtual Holly+ tiene un perfil en Twittter y una web donde la comunidad de artistas pueden utilizar la voz de la artista para crear temas nuevos en cualquier idioma. Ella presta su voz para que cualquier persona, incluso en directo como si fuera un filtro de autotune dirija con su voz la de Herndon.
Además de estos dos totems de la electrónica, se escucharán piezas de artistas emergentes como Saxo, LukHas y Yona, una cantante, compositora e intérprete virtual que existe gracias a la colaboración entre humanos y máquinas.
En este caso, la inteligencia artificial se une a la colección de herramientas de un productor, que a diferencia de un compositor, busca sonidos, textura, collages. La generación de estas canciones poco tienen que ver con el funcionamiento del archiconocido ChatGPT, sino que son aplicaciones que los propios artistas desarrollan para poder, incluso, utilizarlas en directo. Un algoritmo que se va perfeccionando, como es el caso de Yona, que en 2018 “sonaba demasiado poco humana”, si bien la carencia de una es la textura que buscan otros artistas de carne y hueso a través, por ejemplo, del autotune.
Explica H4L 900 que la inteligencia artificial “ya es una tecnología presente como tendencia en la música electrónica”. Como director del festival Volumens, “estoy muy atento a lo que se va haciendo”. No es para menos: Sónar también dedica la edición de su 30 aniversario a esta tecnología con cara y cruz.
