VALENCIA. A nadie se le escapa el proceso de desapalancamiento bancario que se sigue viviendo en la Comunitat Valenciana tras los excesos cometidos -y que el pinchazo de la 'burbuja inmobiliaria' los afloró-, que solo en los nueve primeros meses del pasado ejercicio obligaron a bajar la persiana en 104 sucursales, tal y como avanzó este diario hace unos días. De este modo, el número de oficinas de las entidades de depósitos ubicadas en la Comunitat Valenciana (bancos, cajas y cooperativas de crédito) se redujo hasta el mínimo histórico de 3.007, lo que representa una reducción del 40% respecto a las 5.061 sucursales que había repartidas por toda la Comunitat al cierre de 2008.
Sin embargo, Alicante Plaza ha constatado de diversas fuentes que el número de oficinas en las cooperativas de crédito autóctonas -domiciliadas en algún punto de Alicante, Castellón y Valencia- se ha desplomado un 70,5% desde el 31 de diciembre de 2008 como consecuencia de cierres o cambios de titularidad de entidades que se han fusionado. A esa fecha habían 831 oficinas de cajas rurales repartidas por toda la Comunitat Valenciana frente a las 245 actuales. Cierto es que buena parte de las mismas siguen abiertas pero bajo nombres de entidades no domiciliadas en esta región, como Cajamar, pero no menos cierto es que las cooperativas de crédito valencianas han perdido peso.
Casi el 77% de cierres (o cambios de entidad) han tenido lugar en la provincia de Valencia -concretamente 352-; mientras que 126 sucursales de cooperativas de crédito alicantinas han bajado la persiana desde entonces y en Castellón han sido 126. Varios han sido los factores pero princincipalmente uno: la integración de Ruralcaja en Cajamar firmada oficialmente en otoño de 2012. Conviene recordar que a finales de 2008, la extinta rural valenciana contaba con 462 sucursales en todo el territorio autonómico.
Solapamientos y duplicidades con otras sucursales también fusionadas en territorio valenciano llevaron a la primera cooperativa de crédito española (Cajamar) a reducir entonces el número de sucursales, puesto que, además de Ruralcaja, entre 2011 y 2013 integró tambien a otras cuatro cooperativas de crédito autóctonas: Caja Campo, Caja Rural de Castellón, Crèdit València y Caja Rural de Casinos.
"Ademas de ello, como el resto de entidades del sistema financiero, con esta medidas las cooperativas de crédito buscan adaptarse a la nueva realidad del mercado siguiendo las recomendaciones de reducir capacidad instalada emanadas de las instituciones supervisoras, así como dar respuesta a las demandas de las jóvenes generaciones de clientes que a futuro demandan servicio y atención financiera a través de nuevas herramientas digitales en lugar de oficinas físicas", apuntan fuentes cooperativistas de Cajamar consultadas por este diario.
Y no les falta razón porque con menos oficinas el Grupo Cooperativo Cajamar cuenta hoy más negocio tras ganar cuota de mercado y, por tanto, mejorar la eficiencia. Todo ello mientras el sector continúa esperando que el ministro De Guindos lleve a la práctica sus palabras de hace tres años, cuando advirtió que había llegado el momento de "actualizar el régimen jurídico de las cooperativas de crédito". Pero lo único cierto es que la Comunitat Valenciana tiene cinco cajas rurales menos que hace ocho años tras las absorciones/fusiones de las cinco entidades comentadas anteriormente con Cajamar.
Ni que decir tiene que el Grupo Cooperativo Cajamar -donde están presentes dieciocho de entidades valencianas- es el más potente del país con más oficinas, empleados, ofreciendo más servicios y manejando unos mayores números de créditos, depósitos y volúmenes de negocio que el conjunto de las 13 cooperativas de crédito domiciliadas en la Comunitat Valenciana: 18 integradas en dicho grupo y 13 'solteras'. Solo el Grupo Cooperativo Cajamar tiene 431 sucursales, 1.500 empleados, más de 20.000 millones de euros en volumen de negocios y concediendo durante el pasado año más de 1.000 millones de euros en crédito nuevo en la Comunitat.
Pero no todas las rurales valencianas han cerrado oficinas o han cambiado de titularidad en los últimos ocho años. Ahí está el caso de Caixa Popular que ha pasado de tener 59 entonces a contar actualmente con 67 en la que es la cooperativa más potente. Además, con dos particularidades: si a finales de 2008 no tenía presencia fuera de su ámbito local (Valencia), hoy dispone de una sucursal en Alicante y este próximo lunes abrirá otra en el municipio de Ibi. Una apertura que se sumará otra más en el barrio del Cabañal el mes que viene y que elevarán a 69 el número de sucursales de la entidad presidida por Benet Delcán.
"En Caixa Popular recibimos este 2017 con ilusión, puesto que celebramos nuestro 40 aniversario. Somos una entidad madura y responsable, que ya se ha consolidado como referente del sistema financiero valenciano. Un año en el que vamos a seguir creciendo de forma ordenada, abriendo nuevas oficinas, pero sin perder de vista nuestros valores y principios cooperativos", reconocían ayer por la tarde a este diario.