ALICANTE. La recuperación exponencial del sector inmobiliario en el ejercicio 2022, pese a los coletazos de la pandemia, la inflación, la guerra de Ucrania y (en la segunda mitad) los tipos de interés, ha sido desigual en la provincia de Alicante. Si bien la Costa Blanca en su conjunto muestra una evolución muy superior a la media del país (incremento del 25% de las compraventas sobre 2021, cuatro veces más que el resto del país) hasta 'empatar' con las cifras de 2007, último año previo a la crisis hipotecaria de hace quince años, lo cierto es que dicho crecimiento es mucho más notable en los polos turísticos (y no en todos) que en ciudades industriales o en el interior de la provincia.
Así, localidades como Torrevieja y Orihuela, el habitual 'doble motor' del sector en la Vega Baja tanto en los años del boom como en la posterior recuperación a partir de 2014, cerraron el ejercicio con un volumen de transacciones de vivienda muy superior al que presentaban en el último año antes de que estallase la burbuja. Un fenómeno similar se produjo en Xàbia o Benidorm, localidades donde, con unos términos absolutos más modestos, la compraventa de vivienda turística impulsa al sector hasta rebasar claramente las cifras precrisis.
La tendencia se rompe en el caso de Dénia, donde las cifras de 2007 estaban ya de por sí 'hinchadas' y que en la actualidad arrastra el problema de la incertidumbre por el PGOU y las licencias. El sector en la capital de la Marina Alta se recupera y crece respecto a 2021, pero se queda lejos de volver a las cifras de la 'burbuja'. Y lo mismo sucede en el caso de Elche o Alcoy, dos poblaciones industriales donde el peso del turismo residencial es menor. En cuanto a la capital, Alicante se queda entre dos aguas y no llega a superar las cifras de ventas de 2007, pero se queda cerca de igualarlas.
Así lo recoge la estadística del Ministerio de Vivienda sobre compraventas en el ejercicio 2022, donde en el detalle por municipios destacan las 7.806 viviendas vendidas en Torrevieja durante el pasado año, un 54% más que las que se vendieron en 2007, cuando se cerraron 5.064 transacciones. La ciudad de la Vega Baja es líder absoluto en número total de transacciones y en progresión del mercado, tanto respecto a 2021 (5.013 compraventas) como a los datos de antes de la anterior crisis.
En segunda posición en términos absolutos se sitúa la ciudad de Alicante, con 7.750 compraventas de vivienda en 2022. Una cifra próxima a la de la localidad salinera pero que sin embargo deja a la capital alicantina un 0,6% por debajo del dato de 2007 (7.803 operaciones). Y en tercer lugar figura Orihuela, en este caso con 5.238 compraventas de vivienda en 2022, lo que supone un incremento del 6,25% respecto a la cifra del último año de la 'burbuja'.
Elche, por su parte, registra 3.622 operaciones, por encima de 2021 (3.394 compraventas) pero lejos aún de recuperar el volumen de compraventas de la 'burbuja'. En 2007 se cerraron en la ciudad de las palmeras un total de 4.127 transacciones (un 12,2% más). En Benidorm son 2.324 compraventas, es decir, una cifra mayor que la del año anterior (1.749) y que, como en el caso de otras localidades turísticas, supera ya la del último año precrisis. En 2007 se vendieron en la ciudad de los rascacielos 1.792 viviendas, con lo que el crecimiento es del 29%. En Dénia, que también crece, se produce el mismo fenómeno que en Elche: las 2.156 transacciones de 2022 son un 41% menos que en la 'burbuja'. Xàbia, por su parte, registra un 41% más operaciones que en 2007, con 1.349 compraventas; y Alcoy un 25% menos (1.054 ventas).
Como adelantó Alicante Plaza este martes, en el cómputo provincial el mercado inmobiliario de la Costa Blanca creció un 25% respecto a 2021 y un 36% sobre 2019, el año antes de la pandemia, con un total de 57.946 compraventas de vivienda. Una cifra que supone el 8% de totas las viviendas vendidas en España el año pasado, y que deja a la provincia a solo dos puntos de volver a la cifra de la 'burbuja'. Eso sí, entre la situación actual y la de 2007 hay una clara diferencia: el 90% de las compraventas registradas se refieren a vivienda de segunda mano, y solo 5.500 son de obra nueva. En cuanto al valor económico, el mercado generó 8.700 millones de euros, algo por encima del dato precrisis (8.680 millones).