El departamento de Montón sólo contempla un hipotético proyecto en Rabasa o en cualquier otro emplazamiento de Alicante como reserva de suelo 'a futuro', ya que la prioridad es mejorar e impulsar la red actual de consultorios con nuevos servicios para acercar la atención al ciudadano y aligerar la presión sobre los centros hospitalarios
ALICANTE. Ni a corto, ni a medio plazo. El tercer hospital del área metropolitana de Alicante no está de momento en la agenda de prioridades de la Conselleria de Sanidad, centrada en el refuerzo y mejora de la red asistencial actual con el objetivo, precisamente, de evitar que los pacientes tengan que acudir de manera forzosa a un centro hospitalario. Portavoces oficiales del departamento que coordina Carmen Montón precisaron a Alicante Plaza que, de materializarse, la propuesta de reserva de suelo que se baraja en la nueva propuesta para la llegada de Ikea en Rabasa se contemplaría sólo como desarrollo de futuro, y no de forma forzosa para la construcción de un hospital propiamente dicho, ya que la actual estrategia del Gobierno valenciano es ampliar la cartera de servicios que se prestan en la atención primaria.
El reto es que los ciudadanos reciban una asistencia de calidad desde la proximidad, no construir nuevos hospitales que multipliquen exponencialmente los costes en obra, mantenimiento y personal. Así que la tendencia, como en otros territorios, es la de impulsar los centros de salud para que puedan atender las consultas de algunas especialidades o incluso cuestiones de cirugía menor, de modo que los ciudadanos no queden sujetos a listas de espera frente a operaciones prioritarias (lo que, a un tiempo, facilitará su descongestión).
El mejor ejemplo de esa política sanitaria es la intervención que se prevé acometer entre 2017 y 2019 en el consultorio de la calle Gerona, que da servicio al centro de Alicante, para acometer su reforma (pendiente desde hace casi una década) y transformarlo en un centro de salud integrado. De acuerdo con el proyecto desglosado este lunes, además de la atención primaria, el centro incorporará un Punto de Atención Continuada (PAC) para asistir urgencias; las consultas de especialidades como radiología, urología, salud mental, dermatología y oftalmología con cirugía menor en ambos casos, digestivo, endocrinología, neumología y medicina interna; laboratorio; rehabilitación, odontopediatría; urología; salud mental; aulas de formación y zonas específicas para la salud de la mujer.
La conselleria inyectará 30,4 millones en mejoras para los seis hospitales de gestión pública de la provincia en 2017, pero no contempla ejecutar nuevos proyectos
Como detalló Montón, el proyecto de ejecución quedará redactado en 2017 para que las obras puedan comenzar a ejecutarse en 2018, con un presupuesto base de 7,5 millones. Anunció además que, salvo imprevistos, el centro de salud de Benalúa podrá inaugurarse el próximo enero (sólo espera la dotación de suministro eléctrico, dijo) y añadió que a lo largo del próximo ejercicio se abordaría junto al Ayuntamiento de Alicante la mejora del centro de salud de Garbinet.
La consellera no dio plazos para el centro de salud del PAU 2, en San Blas (el último centro pendiente en Alicante ciudad), aunque sí concretó las inversiones de su departamento para la mejora de los seis hospitales de gestión 100% pública de la provincia tanto en equipamientos como en infraestructuras. En este último supuesto se trata del caso concreto del Hospital de La Vila, al que se destinarán 12,5 millones. En el de San Juan, se inyectarán otros 7 millones; en el de Elda, 3; en el de Alcoy, 2,6, en el de Elche, 3,1; y en el General de Alicante, otros 1,6.
O lo que es lo mismo, nada de nuevos proyectos hospitalarios. Es más, respecto al tercer hospital de Alicante (que con el PP en la Generalitat y en el Ayuntamiento se llegó a plantear en la zona sur del término municipal), Sanidad no contempla que por ahora exista una demanda asistencial que lo convierta en necesario, por lo que su posible encaje en Rabasa (o en cualquier otro emplazamiento) sólo se concibe como un proyecto a largo plazo, en términos de reserva de suelo.
Como avanzó este diario, la propuesta con la que se pretendería facilitar la llegada de Ikea a Alicante, ya completamente desligada del empresario Enrique Ortiz, tras el archivo de la ATE de Alicante Avanza, contempla una parcela de 100.000 metros cuadrados para la construcción de un hospital, además de otra de 80.000 metros para la construcción de ocho campos de fútbol (posible germen de una futura ciudad deportiva para el Hércules y otros clubes), otra para la implantación de entre dos y cuatro medianas superficies, otra de suelo empresarial no industrial y otra para dotaciones municipales por determinar.
El encaje de las dos primeras zonas -las superficies asignadas al hospital y a los campos de fútbol- sería incompatible si se aprobase el estudio de paisaje incorporado al catálogo de zonas protegidas del nuevo Plan General en los términos en los que se plantea su redacción actual. Ese estudio de paisaje, ahora en exposición al público, protege un área de tres millones de metros en el sector de Rabasa en los que se incluye a las lagunas y al paraje conocido como Las Lomas. Según fuentes municipales consultadas, el resto de usos previstos en los primeros planos sobre los que trabaja Ikea, la Generalitat y el Ayuntamiento podrían desarrollarse sin mayores complicaciones.