ELCHE. La startup Oscillum del Parque Científico de la UMH de Elche se abre a la posibilidad de poner sus etiquetas inteligentes que indican si un producto está en buen estado a la cosmética. De este modo, tal y como explica el cofundador y Chief Operations Officer de Oscillum, Luis Chimeno, a este medio, amplían su rango desde alimentos como carne, pescado o frutas y verduras hacia el mundo de la cosmética y también a la farmacia o a poder determinar la exposición de la piel al sol.
"Queremos aplicar nuestro know-how a otras líneas como la cosmética, porque interesa conocer la fecha real en la que una crema, por ejemplo, deja de ser útil o segura. También se podría aplicar a la farmacología y sería muy interesante detectar la degradación de principios activos como la insulina o vacunas. Sabe si funciona o no puede salvar vidas", explica Chimeno. Por otra parte, trabajan en campañas dirigidas al público consumidor para que conozcan la firma y su tecnología. Por eso, planean colaboraciones con empresas cosméticas y hoteleras para crear un identificador con el que saber el nivel de exposición solar. "Puede servir para indicar cuándo se debe poner la crema de nuevo. Trabajamos en esa posibilidad con el sector turístico y puede ser un modo de que el público conozca mejor Oscillum", asegura el Chief Operations Officer de la startup con base en Elche y el Parque Científico de la UMH.
Además, arrancan ahora su piloto de etiqueta para carne en México, con Open Innovation de Sigma. Está en fase de definición técnica. Su etiqueta da pasos y está en análisis de certificaciones y pendiente de su entrada en Latinoamérica. Su proyecto para frutas está en desarrollo con partners. La reciente ronda de 1,5 millones de euros que han conseguido desde CDTI la usan en poder incrementar equipo, en el desarrollo de tecnología y certificaciones para poder validar su etiquetado a nivel industrial y comercializarlo.
La idea de este proyecto surgió en Innova Emprende y, tras ver el interés de sus ideas, se lanzaron a la Maratón de la UMH. "En seis meses, tanto Pablo Sosa, Pilar Granado y yo vivimos un máster, no éramos emprendedores. Al principio había incertidumbre, pero el plan nos ayudó mucho. Nos formó para conocer sectores tecnológicos diferentes, finanzas, un plan de negocio o marketing, por ejemplo. Sin esa formación inicial no se puede comenzar y la obtuvimos sin coste".
Entraron con un plan para realizar una crema contra las estrías, pero era "muy ambicioso y requería mucho tiempo para lanzar y también dinero. esa idea está guardada. Pero de ahí surgió la iniciativa del etiquetado para alimentos, primero con prototipo y ahora ya con avances". A pesar de que la pandemia les pilló en medio del desarrollo, han salido adelante.
El indicador impulsado por Oscillum tiene varias partes importantes. Los polímeros son la matriz de la etiqueta ya que le confieren las propiedades mecánicas. Por su parte, los sensores químicos analizan el alimento y son capaces de detectar las moléculas producidas por la descomposición de los alimentos. La etiqueta, además, es biodegradable e inocua para el medio ambiente y para el alimento en sí.
Recientemente, Oscillum, fue escogida por KM Zero Venturing para ser parte de una selección en la que casi la mitad de las foodtech elegidas han sido fundadas en el extranjero, procedentes de países como Israel, Estados Unidos, Portugal, Francia e Irlanda. También, en junio fue ganadora del vertical Industry 5.0 durante la última edición de South Summit, que se ha celebrado en Madrid hasta el 9 de junio.
Las personas galardonadas son Marina Gomariz (TFG) y Víctor Crespo, Adrián López Murcia y José Alberto Jiménez en TFM.