ALICANTE. La guerra se piensa desde las armas, desde el ejército, desde los actores que intervienen directamente en el conflicto. Pero en toda historia hay personajes que se escapan del ojo de la cámara, roles cuyo trabajo hizo que la parte que no se ve funcionara y, por arrastre, que la vida pudiera seguir. "Las mujeres son las grandes olvidadas de la guerra civil", sentencia Bianca Aparicio, escritora de Los compases del tiempo. En esta novela, que se ambienta en el Alicante de la década de 1930, se cuenta el conflicto español desde la mirada femenina, afirmando que, pese a que quedaron en un segundo plano, fueron protagonistas. "Sin ellas, el mundo se hubiera detenido porque, mientras que los hombres iban al frente, las mujeres se convirtieron en el pilar de cómo se vivió en ese momento".
¿Y cómo se cuenta la guerra a través de una mujer? "Más dura. Lo que les tocó sufrir a ellas fue mucho más cercano que en los frentes, porque eran sus hijos y maridos los que no volvían o los que lo hacían malheridos", matiza la autora. Es por ello que la novela se narra desde la mirada de tres hermanas, que "tendrán que aprender a convivir con la dignidad pendiendo de un hilo", porque la guerra trastoca derechos y privilegios. "Tenían una vida acomodada y una dignidad que hoy en día damos por sentada, pero que, cuando estalló el conflicto, dejó de existir".
No solo durante el enfrentamiento se produjo el cambio social, sino que tras la guerra, al resultar vencedor el bando franquista, "una mujer pasa a no valer nada y desaparece lo que se había conquistado durante años", lamenta Aparicio. Y es que después de los bombardeos fue cuando "llegó el miedo, porque se perdió una guerra y vino la represión. Si hablaban se podía perder una vida, por lo que me pareció importante rescatar el testimonio de esas mujeres", justifica la escritora el hecho de publicar esta novela.
"hay tantas guerras como personas la vivieron"
Una historia ahora compartida que nació de una particular: la de su abuela. "Su casa estaba al lado del mercado central y ella vivió los bombardeos, el hambre, el miedo... Nunca se atrevió a contármelo", rememora la alicantina. Y, aunque su abuela no aparezca explícitamente, "todas las mujeres de esta novela tienen un poco de ella". Además, Aparicio aboga por conocer no solo la historia que está escrita en los libros, sino "las historias individuales, con minúsculas, porque hay tantas guerras como personas la vivieron. Y la literatura es una forma de rescatar eso del olvido y que no se termine de perder".
Los compases del tiempo ya suena a título de un momento pasado, evoca el color sepia de las fotografías y el polvo del álbum que las guarda en su interior. "El nombre de la novela hace referencia a la profesión del padre de las hermanas, que era relojero, pero también lo escogí porque el tiempo juega un papel en la novela; hay veces que se va atrás, hasta el secreto familiar que el lector va descubriendo con los saltos al pasado dentro de la obra", explica.
Sobre si la novela, que está ambientada en la capital de provincia, es únicamente para los alicantinos y alicantinas, Aparicio responde que es "para todo el mundo. Quienes son de Alicante van a ver a través de los ojos de las hermanas las calles y monumentos, y quienes no la conocen, van a tener la oportunidad de conocer la ciudad, que tenía mucha luz en ese momento antes de la guerra".