VALÈNCIA. La artista María José Llergo visita Sagunt el próximo miércoles 16 de agosto para despedir su gira Sanación. Lo hará en el teatro romano, un espacio muy especial para ella en el que le cantará a los orígenes y a la tradicionalidad. En el concierto, que define como un “espectáculo emocional”, estará acompañada de sus compañeros Paco Soto y Miguel Grimaldo quienes le harán más llevadera la despedida de una gira en la que invoca a su tierra y le canta a su familia, con un tono tranquilo y que no se deja llevar por los ritmos frenéticos de la industria. El flamenco de María José Llergo, que ahora se vive en el festival Sagunt a Escena, se muestra en esta gira en su estado más evolucionado. Su temas cuentan con letras más oscuras que le cantan a la muerte y el abandono, y con recursos musicales únicos,como el uso de sintetizadores o elementos relacionados con el mundo de la electrónica.
-Antes de empezar, ¿qué tal estás?
-Emocionada, me hace ilusión tocar en el teatro romano de Sagunt porque Sanación tiene mucho que ver con un sitio tan especial como este. Este lugar emana algo muy mágico, me hace mucha ilusión cantar ahí y quiero saber ya que me depara este concierto.
-Sanación es una gira sobre tradicionalidad y orígenes, parece un poco hecho a posta.
-En mi carrera, en general, es muy importante que todo tenga un sentido. Los lugares para mi son un detalle muy importante a tener en cuenta, es un plus de inspiración contar con ellos como parte crucial del show. Tocar en un teatro romano me hace pensar en las historias que se han vivido ahí y me parece mágico que ese escenario me acoja.
-También creas tus propios escenarios, en los que prima lo rural como en tu último lanzamiento Rueda, rueda, ¿qué cuentan los orígenes?
-Para mi hablan de la infancia, de la inocencia y de un entorno en el que aún no hay hostilidad. Yo soy así, tanto en la música como en la vida misma. Todos podemos elegir que nuestras palabras sean un puñal o un pétalo de rosa, y yo quiero ser un pétalo para todas las cosas. Para mi mantener esa esencia como artista es un acto de resistencia. Ya vendrá otra parte hostil a atacarme y tendré que aprender a sobrellevarla con resiliencia e inteligencia.
-Y para que exista esa resistencia hay que estar muy seguro del concepto de uno mismo. Hablaba hace poco con Silvana Estrada de lo que supone ser una artista emocional en un mundo en el que los ritmos son muy frenéticos, casi que hay que sobrevivir.
-Yo creo que hay dos maneras de verlo, o puedes ir por modas o más con otro ritmo y filosofía. Yo lo que sé es que lo que hago en mi vida se queda para siempre, para otros artistas será un disco más pero para mi es como el legado que yo dejo en el mundo, algo que se queda cuando yo me voy. En ese caso quiero que al menos sea sincero.
-¿Cómo es innovar para ti dentro de tu propio terreno?
-Creo que se trata de hacer lo que pueda con lo que tenga. Yo ahora tengo acceso a unos sintetizadores que antes no tenía, me voy encontrando “juguetitos nuevos” en mi camino musical y los incorporo a mi obra. Voy jugando con eso pero las melodías y las letras las sigo haciendo yo. Creo que hay una identidad subyacente en cada artista que siempre tiene que prevalecer, y que además es algo identificable.
-¿Con qué quieres experimentar ahora?
-Pues mira, me gusta muchísimo la electrónica pura y dura [ríe] y también la latina antigua. También me encantan los boleros, la salsa y el guaguancó. Soy violinista también, entonces la música orquestal me pirra. Siempre hay maneras de ir metiendo esto poquito a poco.
-Pero sin embargo manteniendo el tema: orígenes, tradiciones, crecimiento…
-Vivimos en un mundo tan moderno, tecnológico y avanzado que a veces se nos olvida lo subyacente y lo esencial. Hace falta que haya perfiles que nos recuerden hacia dónde vamos y de donde venimos, que nos hagan conscientes de la importancia de esto. Del camino, del origen, de lo rural… la gente no se para a analizarlo pero todo lo de las ciudades viene del campo, y muchas veces se desprecia.
-Y se desprecia a veces también a quienes hablan sobre ello.
-Al principio me resbalaban mucho esos comentarios, pero era más por miedo. Temía a los comentarios negativos, porque no me sentía preparada para afrontarlos. Pero ahora me siento muy tranquila con esto, he generado una comunidad muy sana en la que no hay espacio para el odio. Diría que como mucho tengo un 0,001% de hate, soy una persona muy pura, sociable y me gusta disfrutar siempre del aquí y del ahora.
-¿Y qué es lo que toca ahora?
-Hacer un fin de gira muy bonito, con la emoción que esto conlleva. Cuando acabe el verano empezaremos con todos los proyectos nuevos. Es todo muy frenético, no creo que tenga tiempo de descansar pero es lo que toca ahora. Las últimas tres fechas de Sanación están seleccionadas con mucho cariño, y los lugares son muy especiales.