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del derecho y del revés  / OPINIÓN

Las Hogueras toman Alicante

20/06/2022 - 

Se palpa en el ambiente. Después de tres años, por fin regresan las Hogueras en todo su esplendor. Atrás quedaron aquellos tiempos de la pandemia en que estábamos mirándonos los unos a los otros como sospechosos, y nos habían prohibido amontonarnos, e incluso reunirnos en casa con nuestras familias. El pánico se había extendido y no era para menos, pues el virus campaba a sus anchas y no sabíamos a qué atenernos, a juzgar por la devastación causada. En aquellos momentos las celebraciones populares parecían una utopía. Pasaron 2020 y 2021 y daba la impresión de que jamás iba a regresar nuestra vida de siempre, que nos íbamos a quedar eternamente en esa “nueva normalidad”, como se vino a definir por parte del Gobierno. Nos decían que la vida se tenía que hacer dentro de las viviendas. A pesar de todo lo acontecido, la situación ahora parece controlada y no nos inmutan ya ni la guerra de Ucrania, ni los problemas económicos que se han desencadenado en los últimos tiempos, ni los precios de los combustibles, para dejar de celebrar por ello las fiestas grandes de Alicante. Por fin ha llegado el momento de desquitarse de las privaciones anteriores, lo que muchos festeros ansiaban de veras.

Bajo a ver la mascletá del sábado. Está bien, pero esperaba más ruido, a decir verdad. Luego compruebo que estaba fuera de concurso, así que resulta entendible su tibieza. Queremos fiestas y que haya ruido, pues ya de perdidos al río con los problemas de la fuente de Luceros, recién restaurada. Resignémonos a que este año no va a ser lo del posible cambio de ubicación de las mascletás, que muchos creemos necesario para protegerla de la devastación de la pólvora. Los casi 150 kg. que gastará la Pirotecnia Ferrández de Redován el viernes 24 rozarán el límite de la potencia reglamentaria. Madre del amor hermoso, ¿realmente con esa cantidad de pólvora estaremos por debajo del umbral acústico doloroso, o nos quedaremos todos para los pinganillos? ¿Saldrán relinchando y huyendo los caballos de la fuente ante tal estruendo, o se desmoronarán?

Que no falte la fiesta, aunque en muchas barracas y racós parece que se las van a ver y se las van a desear por la falta de camareros. Otra vez salen a la palestra las malas condiciones laborales de este sector, en que los horarios son por lo general eternos y los salarios no acompañan, lo que ha llevado a que se hable de una carencia de más de 1.500 camareros en Hogueras. Me veo a las Bellezas haciéndose el bocata de salchichas vestidas de novia alicantina.

Miro el programa de las fiestas, en busca de la hora de apagado nocturno, o más bien de madrugada, de la música de las barracas. Que al poco de apagar la música vuelven a la carga con las despertaes. Nada, el programa no dice ni una palabra. Siempre es lo mismo. Al final acabarán a las cuatro o las cinco de la madrugada, y los vecinos que no participan de la fiesta tendrán que aguantarse, claro. Para mí esta es una de las asignaturas pendientes de las Hogueras. El ruido día y noche, quiera uno o no participar de la fiesta, y la ciudad tomada casi por completo. Hay gente que realmente no puede participar de las fiestas y que solo las padece: enfermos, personas ingresadas en el hospital, bebés… son sufridores silentes, y a nadie parece preocuparle. Espero que este año al menos no vuelvan a plantar delante del Hospital General, como hicieron en años anteriores, pues me resulta incomprensible que autoricen semejante dislate.

Otra de las asignaturas pendientes es el tráfico, que suele ser un verdadero caos durante todas las fiestas y da la impresión de ser algo inexorable a lo que haya que resignarse, sin más. Parece que no haya ningún plan para solucionarlo y lo de los cuatro drones que han puesto a vigilar parece de cachondeo, ¿de veras creen que van a solucionar algo así? ¿Qué hacemos los pobres pringados que no tenemos otra que seguir trabajando durante las fiestas para conseguirlo?

Y, por último, hablaría la limpieza, o, mejor dicho, de la suciedad que acarrean las fiestas. Me gustaría saber los números reales de las fiestas, lo que se consigue ganar frente a lo que se invierte. Las cuentas se suelen hacer de manera absolutamente tramposa, sin descontar lo que ensucian y destrozan quienes que participan de fiestas populares como ésta. Espero que no vengan bestias pardas a reventar la ciudad impunemente, amparándose en el mogollón.

Que conste en acta que a mí las Hogueras me gustan y las disfruto, pese a que no las haya mamado desde la infancia, pues las he ido entendiendo más más con el tiempo. Incluso llegué a comprarme indumentaria de alicantina hace unos años y a lucirla como es debido. Mi vestido está pasado de moda y no lo luciré este año, pues ahora van más de huertanas y además me pilla demasiado cansada, tras el arranque de mi despacho profesional, para ir luciendo el vestido hincado en las caderas por todo Alicante. Lo dicho, pienso que nuestra ciudad tiene pendiente un plan, para que las fiestas resulten agradables para todos los alicantinos, independientemente de que sean o no partícipes de las mismas.

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