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en la frontera  / OPINIÓN

La Dama de Elche: soniquete y trasfondo

30/01/2022 - 

Desde que tengo uso de razón periodística, allá por el Pleistoceno, se ha reclamado en Elche una cesión del Estado (temporal o definitiva) de la Dama de Elche, custodiada como está en el Museo Arqueológico Nacional. En los años ochenta se barajaba una idea ingeniosa: convertir el yacimiento de La Alcudia en una sub-sede del citado Museo con lo cual no tendría sentido hablar de cesión ni de traslado. No me acuerdo muy bien si aquello, años ochenta, era una idea o una ocurrencia. No iba desencaminada en cualquier caso. 

La cosa cayó en el olvido. Hasta que en 2006, cuando era alcalde Diego Macià, y Carmen Calvo ministra de Cultura, se consiguió una cesión temporal habilitando con fuertes medidas de seguridad y de protección técnica un recinto en el Palacio de Altamira. La gesta se celebró por todo lo alto, no era para menos: rebrotaron todo tipo de transferencias semánticas otorgando al busto las cualidades propias de un tótem identitario. Se veneró el busto del mismo modo que en el mes de agosto se venera a la Mare de Déu al calor de las representaciones de La Festa

El fervor popular, atizado por los políticos, rozó niveles próximos al éxtasis. Y el partido que gobernaba, el PSOE, ganó muchos enteros.

Los sentimientos siguen siendo más o menos los mismos. Aunque en el trasfondo de una cesión hay un interés legítimo y noble: los cientos de miles de turistas que acudirían a Elche para visitar el icono universal del arte ibérico y la repercusión económica que ello supondría. Eso, y el gol político que se apuntaría el alcalde Carlos González, ahora en horas bajas (Alejando Soler  le está removiendo con ganas su estatus y su futuro político). Dejemos de lado lo del gol político. Vayamos al soniquete: décadas de una reivindicación que prácticamente se ha ido al traste tras un informe de la Dirección General de Bellas Artes con Isaac Sastre de Diego al frente alertando de los graves riesgos que se corren por el delicado estado de conservación de la escultura : don Sastre, el enemigo público número de Elche. Sastre sustituyó hace un par de meses a Lola Jiménez-Blanco que precisamente dimitió por su contundente oposición a la cesión de la Dama.

Y mientras ha ocurrido todo esto, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, ha jugado a proporcionar falsas expectativas en un ejercicio de extrema frivolidad, como suele ser habitual en él. La frivolidad también es trasfondo: vaya que si lo es. Hasta el punto de que don* Iceta acuñó, o relanzó, como se prefiera, el concepto de federalismo cultural para justificar el traslado de la Dama, propiedad de Elche en este paradigma en vez de propiedad del Patrimonio Nacional. 

Claro que para que haya patrimonio nacional tiene que existir antes un concepto nítido de nación, estimado Pablo Ruz: una tonelada de trasfondo conceptual. El Guernica es de los vascos (Picasso se revolvería en su tumba), la Dama de Baza de los granadinos... y Nefertiti es de los egipcios, es decir, de Abdelfatah El-Sisi. Si finalmente se aborta la cesión de la Dama, que por ahí va el camino, el enemigo público número debiera ser Iceta (no los técnicos de Bellas Artes), por no saber callar ni bajo el agua. Obviamente, en Elche nadie se cree el argumento de los serios riesgos que comportaría un nuevo traslado: si ha pervivido siglos y siglos, si en pleno franquismo trajeron el busto en una furgoneta amarrado con cuerdas, y si anteayer como quien dice viajó con todo tipo de blindajes....¿Qué ha podido cambiar?

El soniquete. La reclamación de la Dama, décadas, no puede ser en ningún caso pretexto para la anemia cultural que padece Elche. Anemia o desidiaalgo que tampoco se puede suplantar con ideas fantásticas como la que acaba de gestar el equipo municipal de Gobierno proponiendo la construcción de un segundo Gran Teatro en Carrús, en el solar de la antigua fábrica Jayton el mismo terreno sobre el que se pensó para albergar un centro de congresos: y años atrás, cuando Alejandro Soler era alcalde, un palacio de la ópera, o algo parecido. Elche no necesita un segundo gran coliseo disfrazado con salas para usos socio/culturales y mini-cines. Tampoco lo necesita València. Ni Alicante que ahora celebra el 175 aniversario del Teatro Principal. Elche, la tercera ciudad de la Comunidad Valenciana (otro soniquete) necesita unos presupuestos dignos para el área de Cultura.  Y una colaboración activa de la Conselleria de Cultura, de la Generalitat en definitiva, que no asoma por casi ninguna parte: ni está ni se le espera.

CODA: ¿Por qué ha decidido el grupo Baraka, de Trinitario Casanova, ejecutar la opción de compra del cine Ideal de Alicante por un precio que podría triplicar alguna de las tasaciones que se han esbozado desde la Generalitat? O bien porque cree firmemente en su proyecto hotelero, o bien porque la familia propietaria ha delegado en Baraka una venta lo más ventajosa posible a la Generalitat. Luis Barcala no se moja en cuál sería la opción más idónea, si hotel, si centro cultural. Yo sí: que se intervenga y rehabilite el edificio lo antes posible, por vía de extrema urgencia, para salvarlo de la ruina: aunque para ello sea preciso pasar por encima del cadáver, es un decir, de un puñado de burócratas. El garantismo en la preservación del patrimonio nunca puede ser sinónimo de talibanismo.

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