ALICANTE. Todos sabemos que cuando llegan fechas señaladas, por cualquier motivo, nos embargan los recuerdos más intensos de los seres queridos que ya no están con nosotros. Navidades, Semana Santa, vacaciones, una estancia en esa casa de recreo en la que él o ella tanto disfrutaba… Marzo es uno de esos meses en los que celebramos una festividad que, para algunos, supone el resurgir de esos recuerdos, embriagados en esa congoja que nos azota cuando el calendario marca el número 19, Día del Padre, de ese padre que ya no tenemos al lado.
Normalmente, los españoles solemos organizar ese día una comida en la que el protagonista es el padre de familia, al que se le hacen regalos y se disfruta de su compañía. ¿Pero qué ocurre cuando papá ya no está con nosotros? Naturalmente, la celebración es diferente, y, al igual que ocurre en Navidad o en otras fechas señaladas en nuestro fuero interno, el duelo nos lleva a la nostalgia, a recordar su memoria, refrescando sentimientos que pensábamos que habían quedado atrás.
Una buena forma de que el desasosiego que nos inunda se torne en nostalgia positiva puede ser recordar a papá con todo aquello que a él le hacía feliz. Celebrar el día tal y como lo haríamos en su presencia, con una reunión familiar, un encuentro en tono positivo y de unión, en el que poder recordar su compañía. Pero también hay otras fórmulas para hacer más llevadero ese día tan especial, mediante acciones concretas como La Otra Esquela, una propuesta de Grupo ASV Servicios Funerarios que pone a disposición de familiares y seres queridos de las personas fallecidas. Se trata de un servicio que permite la creación de una "esquela personalizada".
No una esquela gris, tradicional y aséptica, sino un recordatorio colorido, con memorias personales volcadas por todos aquellos que quisieron a papá, con todo por lo que merece la pena recordar y que pueda ayudar a convertir un momento gris en un alegre homenaje a su recuerdo. Una sucesión de imágenes cargadas de simbolismo y sentimiento que, mediante un mensaje personal y emotivo, se convierten automáticamente en un recuerdo asociado a esa persona importante que ya no está.
Ver acercarse el Día del Padre puede resultar un desafío para quien tenga su pérdida reciente. El calendario, en ocasiones, sirve para aflorar sentimientos pasados. Pero con paciencia, madurez, compañía y un proceso del duelo guiado por expertos, podemos llegar a transformar toda esa pena en un hermoso homenaje.
El Día del Padre es una conmemoración que invita a muchos al recogimiento y al recuerdo. Se trata de una conmemoración cuyo origen no todo el mundo conoce, en la que, además de hacer regalos y celebrar con los padres presentes, se honra y recuerda a los ausentes. El 19 de marzo se celebra en España el Día del Padre. A diferencia de otras conmemoraciones modernas que tienen orígenes puramente comerciales, su celebración tiene una motivación diferente y relativamente reciente. A principios del siglo XX, un caso individual ocurrido en Estados Unidos motivó que comenzase a celebrarse este día como un homenaje global a los padres.
William Jackson Smart, veterano de la guerra civil norteamericana, quedó viudo cuando su esposa, que ya había soportado cinco partos, no pudo sobrevivir al sexto. El hombre tuvo que hacerse cargo de seis niños y, años después, su hija Sonora Smart Dodd promovió el festejo para agradecer a su padre todo su esfuerzo y trabajo. Este caso dio alas a otras muchas familias que querían honrar a sus padres, y poco tiempo después, en 1924, el entonces presidente estadounidense Calvin Coolidge apoyó la celebración del día del padre a nivel nacional, y unas décadas después se estableció el tercer domingo de junio como “Día del Padre” en Estados Unidos.
Se trata de una jornada que se celebra a nivel mundial, aunque no todos los países lo hacen en la misma fecha ni de la misma manera. En España, por su tradición católica, la fecha se hizo coincidir con San José, padre de Jesús de Nazaret. Comenzó a celebrarse a finales de los años 40, en un contexto de postguerra, y hoy en día se mantiene como una tradición arraigada y conocida en todos los hogares y familias.