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zarzalejos advierte de que hay que acertar con la vía

KPMG: "La liquidez actual es una oportunidad para reestructurar la deuda de las empresas"

1/06/2021 - 

ALICANTE. La abundante liquidez existente actualmente en el mercado representa una ventaja para que las empresas logren reestructurar sus deudas y cumplir con sus planes de negocio, en un escenario de sobreendeudamiento provocado por la pandemia del covid. No obstante, una mala elección de la vía de financiación puede poner en riesgo el futuro de sus proyectos. Para ello, los empresarios deben diferenciar primero si sus necesidades de financiación son para atender las necesidades del negocio o de los accionistas.

Así lo ha puesto de manifiesto los expertos de KPMG reunidos por la Asociación de la Empresa Familiar de Madrid para analizar las alternativas de financiación que se les presenta a las empresas familiares en el actual escenario. "El reto que tienen las empresas en general es identificar cuáles con las fuentes idóneas de financiación que acompañen al proyecto empresarial, y para ello lo primero que hay que hacer es determinar si la necesidad de financiación es por cuestiones de negocio o de estructura de capital", explica José Antonio Zarzalejos, socio de Corporate Finance de KPMG España.

Entre las situaciones de negocio que pueden exigir de financiación externa se encuentran el crecimiento mediante adquisiciones de empresas; el abordaje de mercados exteriores; la diversificación mediante nuevas líneas de negocio o el reforzamiento de las estructuras internas para abordar el crecimiento orgánico. En estos estos casos, los expertos recordaron que las fuentes de financiación disponibles están representadas por la banca tradicional, los mercados de deuda como el MARF o los fondos de deuda, recomendados solo para empresas que estén saneadas y en crecimiento. "Todas estas fuentes son compatibles en un mismo proyecto empresarial", aclara Zarzalejos.

Gonzalo Montes, socio responsable de Debt Advisory en KPMG España, explica que en el caso de tener que abordar un reordenamiento de la estructura de capital de una compañía, bien por la salida de un socio minoritario, por necesidades de un cambio o sucesión generacional o por la desinversión de socios, existen alternativas como la entrada de fondos de capital privado o de socios industriales. "En cualquier caso, lo que debe quedar claro es que existen posibilidades de financiación para empresas de todos los tamaños, desde un millón de euros de Ebitda", señala.

Financiación bancaria vs capital riesgo

Otro de los aspectos a tener en cuenta, según los expertos, es el de las características inherentes a cada forma de financiación. Zarzalejos subraya que la financiación bancaria, aun siendo la más barata e "idónea para situaciones previsibles", presenta ciertas limitaciones, como restricciones en la distribución de dividendos o una menor flexibilidad ligada a esquemas de amortización lineal. En cuanto a la financiación no bancaria, como la que puede suponer dar entrada al capital riesgo, ésta entraña cambios en el gobierno corporativo, puede acarrear derechos de arrastre para el resto de los accionistas cuando llegue el momento de la desinversión, o plantea restricciones o exigencias en materia de permanencia o no competencia de los socios.

Juan López de Novales, socio de Nazca Capital, explica que el papel como inversor de su sociedad (especializada en invertir en pequeñas y medianas empresas españolas no cotizadas) es acelerar el crecimiento de las empresas familiares. "Nos asociamos con las familias, compartimos el riesgo y aportamos experiencia". El capital riesgo puede ser también una buena solución para empresas que se plantean desinvertir de forma escalonada. Según ASCRI, la asociación que agrupa a las entidades de Venture Capital & Private Equity en España, "las empresas participadas por capital riesgo crecen más y son más rentables que las compañías no participadas por un fondo".

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