A punto de cumplir dos años como director general de Cotec, este asturiano ya le ha dado la vuelta a la Fundación de referencia en España para la innovación. La propuesta de refundación se ha sustentado en acompañar a los estudios 'hojas de rutas'. El reto: aplicar lo que se propone en los informes y de manera urgente, porque el próximo informe nacional nos confirma como el país cangrejo en esta materia
ALICANTE. "Sólo quedan Patronos muy comprometidos y un vínculo con la Jefatura de Estado". Así resume Jorge Barrero los cambios que ha aplicado en la Fundación Cotec, la organización referente en España por su informe del estado de la innovación en nuestro país. Su entrada hace más de un año y medio ha servido para resetear la estructura. Los objetivos, la definición, los estudios y lo más importante, la manera de comunicarlos.
Bioquímico de formación, Jorge Barrero fue esta semana el padrino en la entrega de los primeros "Expertos en Innovación Aplicada" de FUNDEUN y desde ahí puso el acento en la necesidad de poner valor a los datos. "Vivimos en un mundo que está al borde del colapso de datos. Hay una infoxicación brutal. Está casi todo ya informado. Hay informes de casi todo y casi todas las propuestas están hechas, pero somos sistemáticamente incapaces de que las cosas cambien", sostiene el director general de Cotec.
El problema es saber discriminar y saber interpretarlos. Las consecuencias de no hacerlo han llegado hasta la Casa Blanca: "Es más, al mismo tiempo que cada vez hay más datos, cada vez nos encontramos con personas que desprecian más los datos y que ahora mismo, ya no solamente, dirigen sectas, sino que dirigen países enteros", en clara y directa alusión a Trump. "La mayor oportunidad que tiene Cotec no es, tanto trabajar en el mundo de los datos, sino colocar los datos de la manera adecuada, en los formatos adecuados. Si tú quieres poner datos encima de la mesa de un ministro tendrás que utilizar un formato y si quieres colocar datos en conversaciones de adolescentes, tendrás que utilizar otro formato", indica el que fuera mano derecha en el gabinete de la ministra Garmendia.
Sin embargo, su faceta como divulgador es, con toda probabilidad, un rasgo que ha sobrevolado en el último estudio presentado por la fundación sobre economía circular que presentó el Rey Felipe VI junto a los jefes de Estado de Portugal e Italia. "Nosotros lo que planteamos es una herramienta de medición. Nos esperan más cosas: en las próximas semanas vamos a lanzar un vídeo que aspira a su viralidad y explica de una manera divertida y profunda a la vez el concepto de la economía circular", dice.
Este informe es, además, uno de los primeros y claros indicadores de urgencia en el sistema productivo. Para Barrero, estos ciclos de compartir, reutilizar, incluso alargar en lo máximo posible la vida de las cosas es probablemente la única manera de sostenibilidad a largo plazo de nuestro planeta. "Ahora se da una situación bastante paradójica. Todos los indicadores de eficiencia han mejorado radicalmente desde el principio de la crisis, porque la economía española en la época del boom inmobiliario era tremendamente ineficiente".
Cotec ha querido liderar esta reflexión en la zona sur de Europa, porque para la Fundación urge pasar de las ideas a la acción. El responsable de la entidad pone como ejemplo Dinamarca, donde se han bajado los impuestos para reparaciones de coches o aparatos. Sobre la aplicación de esta serie de propuestas en España, donde las competencias las tienen las autonomías, Barrero es tajante: "Lo que no tiene sentido es que armonicemos nuestras normas con los polacos y no nos pongamos de acuerdo entre nosotros. El cambio es inevitable, porque nuestro planeta no aguanta este ritmo durante 20 años más. Lo que sí sé es que si aumenta el calentamiento global en los próximos 30 años, al ritmo que lo ha hecho en los 50 anteriores, la mitad de la ciudad de València y de Alicante estará bajo las aguas del Mediterráneo. Y eso no es una profecía, es una hipótesis demostrable. Hay que tomar medidas urgentes".
Si el reciente informe ha servido para mover conciencias, el próximo informe sobre la situación de la Innovación en España parece que nos deja tan contentos como un cangrejo a la orilla del mar. El estudio pivota sobre un dato que ya conocemos, según el director, pues son las informaciones del INE sobre 2015.
"Es un dato que nos preocupa. En España, el gasto ese año creció un 2,7% en I+D sobre PIB, que es un buen dato; pero el PIB creció un 3,2% lo cual quiere decir que todo lo que sea crecer por debajo del PIB es decrecer. Nuestra economía no es más innovadora. De hecho por séptimo año consecutivo nos alejamos de Europa, llevamos 7 años cayendo en el gasto sobre el PIB". El punto de inflexión está en nuestros competidores que no han dejado de mejorar en esas cifras, lo que a todas luces parece dejarnos con cara de crustáceo.
Pero, ¿cuánto dinero haría falta poner en la mesa para recuperarnos? La pregunta para Barreros está mal planteada, porque la clave no está en la cantidad, sino, de nuevo, en el modelo. "Lo que necesitamos es que los bancos hagan algo más que financiar plazas de garaje y pisos, que es lo único que saben medir. Tenemos algunos de los bancos más grandes y tecnológicos del mundo, pero tienen un problema que tiene que ver con su incapacidad para valorar la economía intangible".
En unos meses, Cotec tiene previsto presentar un estudio sobre el análisis de los activos intangibles en la economía en española por regiones que están haciendo en colaboración con el IVIE de la Universitat de Valencia. "Estamos trabajando para ver de qué manera podemos introducir dentro del sistema herramientas que permitan medir más estos intangibles y, ojo, no estoy hablando solo de la investigación o de las patentes, el capital humano –la formación de tus trabajadores-, de tu marca, de tu red de clientes, de los datos que maneja tu organización… porque todo eso ya es más de la mitad de la economía mundial".
El papel de los emprendedores parece clave y encaminado. No obstante, frente a esta cuestión Cotec da prioridad a un problema. "Ahora hay bastante emprendimiento, pero tenemos un reto: hacer crecer a las empresas. Tenemos un problema de atomización de nuestra economía muy preocupante, porque por debajo de una determinada escala, hay fenómenos que no se produce. Uno de ellos es la I+D".
Un hecho que el director general de esta organización enlaza inexorablemente con la innovación. "Es muy difícil tener una empresa de 5 trabajadores y hacer la I+D. Pero también es muy difícil tener una empresa de 15 empleados y que estés haciendo algo increíble y que estés en el radar de los inversores internacionales, porque por debajo de un tamaño mínimo ni siquiera te miran. Eres invisible para ellos. Hacen falta políticas que aumenten el tamaño medio de las empresas y particularmente las empresas de alta tecnología".