Uno de los locales de la inmobiliaria en Alcoy. Foto: CARBONELLALICANTE. Las agencias de intermediación inmobiliaria son uno de los eslabones de la cadena del sector que peor lo han pasado con la pandemia y la imposibilidad de visitar las viviendas por parte de los potenciales compradores. Si bien muchas se han recuperado con la vuelta a la normalidad, otras no han podido superar un golpe que se ha sumado al impacto de las nuevas formas de comercialización que han surgido en los últimos tiempos.
En el caso de la archiconocida Inmobiliaria Carbonell de Alcoy, una de las agencias más reconocidas de la ciudad de los puentes y de la provincia de Alicante, la cifra de negocio se hundió en el ejercicio 2021, cuando cerró con unas abultadas pérdidas tras completar un 2020 positivo y con beneficio. A falta de conocer las cuentas de 2022, que le mercantil aún no ha depositado, la evolución del negocio empujó a la histórica agencia a solicitar el concurso voluntario el pasado mes de abril. Y dos meses después, el juzgado de lo Mercantil 1 de Alicante ha aprobado el plan de liquidación.
Más bien, unas 'reglas especiales de liquidación', tal como se prevén en la nueva ley concursal, con el objetivo de acortar los tiempos. En el edicto, al que ha tenido acceso este diario, el juzgado rechaza la propuesta del administrador concursal, al entender que "no se justifica que [las reglas especiales propuestas] sean necesarias de acuerdo con la naturaleza de los bienes objeto de venta". Sin embargo, para evitar la incertidumbre que generaría el rechazo de la propuesta de liquidación, el juzgado aprueba unas reglas especiales alternativas. En esencia, veta el recurso a la subasta electrónica de la unidad productiva, pero permite su enajenación por el resto de canales.
En este sentido, dicha unidad productiva, es decir, el negocio de intermediación inmobiliaria de Carbonell, su cartera de clientes, la marca, etc, se valora en algo más de 57.000 euros, una cantidad que puede intentar conseguirse en una subasta judicial, notarial, a través de una entidad especializada, por venta directa o incluso dividiendo los bienes en lotes. También se contempla la dación en pago de los bienes incluidos en la liquidación para saldar los créditos privilegiados, si ello fuera posible.
La marca Carbonell lleva décadas unida indisolublemente al sector de la intermediación inmobiliaria en Alcoy y las localidades de su entorno, tanto para promotoras como para particulares. La agencia que ha pedido el concurso y ha terminado en liquidación es la más antigua, pero no la única que opera con la citada marca. La concursada es Carbonell Inmobiliaria de Alcoy SL, como se decía, la empresa original del grupo Carbonell y dueña, por ejemplo, del dominio web de la empresa. Pero la sobreviven dos empresas más, una en Alcoy (Carbonell Santa Rosa SL) y otra en Ontinyent (Carbonell Inmobiliaria de Ontinyent SL).
En el último ejercicio del que se pueden consultar sus cuentas, la concursada facturó apenas 266.000 euros, un 30% menos que en plena pandemia, cuando rozó los 400.000 euros por su labor de intermediación inmobiliaria. El hundimiento de los ingresos y un incremento de los gastos de explotación llevó a la empresa a unas pérdidas de 56.000 euros. La empresa tenía diez empleados ese año. Entre los acreedores personados figuran Hacienda, la Seguridad Social, el Fogasa y Suma.
