ALICANTE. Los embalses de la cabecera del Tajo, de donde se toma el agua para los trasvases al Segura, siguen incrementando el nivel de agua embalsada. Una semana después de alcanzar (el pasado martes por la noche) el umbral mínimo de los 400 hectómetros cúbicos que permite realizar transferencias, los pantanos de Entrepeñas y Buendía sumaban este lunes un total de 435 hectómetros. O lo que es lo mismo, a una semana de que se reúna la comisión que debe decidir el envío, ya guardan 35 hectómetros extra respecto a ese umbral.
La ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, participó este lunes en un foro sobre agua organizado en la Institución Ferial Alicantina (IFA) por la Universidad de Alicante, Bankia y el diario Información, donde avanzó que la comisión de explotación del trasvase se reunirá el próximo martes 3 de abril para analizar una posible transferencia. En la última semana, los embalses implicados han recibido 35 hectómetros, y se prevé que la tendencia al alza se mantenga en los próximos días, gracias al deshielo y a la previsión de precipitaciones en la zona en los días previos a la citada reunión.
Como publicó este diario, los agricultores del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (Scrats) esperan que se apruebe un envío de 20 hectómetros, con algo más de la mitad (unos 11) destinados al abastecimiento urbano, y el resto para el regadío de las provincias de Murcia y Alicante. Una cantidad que, si no pasa nada, supondría dejar las reservas de Entrepeñas y Buendía aún por encima de los citados 400 hectómetros cúbicos. Los datos en tiempo real de estos embalses registraban el lunes (pese a que no se publicó la reserva hidráulica semanal por la Semana Santa) 247,5 hectómetros en Buendía y otros casi 188 hectómetros en Entrepeñas. En total, 435,5 hectómetros.
Si se aprueba el próximo martes, será el primer trasvase Tajo-Segura que se realiza en casi un año, puesto que desde mayo de 2017 los dos embalses de la cabecera no habían alcanzado el umbral mínimo para permitirlo (fijado el pasado ejercicio en 368 hectómetros, puesto que la reserva de 400 entró en vigor en enero, según el aumento progresivo pactado en el memorando). Durante años, la ley del trasvase fijaba en 240 hectómetros el límite a partir del cual no se podía enviar agua del Tajo al Segura. Sin embargo, tras la conocida como 'guerra del agua', las comunidades autónomas implicadas (Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Murcia y la Comunitat) firmaron en 2013 junto con el Ministerio el memorando que elevaba de año en año ese umbral hasta establecerse en 2018 en los citados 400 hectómetros.
La ministra de Medio Ambiente avanzó que el 1 de abril se analizarán las reservas en los embalses de Entrepeñas y Buendía, y que el 3 se reunirá la comisión técnica para "hacer una propuesta técnica" sobre el posible trasvase. La ministra recordó que el memorando que rige el trasvase, que tiene rango de Ley, es "objetivo y transparente", está "perfectamente reglado" y el Gobierno lo cumple "en su literalidad y sin arbitrariedades". También ha recordado que dicho memorando "da prioridad a la cuenca cedente". Con todo, en cuanto Entrepeñas y Buendía superaron los 400 hectómetros la pasada semana, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, mostró su disgusto por la previsible reunión de la comisión técnica. "Si las desaladoras funcionaran, no haría falta trasvase", señaló.
Precisamente, la ministra visitó también este lunes la desaladora de Torrevieja, construida durante el Gobierno de Zapatero para reemplazar poco a poco los caudales que la cuenca del Segura recibía del Tajo-Segura, y anunció que el incremento de su capacidad será efectivo este verano. La planta se diseñó para desalar 80 hectómetros, pero hasta la fecha se ha limitado a 40 como máximo por sus limitaciones energéticas: hubo que construir una nueva subestación para sostener su consumo.
Acompañada del presidente de Red Eléctrica Española (REE), José Folgado, la ministra avanzó que la planta torrevejense podrá en un futuro desalar hasta 120 hectómetros, aunque ese horizonte temporal no ha quedado definido. Lo que sí parece claro, según aseguró Tejerina en la localidad salinera, es que entre junio y julio de este mismo año la desaladora más grande de Europa alcanzará por fin la capacidad de producción para la cual fue ideada. Asimismo, la desaladora de Mutxamel, cuya producción se incluirá en el convenio del trasvase Júcar-Vinalopó, tal como adelantó Alicante Plaza, entrará en funcionamiento en 2019, si se cumplen los plazos previstos.