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manuel lainez, director general del cercle agroalimentari

"El sector agroalimentario debe ser esencial y las administraciones, tener consideración hacia él"

1/06/2022 - 

ALICANTE. El próximo viernes 3 junio, Alicante Plaza y el Cercle Agroalimentari organizan una jornada para abordar retos sobre la cadena alimentaria valenciana. Durante toda la mañana, varios expertos, empresarios y políticos debatirán sobre la esencialidad del sector agroalimentario. Uno de los impulsores de la jornada es el Cercle Agroalimentari. Plaza ha dialogado con su director general, Manuel Lainez, sobre los principales retos a los que se enfrenta el sector. Esta fue la conversación.

-¿Por qué debe considerarse al sector agroalimentario como esencial?

-La cadena alimentaria es esencial porque desarrolla una actividad que es imprescindible para la vida de las personas. Todos nosotros tenemos la necesidad de alimentarnos para vivir. Esa necesidad es diaria; es continuada. El conjunto de los productores, las industrias alimentarias y las empresas que ponen los alimentos a disposición de los ciudadanos realizan un trabajo que es indispensable para satisfacerla.   El reconocimiento de la esencialidad de la cadena alimentaria la solicitamos para garantizar que la alimentación nunca sea un problema en nuestro país, con independencia de los retos a los que tenga que enfrentarse nuestra sociedad. Las razones que nos llevan a pedirlo se basan en las circunstancias que hemos vivido en los últimos años.

"Una pandemia, una tormenta, o un paro o huelga no puede poner en riesgo una necesidad básica de las personas, por eso es imprescindible blindar a la cadena agroalimentaria como esencial"

La primera fue la pandemia del Covid. El conjunto de la cadena alimentaria se declaró como esencial para que los agricultores y ganaderos, la industria alimentaria, la distribución y el transporte, pudieran mantener su actividad y garantizar el aprovisionamiento de alimentos. Los primeros días del estado de alarma, a pesar del temor existente y el acopio que se realizó, la cadena agroalimentaria funcionó con una eficiencia no vista en toda Europa y cumplió su misión con éxito, abasteciendo a la población de los productos que necesitaba y contribuyendo a mejorar una situación muy atípica y difícil. En 2021, en la zona centro de nuestro país sufrimos una tormenta excepcional, Filomena, que dejó incomunicado el país. En ese contexto, las autoridades pusieron a disposición de las proveedores y distribuidores la maquinaria y los equipos necesarios para que se restableciese rápidamente la cadena de suministro. Hace unos meses, cuando ha coincidido la invasión de Ucrania y la huelga de transportes algunos productores e industrias alimentarias han sufrido sobremanera. Algunos almacenes se quedaron sin productos, mientras en campo se abandonaban producciones; unos pocos han tenido que cerrar líneas de producción, otros han tenido que llevar sus productos hasta la distribución con nocturnidad y un sobreesfuerzo de trabajo; y muchas han tenido que buscar la escolta de las fuerzas de seguridad. Y, aun así, a pesar de algún desabastecimiento temporal de determinados productos, en líneas generales los consumidores han podido seguir realizando su compra completa. Una pandemia, una tormenta, o un paro o huelga no puede poner en riesgo una necesidad básica de las personas, por eso es imprescindible blindar a la cadena agroalimentaria como esencial.

 -¿En qué puede mejorar?

-La declaración de un sector como esencial significa que todos los servicios que presta son necesarios e imprescindibles para la sociedad y, además, están protegidos por la legislación para que se presten con garantía. Todos tenemos claro y asumido que la salud es un servicio esencial y las administraciones garantizan que, en cualquier circunstancia, los hospitales y el sistema de salud va a prestar el servicio que requieran los ciudadanos. Y, lo que es más importante, los ciudadanos sabemos que tenemos garantizado ese servicio. Considerar la cadena alimentaria como un servicio esencial significa que el conjunto de la cadena alimentaria, junto con las administraciones, debe tener a punto un protocolo con las acciones a poner en marcha cuando surja una situación de crisis o emergencia. 

"La consideración de un sector como esencial supone que las administraciones han de tener una cierta consideración hacia él"

Eso significa que, en una tormenta, además de mantener abiertos los hospitales, u operativas las redes de comunicaciones o las de distribución energética, es preciso garantizar la operatividad de la cadena de producción y distribución de alimentos. Supone que cuando se convoca una huelga de transportes es obligatorio respetar unos servicios mínimos para el transporte de alimentos, para contribuir también a darle garantías al consumidor y al ciudadano y que sepan e interioricen que la legislación favorece que no se produzcan situaciones de desabastecimiento, además de la fortaleza de la cadena agroalimentaria valenciana y nacional, como hemos visto estos meses.

Por otra parte, la consideración de un sector como esencial supone que las administraciones han de tener una cierta consideración hacia él. Al menos tratarlo y escucharlo como tal, para que funcione correctamente y garantice el objetivo que persigue. Como primer paso, las administraciones han de considerar al sector como estratégico.

-Para esa mejora ¿es necesario cambios en las medidas reglamentarias o en la innovación de los procesos?

-Esa consideración requeriría modificaciones de algunas leyes vigentes en materia de infraestructuras críticas o de seguridad del estado. Sin embargo, no es tan difícil. En 2021 se publicó un Real Decreto Ley de seguridad de las redes y sistemas de información. En ese ámbito el sector de la alimentación se considera estratégico. Por ello se obliga a las empresas a realizar determinadas inversiones en seguridad de sus sistemas, especialmente en ciberseguridad, y a notificar los incidentes que se produzcan. Es un paso.

"El conjunto de nuestra actividad genera un número importante de puestos de trabajo, estables y de calidad. Representamos más del 9% de la mano de obra ocupada"

Nosotros, en el Cercle Agroalimentari, tenemos claro que la cadena alimentaria es un sector esencial en nuestro país, y tremendamente estratégico para la Comunitat Valenciana. Además de prestar un servicio esencial, como es el de producir y poner a disposición de la población los alimentos que quieren comprar y consumir, y hacerlo a precios razonables, también tenemos un impacto social, territorial, económico y ambiental. El conjunto de nuestra actividad genera un número importante de puestos de trabajo, estables y de calidad. Representamos más del 9% de la mano de obra ocupada, con cifras que se mantienen incluso en momentos difíciles de crisis económica. Los puestos de trabajo se encuentran en todos los entornos geográficos de nuestro territorio: desde la Vega Baja al Vinalopó, o desde la Safor hasta el Ports o la plana de Utiel o el rincón de Ademuz. En muchas zonas del interior de nuestra geografía las actividades que retienen población están asociadas a la agroalimentación. Además, en el conjunto suponemos cerca del 10% de la actividad económica. Todo ello sin hablar de la relación entre gastronomía, cultura, historia y turismo.

Por el hecho de ser estratégicos y jugar un papel en la economía tenemos que prestar especial atención a la innovación, especialmente en nuestros procesos productivos. Tenemos que responder a los retos que nos pide la sociedad y el mercado, además de adaptarnos a las exigencias normativas. En este momento tenemos que avanzar hacia la sostenibilidad ambiental, reduciendo las emisiones en el conjunto de la cadena, mejorando la eficiencia con la que utilizamos los recursos, desde los fertilizantes y el agua hasta los materiales que forman parte de nuestros envases y embalajes. También tenemos que promover la economía circular y reducir todo tipo de impactos en el medio ambiente, en la misma medida que el resto de las actividades económicas.

"En este momento tenemos que avanzar hacia la sostenibilidaD, mejorando la eficiencia con la que utilizamos los recursos"

-En una anterior entrevista con Plaza, hablaba de la necesidad de una mejor interlocución con las administraciones. ¿Ha mejorado?

-Somos una asociación joven. Desde nuestra constitución hemos tenido reuniones con todas las consellerias con competencias en materias relacionadas con la cadena alimentaria. Hemos podido compartir con ellos tanto nuestras expectativas como nuestras preocupaciones. En momentos complejos como los sufridos en la última ola de la pandemia, con un aumento significativo de las bajas de trabajadores, o durante el paro de transportes, con las dificultades de movimiento de materias primas y productos, hemos tenido la sensación de que nuestros problemas y argumentos se tenían en consideración a la hora de tomar decisiones. Dicho esto, una de las razones por las que se ha constituido el Cercle Agroalimentari es la de establecer una colaboración permanente con las administraciones para superar todos los retos que seguimos teniendo por delante, que son muchos. Por eso seguimos reclamando, en general, trabajo conjunto para solucionar los problemas, empatía y colaboración.

"Una de las razones por las que se ha constituido el Cercle Agroalimentari es la de establecer una colaboración con las administraciones para superar todos los reto que tenemos"


-Y con la UE, ¿que es de dónde proceden la mayoría de las quejas de los productores por la entrada de productos de terceros países?

-La UE decidió hace unos años promover la globalización en materia de alimentación, abriendo los mercados europeos a los productos de terceros países. El problema es que lo ha hecho sin exigir la adopción de las condiciones de producción que el modelo europeo impone a los productores dentro de nuestros países. De esa manera aquí tenemos que limitar el uso de productos para el control de plagas y enfermedades, aplicar medidas de protección social a nuestros trabajadores, limitar los impactos ambientales de nuestros procesos, y un largo etcétera de normas. No nos parecen mal, porque es lo que quiere nuestra sociedad y nosotros formamos parte de ella. Lo que no nos parece adecuado es que esas mismas exigencias no se impongan a los productos de terceros países, que además tienen en general menores costes laborales y, cuando se compite en inferioridad de condiciones evidentemente hay unas consecuencias. La verdad que no entendemos como sigue habiendo estas circunstancias cuando ha quedado patente la necesidad de reivindicar una soberanía alimentaria en la UE.

La estrategia de la granja a la mesa, que es la herramienta política del pacto verde en materia de alimentación, va a agravar la situación porque supone una mayor exigencia para nuestras condiciones de producción en el plano ambiental. Aun estando de acuerdo con los objetivos de esta política, creemos que hemos de proteger las cadenas de valor interiores y a las empresas que las integran y no podemos olvidar que la sostenibilidad tiene que ser medioambiental y social, pero también económica.

-Los precios de algunos productos alimentarios están disparados. ¿Esto tiene solución a medio plazo? ¿O los costes energéticos seguirán repercutiendo en el precio final?

-El IPC alimentario en los últimos 12 meses ha subido más del 9%, pero mucho más disparados están los costes de los medios de producción. Los fertilizantes han subido, como media, a nivel mundial, un 128% en el último año; los aceites vegetales o las materias primas para la alimentación animal lo han hecho entre un 40 y un 80%. En los últimos meses la cadena de valor ha soportado unos costes muy elevados y no ha repercutido todos sus costes al consumidor. Las empresas han tenido que hacer frente a esa situación.

"Necesitamos que la administración escuche nuestra petición de no incrementar las presiones impositivas sobre nuestro proceso productivo, de reducir el IVA de los alimentos o de ralentizar la aplicación de nuevas exigencias"

Las previsiones de evolución de los mercados de las materias primas nos indican que puede haber una corrección a la baja en los precios, pero se mantendrán altos; no van a caer hasta los niveles de mediados del año pasado. Mientras tanto, en este momento nuestra cadena de valor sigue estando muy tensionada. A los problemas generales de costes de la energía o la logística, se unen algunas dificultades de aprovisionamiento y, sobre todo, de precios de las materias primas y otros insumos en general.  Por eso necesitamos que la administración escuche nuestra petición de no incrementar las presiones impositivas sobre nuestro proceso productivo, de reducir el IVA de los alimentos o de ralentizar la aplicación de nuevas exigencias, sobre todo las ligadas a la estrategia europea de la granja a la mesa.  Estamos seguros de que así todos podemos contribuir a reducir la presión sobre los precios de los alimentos y la inflación.

-¿Y los costes del transporte?

-Sin duda, la logística y el transporte es otro de los capítulos que también ha incrementado los costes en toda la cadena de valor agroalimentaria. Tenemos una cadena muy eficiente, como lo demuestra el hecho de que los precios de los alimentos en España han sido, tradicionalmente bajos, o el hecho de que seamos competitivos en los mercados europeos. Sin embargo, el incremento continuado de los costes de los carburantes en los últimos dos años, y especialmente en los últimos meses, nos genera un problema añadido.

 
-Desde hace semanas, tenemos el debate del agua y de los trasvases. ¿Cómo ve el Cercle Agroalimentari toda esta pugna entre territorios por el agua?

-El Cercle es una asociación del sector agroalimentario valenciano. En la Comunitat se han desarrollado unas infraestructuras productivas basadas en la disponibilidad de agua y hay que atender a las necesidades que se han generado. Creemos que el debate debe ser, en primer lugar, técnico. En ese debate técnico deben intervenir diferentes aproximaciones económicas, sociales, ambientales, etc. La ideología o las creencias políticas siempre nos llevará a que cada uno defienda la posición de su territorio y ello nos conduce a un debate estéril en el que la decisión final no responde a criterios técnicos, objetivos y adecuados. Y creo que eso no nos interesa y tampoco conviene al sector.

"No podemos renunciar a ningún recurso por cuestiones ideológicas"

A la vez es importante pensar en que debemos utilizar todos los recursos que estén a nuestro alcance: agua de transvase, aguas recuperadas, aguas de desalación que ya tengamos disponibles, nuevas infraestructuras, etc. No podemos renunciar a ningún recurso por cuestiones ideológicas, Estamos hablando del futuro de nuestro territorio, y de nuestro país. También tenemos que hacer un esfuerzo por mejorar la eficiencia de la utilización del agua en todos los procesos productivos, y especialmente en el ámbito agroalimentario. En la Comunitat Valenciana se ha hecho un esfuerzo inmenso en ahorro de agua en la agricultura y en las empresas alimentarias. Ese es el camino para seguir, en el que nuestra cadena sigue invirtiendo.

-El Cercle lo forman un grupo de empresas de toda Comunitat. ¿tienen previsto aumentar esa representación?

-Nuestro objetivo es trabajar para las empresas que están en el Cercle y que ello repercuta en todo el sector agroalimentario valenciano. Tenemos una visión de cadena, de conjunto, y las empresas que integran el Cercle así lo demuestran.  Estamos seguros de que si nuestro trabajo aporta valor, si con nuestras acciones logramos mejorar el funcionamiento de la cadena, su competitividad, o ayudar a fortalecer el diálogo entre eslabones o poner en valor todo lo que hacen las empresas del sector alimentario por la sociedad, seguro que otras sienten interés y se sienten atraídas por formar parte del Cercle. Nosotros siempre escucharemos a todas las empresas que quieran formar parte de la organización y que quieran sumar y estaremos encantados de valorar posibles incorporaciones, pero hoy no nos marcamos un objetivo determinado de crecimiento en cuanto al número de socios.

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