ALICANTE. Después de más de dos meses cerrado por la pandemia del coronavirus, el comercio de Alicante volvía este lunes a la vida y, tal como había vaticinado la federación de comerciantes Facpyme, lo hizo con un seguimiento de casi el 100%, al menos en las principales arterias de la capital alicantina. El termómetro del sector, la 'milla de oro' de Maisonnave, presentaba un aspecto muy similar al de cualquier otro día laborable antes del 14 de marzo, si se obvian las mascarillas y el cuidado de los clientes en mantenerse a distancia unos de otros.
La mayoría de establecimientos de la avenida levantaron la persiana (alguna franquicia de Inditex no lo hizo, como tampoco la escasa restauración que hay en la zona), y notaron una buena afluencia de público durante toda la mañana del lunes. En algunos casos, con llamativas colas a las puertas, fruto de la limitación de aforo y el control de acceso en los locales. Pacientemente, los clientes (sobre todo, clientas) se desinfectaban para acceder al interior a una seña del personal de seguridad que vigilaba el acceso.
Para cumplir con la orden del Ministerio sobre la reanudación de la actividad comercial minorista, algunos establecimientos especialmente amplios como Zara (que ocupa un edificio entero) habilitaron uno de los locales como 'zona de espera', sin productos ni maniquíes en los escaparates, y trazaron un circuito que los clientes debían seguir en el interior del establecimiento, acotado a solo 400 metros cuadrados, para limitar el contacto. Otros, como Mango, retiraron producto y precintaron la zona en desuso, al tiempo que trazaban también un 'circuito', mientras un guardia ofrecía gel hidroalcohólico a los compradores cuando llegaba su turno de acceder al interior.
Dos de los establecimientos más solicitados de la avenida, con todo, estaban en el extremo de la avenida más próximo a Federico Soto: la perfumería Primor, que apenas lleva abierta cinco meses en Alicante (se estrenó en el antiguo local de Blanco en diciembre) y la zapatería Boticelli. En los dos casos, las clientas hacían cola pacientemente en la acera, guardando la distancia todo lo posible. Mientras realizábamos el reportaje, una patrulla de la Policía Nacional pasó junto a las colas comprobando que se respetaban las distancias.
Los comercios, en su mayoría, aprovecharon la reapertura de este lunes para introducir como elemento promocional las tradicionales rebajas. No obstante, y ante la confusión que (en este aspecto como en tantos otros) ha reinado hasta el final, con la publicación de la orden que las permitía en el BOE el sábado por la noche, la mayoría ofrecía rebajas sin referirse a ellas como tales. 'Descuento' o 'liquidación' eran los términos más empleados, al margen de informar directamente sobre el descuento aplicado en un artículo (o en todos) en el escaparate. En algunos casos, como en la franquicia de moda masculina Macson, de hasta el 50%.
Desde Facpyme confirmaron que la apertura de comercios fue prácticamente general, aunque con mayor incidencia en las zonas más céntricas, y que la respuesta del público fue asimismo masiva, aunque no llegaron a producirse aglomeraciones gracias a los controles de aforo y de acceso. Mientras que la apertura en la hostelería fue mucho más reducida ("casi todos han preferido seguir cerrados"), el retail aprovechó el cambio de fase para dar salida al stock acumulado desde marzo con el gancho de las rebajas que, de momento, no se llaman 'rebajas'. Y la complicidad de unos clientes que, pese a la compra online, estaban deseando recuperar la compra física. Calzado, moda y belleza fueron las estrellas de la jornada.
Lejos de Maisonnave, la apertura también fue generalizada, aunque la afluencia algo menor. La calle San Francisco, conocida por sus setas y su bullicio comercial y hostelero, presentaba un aspecto algo más desangelado, aunque también hubo un flujo de clientes a lo largo de la mañana. "Hoy hemos atendido a cuatro clientes, de forma escalonada", relató la propietaria de la Óptica Torregrosa. "Nosotros hemos abierto durante todo el estado de alarma, aunque con cita previa y en muchos casos llevándole el producto al cliente". "La forma de trabajar ha cambiado, no puede haber más de dos personas dentro y nos tenemos que organizar de otra manera".
Un caso similar al de la tienda de ropa El lugar de la Piedra Vieja. Su gerente, Esther, pasó la mañana desinfectando el local y preparándolo para atender clientes, aunque acudieron más bien pocos. "Tenemos gel, guantes y mascarillas por si el cliente no la trae, le pedimos que se la ponga antes de entrar", explicó. "La semana pasada funcionamos con cita previa, y también vendemos por teléfono y redes sociales". En su local solo cabe un cliente a la vez.
Desde la confederación autonómica de comerciantes, Confecomerç, celebraron que la "gran mayoría" de pequeños comercios abrió sus puertas este lunes con "ilusión" ante el desconfinamiento, al suponer la posibilidad de reabrir "un balón de oxígeno". Confecomerç resaltó la buena "acogida" y la "expectación generada entre los clientes", y consideró que la reapertura es "el inicio del camino hacia la reconstrucción económica". La confederación destacó "el enorme esfuerzo realizado por el sector y la inversión realizada en EPI y en medidas de protección para garantizar la plena seguridad y salud, siendo un objetivo prioritario dotar de la máxima tranquilidad a los clientes".
En el caso de Elche, la otra gran ciudad de la provincia que pasaba este lunes a la Fase 1, el ambiente fue muy similar al de Alicante. La apertura del pequeño comercio fue también generalizada, aunque la afluencia de público se concentró en las principales arterias comerciales, como La Corredera y sus adyacentes, según informa Pepe Olivares. Ajenos al conflicto motivado en el sector de la hostelería, los comercios minoristas de la zona abrieron con normalidad y recibieron una notable afluencia de público, al combinarse las ganas de unos y otros por volver a la actividad.
En Elche los establecimientos también llevaron a rajatabla el control de aforo, con clientes esperando pacientemente en las colas que se formaron en la calle, geles hidroalcohólicos en la entrada y delimitación de espacios. El flujo de personas durante la mañana fue también notable, al coincidir en la calle los clientes que acudían a sus establecimientos de referencia por primera vez en dos meses y las personas que hacían uso de su franja horaria para pasear.