ALICANTE. Han tenido que pasar siete años para que Cirque du Soleil vuelva a Alicante. Como anticipo de su llegada, una exposición repasa la historia de esta compañía canadiense que ha revolucionado el circo. El director de la gira de Totem, Franck Hanselman, destaca el cariño del público nacional con un espectáculo del que se despiden, momentáneamente, de España.
Más de veinte piezas componen la muestra Totem. Behind the escenes. En ella hay desde carteles y vídeos hasta piezas tan curiosas como moldes de cabezas para pelucas y, lo más espectacular, trajes. Piezas hechas a medida porque, como Hanselman, explica tiene que ser así para que lo luzcan los 46 artistas que aparecen en esta creación.
Estos ejemplos de trabajo salen exclusivamente de la central que tienen en Montreal para luego girar por los continentes con Totem. Es en la ciudad canadiense donde se controla todo lo relativo al espectáculo. Allí también es donde estrenan todos los montajes con los que recorren el mundo.
Hace diez años llegaron por primera vez a Alicante con Quidam. La siguiente propuesta que trajeron fue Corteo, en 2011. Y desde entonces, a pesar de tener diversos espectáculos en gira por España, no habían pasado por Alicante. Esta vez eligen la ciudad para cerrar su recorrido por el país antes de seguir por el resto de Europa.
La gira por España "ha superado los objetivos en cada ciudad". Así lo destaca con orgullo el responsable de este circuito que la ha llevado ya por Madrid, Sevilla, Barcelona y Málaga. Él está satisfecho gracias a que "la reacción del público ha sido muy buena en todos sitios: si escuchas los aplausos, noche tras noche, se nota que les gusta mucho".
Hanselman cree que la razón de que guste tanto es la variedad del trabajo que hacen, "el que haya mucho color y que acrobáticamente es fuerte". Es "muy ecléctico y como la mitad del escenario es proyección, eso nos permite cambiar el entorno y vamos de una selva, a la montaña, e incluso a la luna".
En este viaje por el mundo, la música de cada uno de esos lugares es la base que acompaña los números. No solo se trata de geografía, "la inspiración de este trabajo es la evolución". Lo que les permite "saltar por el tiempo y por el mundo", de la misma manera que lo hace una compañía de circo.
Ese constante deambular por las diferentes culturas les ha servido para enriquecer su bagaje, aunque en esta ocasión una de las que cobra más importancia es la indígena de América. "Muchas veces nos inspiramos por otras culturas pero la de Canadá tiene muchas cosas interesantes, así que colaboramos con una tribu para asegurarnos de que lo que hacemos es auténtico".
Y es que una de sus preocupaciones era que al intentar reflejar una cultura precolombina "saliera una caricatura, queríamos verla de una manera respetuosa". Tanto que uno de los cantantes "es de la tribu y canta en su idioma".
Con las cuatro paradas en otras tantas ciudades, España se convierte el país europeo en que más han girado con este espectáculo. Hanselman corrobora la importancia que tenemos en los planes de la compañía desde que llegaran aquí en 1995. "Desde el principio el público español nos ha recibido con mucho entusiasmo y cariño. Siempre volvemos porque a la gente les gusta".
Lo que no ha llegado aún es el momento de crear una producción basada específicamente en España, como las que promocionan en verano para Andorra. "Llevamos años y años hablando de montar algo -asegura-, si es en Madrid, Barcelona u otro sitio. Pero hasta ahora han sido solo conversaciones, no hay ningún plan para montar algo fijo. Muchas veces es cuestión de encontrar un socio adecuado porque nunca montamos solos. Es cuestión de tiempo".