Las deslealtades del mini grupo de concejales que de facto habita en el Partido Popular del Ayuntamiento de Elche se han puesto de manifiesto recientemente cuando Pablo Ruz, el flamante líder del Partido Popular, elegido por una aplastante mayoría en las últimas elecciones de julio, ha querido dar un nuevo impulso al Grupo Municipal. Quiere realizar cambios para que los Concejales de su equipo sean los que lideren el Grupo Municipal del Ayuntamiento, lo que es completamente lógico y perfectamente legítimo. El Grupo municipal es la proyección del Partido en el Ayuntamiento y debe expresar la misma línea política que éste, porque los ciudadanos votaron al Partido, no al Grupo Municipal.
En la última ejecutiva del partido se acordó nombrar otros portavoces en el Grupo Municipal pero la que fuera Alcaldesa y tres concejales más están obstaculizando el proceso renovador aferrándose al “sillón”. Exigen la unanimidad del Grupo para proceder al cambio de portavoz. Dicha actitud no sólo provoca una mala imagen del Partido Popular en la ciudad, sino que manifiesta una deslealtad absoluta hacia el nuevo equipo directivo que ha sido elegido por los militantes del Partido Popular en las recientes elecciones internas.
La dirigente hasta ahora del Grupo, Mercedes Alonso, dice que no renuncia como Portavoz y que es ella la que se presentó a las elecciones. Pero se olvida que ella está ahí gracias a que el Partido Popular la puso de número uno y gracias a que sus compañeros le ayudaron en la campaña y gracias a que los electores del Partido Popular votaron esa lista municipal. Hay que recordar que en los procesos electorales municipales, los ciudadanos eligen una lista cerrada donde no se puede seleccionar entre candidatos, como sería deseable. Ante la discrepancia a la hora de interpretar las normas que regulan el funcionamiento de los Grupos, el Alcalde le ha mandado el “marrón” al Secretario Municipal para que informe sobre qué hacer y a quién dar la razón. A mi juicio el Reglamento Orgánico de Funcionamiento de las Entidades Locales es claro, se requiere la unanimidad de todos los integrantes para la Constitución del Grupo y la elección del Portavoz al inicio de la legislatura, pero después, a lo largo de ésta y en el desarrollo normal de su funcionamiento debe regir la regla de la mayoría que es como normalmente se adoptan los acuerdos. Además, en el Ayuntamiento de Eche ya existen precedentes en este sentido porque ya en la legislatura 1995/1999 hubo varios cambios de portavoz y dichos escritos, incluyendo el que elegía a Mercedes Alonso como Portavoz, no fueron suscritos por los 12 concejales que formaban el Grupo Popular, sino por nueve de ellos.
La polémica le viene perfecta al alcalde Carlos González que debe estar frotándose las manos con el asunto en cuestión.
Tampoco se entiende el interés de la actual portavoz en seguir “boicoteando” a Pablo Ruz cuando lleva media legislatura municipal sin apenas intervenir ni hablar en los Plenos, se lo empezó a tomar algo en serio a partir de las elecciones internas del Partido, porque tenía que hacer campaña frente a los otros candidatos.
El Partido Popular Provincial es en último extremo el que puede forzar a la concejala díscola a que asuma la derrota democrática interna y se comporte como una militante leal. Ella es diputada provincial porque los concejales Populares del Partido Judicial votaron a su favor aunque no les gustara hacerlo. También puede el Presidente de la Diputación apercibirla de quitarle competencias en la Institución provincial si decide seguir dando la batalla. Aunque tampoco me extrañaría que conociendo las luchas internas y los equilibrios de poder, al final ni la ejecutiva provincial, ni el Presidente de la Diputación hagan nada y lo dejen todo a resultas del informe del Secretario Municipal.