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Del 0-6 al Villarreal a la cuarta categoría

29/05/2021 - 

ALICANTE. El Hércules cumplió en abril veinticinco años de su victoria en Segunda División por 0-6 en El Madrigal ante el Villarreal, en una campaña triunfal del equipo alicantino, plagada de goleadas y culminada por un ascenso a Primera, por lo que nadie podía pensar que un cuarto de siglo después el conjunto del Rico Pérez iba a ver desde la cuarta categoría del fútbol español como su rival de aquel encuentro festejaba la obtención de la Liga Europa.

Aquella temporada marcó un punto de inflexión en la trayectoria histórica de ambos equipos, salvo excepciones muy puntuales, ya que mientras el Villarreal emergió posteriormente con fuerza hasta consolidarse en la élite y pisar Europa con regularidad de la mano de su nuevo propietario, el Hércules, que también sufriría un cambio en su dirección, se fue hundiendo poco a poco en el fondo del fútbol español.

Desde aquel curso del 0-6, el Villarreal ha permanecido veinte temporadas en Primera División, mientras el Hércules solo dos. Desde su primer ascenso, el conjunto castellonense solo ha pisado Segunda de forma puntual en dos ocasiones, mientras que el Hércules ha enlazado cinco descensos: dos a Segunda, dos a Segunda B y esta temporada a Segunda RFEF.

Otro dato significativo de la deriva de uno y otro es que el conjunto alicantino era, por aquel entonces, el segundo de la Comunitat  Valenciana en el histórico total del campeonato de Liga. Un cuarto de siglo después, el Hércules ha sido superado por Villarreal, Levante y Elche, su gran rival deportivo.

Además de la abismal diferencia deportiva, también existe otra igual de grande en la idea de proyecto y de club. El Hércules no supo rentabilizar su estancia en Primera para construir una ciudad deportiva, sentar las bases de un modelo y estabilizar socialmente la entidad, algo que sí ha logrado el Villarreal.

Ambos clubes tienen en común que fueron adquiridos por empresarios de reconocido prestigio. Fernando Roig compró el Villarreal hace veinticuatro años y desarrolló desde el primer momento un proyecto empresarial y deportivo que vivió su punto culminante el pasado miércoles con el título de la Liga Europa ante el potente Manchester United.

Dos años después, Enrique Ortiz, el constructor más influyente de Alicante, compraba el Hércules, en amenaza de quiebra, pero el diagnóstico, veintidós años después de su llegada, es que la entidad tiene más o menos la misma deuda y está en situación deportiva bastante peor.

También a nivel de patrimonio el club alicantino ha ido a menos. El Madrigal, por entonces un campo muy justo para acoger el fútbol profesional, ha sido objeto de varias reformas y ahora, bajo el nombre de La Cerámica, es un estadio moderno, todo lo contrario que el Rico Pérez, que se sometió a una renovación fantasma tras ser recomprado por una de las empresas controladas por el dueño del club.

Eso sin contar otros valores no cuantificables, como el prestigio de uno y otro club o las simpatías y admiración que pueden despertar. Mientras el Hércules ha perdido tirón en la Comunitat Valenciana, la provincia y casi en la ciudad, las simpatías por el Villarreal traspasan fronteras.

La cruda realidad del Hércules es que el Villarreal, maltratado deportivamente con el 0-6 de esa recordada temporada, no es solo un rival inaccesible para el equipo alicantino, sino que hasta su filial, el Villarreal B, lo supera año tras año.

De hecho, el joven equipo castellonense fue el que descabalgó al Hércules de la lucha por el ascenso y la próxima temporada competirá en una categoría superior a la del conjunto alicantino, que por primera vez en su casi centenaria historia estará a tres peldaños, más lejos que nunca, de la élite.

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