ALICANTE. Cerrada la brecha pandémica en el PIB provincial a lo largo de 2022, el crecimiento económico de Alicante se modera en el ejercicio 2023, hasta quedarse apenas en un 2,3% al cierre del primer semestre. Según el último Indicador Sintético de la Provincia de Alicante (ISpA) que elabora la Cámara de Comercio de Alicante, publicado a finales de octubre, el Producto Interior Bruto (PIB) a precios corrientes de la provincia creció en el segundo trimestre del año un 1,2% respecto al mismo periodo del año 2022, lo que supone que la progresión cae prácticamente dos puntos respecto al primer trimestre del año (crecimiento del 3,2% sobre marzo del año anterior).
Así, todo indica que a medida que avanza el año 2023, el dinamismo económico de la Costa Blanca pierde fuelle. De esta forma, el crecimiento del PIB acumulado en el primer semestre del ejercicio (último dato conocido hasta la fecha) se queda en un 2,3% respecto al año 2022, lo que sigue siendo un buen dato pese a los síntomas de frenazo que viene lanzando la macroeconomía. Hay que tener en cuenta que en todo 2019 no hubo ni un dato trimestral que alcanzase el 1% de crecimiento del PIB provincial. Eso sí, la progresión macroeconómica de la provincia de Alicante se queda en este 2023 muy lejos de la media española, cuando hasta el cuarto trimestre de 2022 sucedía justo lo contrario.
Bajando al detalle, la provincia ha sacado músculo en sus tradicionales puntos fuertes, como son el sector servicios y la construcción, pero flojea en lo demás. Los indicadores apuntan a una pérdida de dinamismo en la actividad industrial. "La mayor sensibilidad de las industrias manufactureras al endurecimiento de las condiciones financieras y el encarecimiento de los costes de producción están limitando su actividad, que también se ve frenada por la debilidad de la demanda interna y externa", indica el informe. "La pérdida de impulso de la actividad económica mundial y el debilitamiento del comercio de mercancías, junto con la apreciación del euro, pasan además factura a las exportaciones provinciales, que cierran el segundo trimestre en negativo".
Así, el ISpA del sector agrario estima una caída del 1,3% de su Valor Añadido Bruto (el PIB sectorial) en el segundo trimestre del año, lo que deja una reducción de 1,1 puntos en el primer semestre respecto al mismo periodo del año anterior. La situación no es nueva en el campo alicantino, que sigue siendo pese a todo uno de los motores de la economía provincial (y de sus exportaciones): la agricultura ya cerró con valores negativos de PIB el segundo y el cuatro trimestre del año pasado, según las estimaciones de la Cámara de Comercio, cuando en 2020 había mostrado una progresión espectacular y durante 2021 mantuvo el crecimiento, aunque de forma más moderada.
En el caso de la industria, la estimación del ISpA apunta a una caída del 1,6% en su Valor Añadido Bruto durante el segundo trimestre de 2023, comparado con el mismo periodo del año anterior, por las razones antes señaladas. La variación acumulada entre enero y junio respecto a 2022 es en este caso de 0,8 puntos negativos, también en rojo. En cambio, la construcción deja las mejores noticias al cierre del primer semestre del año, con un crecimiento del 6,5% entre abril y junio y un acumulado anual de nada menos que 7,8 puntos.
Como lo es también, no solo por su progresión sino por su peso en la composición del PIB provincial (más del 40% del total) el sector servicios. El segundo trimestre deja un crecimiento del 2,5% respecto al mismo periodo del año anterior, que se eleva hasta los 3,5 puntos si la comparativa se realiza sobre el semestre completo, por encima de la media. Desde que volvió a números positivos de forma muy destacada en el segundo trimestre de 2021, con la recuperación casi completa de la movilidad, el sector servicios alicantino no ha dejado de crecer, aunque su curva también se modera a medida que avanzan los meses.
En este sentido, si se desagrega el sector, el comercio crece un 1% trimestral (3,4% en el acumulado del semestre), y el turismo, la gallina de los huevos de oro, lo hace 3,9% (idéntico dato en el acumulado de 2023). "Los servicios siguen respaldando la actividad económica, principalmente por el turismo y las actividades de ocio y entretenimiento, así como las actividades profesionales, científicas y técnicas; administrativas y financieras, mientras otras ramas, como el comercio y el transporte, pierden fuerza", advierte el ISpA. Y por otro lado, "la edificación residencial se debilita por los altos costes de la construcción, la escasez de mano de obra y el endurecimiento de las condiciones de financiación".
En resumen, Alicante crece pero mucho menos que la media española, y perdido el brío de la postpandemia, lo hace de forma cada vez más moderada, aunque sin entrar aún (salvo los sectores indicados) en terreno negativo. Según los resultados de la Contabilidad Nacional Trimestral de España del INE, el PIB a precios corrientes del país registró un crecimiento interanual del 8,7% en el segundo trimestre de 2023, 2,3 puntos porcentuales menos que en el primer trimestre. Mientras que en la provincia de Alicante el PIB (estimado a través del ISpA), como se ha dicho, creció un 1,2%. Es decir, 7,5 puntos porcentuales menos que la media nacional.