LA VILA JOIOSA. Un nuevo revés para la ampliación de la piscifactoría de la Vila Joiosa. La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha emitido la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) desfavorable, lo que cierra prácticamente las puertas a su aprobación. Después de años desde que la empresa, Niordseas SL, comenzara su tramitación frente a la que se opuso la Cofradía de Pescadores y el propio Ayuntamiento.
Como ha venido contando este diario, la intención era aumentar en un 43% las toneladas de pescado que crían cada año en la localidad alicantina. En la actualidad, la superficie concesional es de 504.000 metros cuadrados y está autorizada para producir hasta 3.500 toneladas de dorada, lubina, corvina y seriola, según Resolución de 6 de agosto de 2019. Sin embargo, la ampliación de la producción que se solicitaba era de 1.500 toneladas, de forma que la capacidad de la granja marina se situaría en 5.000 toneladas al año.
Según consta en la resolución publicada este mismo jueves, pero firmada el pasado 14 de junio, estima "no aceptable" en cuanto a los efectos ambientales el proyecto de ampliación. "La ejecución del mismo podría ocasionar efectos adversos significativos sobre el medio ambiente, ya que no es posible establecer condiciones en las que pueda desarrollarse para la adecuada protección del patrimonio cultural", recoge el texto.
El informe que ha decantado esta situación parte del último emitido por la Dirección General de Cultura y Patrimonio el 8 de marzo de 2023. Este, en sentido desfavorable, recoge los estudios realizados por los Institutos de Ingeniería de los Procesos Químicos y de Arqueología y Patrimonio Histórico de la Universidad de Alicante. El mismo analiza los sedimentos depositados en el pecio Bou Ferrer. Aunque no concluye la procedencia directa del "material particulado con carga de nutrientes significativa", sí constata la existencia de la misma en la zona y que la distancia en el fondo de la tasa de deposición presenta una extensión superior a la de 1.200 metros.
Esto choca con las respuestas de la empresa a las alegaciones contrarias al proyecto. En su día, la mercantil defendió que la piscifactoría está lejos del pecio y por tanto, los sedimentos tenían otra procedencia que no era la de su granja. Apoyados en un informe del Instituto Ecología Litoral aseguraban que el área de influencia se quedaba a una distancia de 221,28 metros alrededor de las jaulas, cuando el pecio está a 1.140 metros.
Pero la empresa también tenía otros agentes en contra. La Dirección General de Turismo presentó alegaciones por considerar que el Estudio de Impacto Ambiental y Evaluación Ambiental que acompañaba al proyecto carecía de indicadores sobre su afección en el turismo de la zona.
El director general de Calidad y Educación Ambiental de la Conselleria de Agricultura destaca entre las argumentaciones de la mercantil la justificación del área de sedimentación, la acreditación del equipo redactor del Estudio de Impacto Ambiental, la explicación sobre la evolución de la pradera de posidonia y la proliferación de especies por la "protección que les ofrece la instalación". Además, Niordseas alegaban que no afectaría al turismo, señalando que cinco playas del municipio habían obtenido la bandera azul, entre otras razones, por la calidad del agua.
El proyecto cuenta con amplio expediente en el que figuran diferentes informes favorables, pero también negativos, como es el caso de la Dirección General de Cultura y Patrimonio, uno de 2020 y otro de 2023. Este último es vinculante y apunta directamente a la afección severa y crítica sobre el pecio Bou Ferrer. Se trata de un yacimiento arqueológico subacuático declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de zona arqueológica desde 2015 por la Generalitat. Además, está registrado en la UNESCO dentro de su Catálogo de mejores prácticas del patrimonio cultural subacuático. De ahí el interés por su protección.
Es más, según los estudios presentados, el informe de la Dirección General de Cultura expone que a día de hoy ya se ha formado una "gruesa capa sedimentaria" sobre los restos arqueológicos destapados, lo que, señalan, ocasiona el deterioro de las ánforas, metales y restos del pecio. Además, hablan de que el proyecto carece de un estudio de afección al patrimonio arqueológico suscrito por un "técnico arqueólogo especializado en arqueología subacuática". Al tiempo que señalan que la mención al Patrimonio de la documentación "queda reflejada sucintamente sin especificar autoría" ni "incluir medidas protectoras ni correctoras" para reducir o compensar los efectos.
Con todo, en sus consideraciones, la DIA expone que el incremento de producción generará un crecimiento de los residuos generados, debido al aumento de heces y de restos de pienso no consumido. Frente a la resolución, no obstante, cabe recurso en vía administrativa y judicial.