ORIHUELA. El 92% de las empresas en nuestro país son familiares, pero solo un 8% logra alcanzar la tercera generación (y apenas un 2,6% la cuarta). Un dato muy por debajo del de países de nuestro entorno como Bélgica (17%) o Alemania (29%), y que convierte el de la sucesión o relevo generacional en el momento más crítico de la historia de una empresa familiar. Para abordarlo, empresas de éxito que han alcanzado la tercera o la cuarta generación compartieron sus experiencias este miércoles en el Casino de Orihuela, en una jornada organizada por Aefa y el Banco Sabadell que estuvo protagonizada por Muga, TM Grupo Inmobiliario y Muebles Point.
El primero en compartir la experiencia de su empresa (tras la presentación de la jornada a cargo de Maite Antón, presidenta de Aefa, y Fernando Canós, director territorial del Sabadell) fue Eduardo Muga, tercera generación y director financiero de las archiconocidas Bodegas Muga (30 millones de facturación en 2022), entrevistado por Juanjo Sellés, gerente de Bardisa y distribuidor de sus vinos. "Nosotros no teníamos un protocolo fijado, y la incorporación de la tercera generación salió de forma natural, mi padre y mi tío lo hicieron muy bien", explicó. Sin embargo, "ahora sí estamos en proceso de redactar un protocolo familiar, ayudados por consejeros externos".
Muga explicó que no cuentan con un director general, pero sí con un comité de dirección, y que las decisiones estratégicas se toman en el consejo de administración, donde están los miembros de la segunda generación y siete representantes de la tercera. "Tomamos las decisiones por consenso, buscando el equilibrio, las mejores competencias y la generosidad". En cuanto al protocolo en elaboración, de momento ya aplican algunos requisitos: "Exigimos formación, idiomas, y experiencia previa fuera de la empresa". Él mismo pasó diez años en multinacionales antes de incorporarse como director financiero.
Muga exporta el 55% de su producción, y su principal mercado es Estados Unidos, donde fueron pioneros hace cuarenta años. No obstante, apuestan por mantener el peso del mercado local por su vinculación con el entorno. "Hay que ir a ferias, abrir muchas botellas, viajar... y encontrar al distribuidor ideal, no hay otra". Su firma destina mucha inversión a las viñas, ampliando su cartera, aunque también compra a viticultores. "Aplicamos mucha I+D, pero en la viña trabajamos a mano, que es como mejor llega la uva". Esa fusión entre tradición y modernidad se da también en la vertiente comercial. "Nos gusta el contacto con la gente, la cercanía, pero estamos muy activos en el marketing digital".
Tras Muga, subieron al escenario Ángeles Serna y Cristina Serna, de TM Grupo Inmobiliario, junto a Pepe Pons y Juan Pons, de Muebles Point, firma fundada en Gata en 1920 y Premio Nacional de Diseño. La primera empresa tiene más de cincuenta años, y la segunda más de cien. Una está incorporando a la tercera generación y la otra a la cuarta. Moderados por Nuncy Serrano, de Aefa, las dos generaciones de cada empresa explicaron cómo han abordado los relevos generacionales para alcanzar el éxito.
En el caso de TM, su presidenta, Ángeles Serna, explicó que "se produce un malentendido al pensar que relevo significa elegir a una persona, cuando se trata de crear un plan de continuidad". En su caso, la empresa aplica la tercera versión del protocolo familiar porque la primera nunca se firmó (su padre falleció en el proceso) y la segunda "fue a un cajón". Para preparar a la tercera generación, la empresa creó un "comité de primos", del que forman parte todos los miembros de la tercera generación a partir de los 15 años, y donde se forman y conocen la marcha y los valores de la empresa. "Aunque en el futuro no sean directivos de la empresa, sí que van a ser como mínimo accionistas", explicó.
Desde el punto de vista joven, Cristina Serna, que no trabaja (de momento) en TM, sino en Cuatrecasas, puso en valor la existencia de este comité de primos como órgano donde formarse y también como foro de comunicación para recabar ideas, opiniones, etc. La comunicación intergeneracional, la escucha activa, para implicar a los jóvenes sería una de las claves a tener en cuenta cuando se prepara la sucesión.
Por su parte, Pepe Pons, de la tercera generación y director de Operaciones ya jubilado de Point, señaló como herramienta fundamental (al margen de una correcta planificación y ejecución) la creación de "cordones sanitarios" que eviten que problemas familiares contaminen a la empresa y viceversa. "Somos cuatro hermanos, y cada rama es un compartimento estanco, hay cosas del consejo que no se comentan en casa". Su empresa, además, tiene vetados a los cónyuges, cuñados y demás familia política, e incorpora a la familia directa pero en función de sus capacidades. "Tengo un sobrino que conduce una furgoneta, por ejemplo".
De momento, tres primos de la cuarta generación ya están en la empresa, y también mantienen sus canales de comunicación formal e informal, para que todos se sientan parte de la empresa, como explicó el joven Juan Pons. "Yo ya estoy en un puesto directivo pero estamos planificando el relevo" de la tercera generación. "La comunicación es muy importante porque cada generación aporta cosas distintas". Y para mantener el sentimiento de unidad, un último secreto: "Cada sábado nos juntamos todos a comer, es algo que nos inculcó mi madre y que ha ayudado a mantenernos unidos, y lo seguimos haciendo".