ALTEA. El Ayuntamiento de Altea ha aprobado una prórroga para las obras de la piscina municipal de dos meses. Los trabajos se iniciaron en diciembre del año pasado y tenían una duración aproximada de tres meses, según señaló el Consistorio en su momento. Sin embargo, seis meses después, la mejora en las instalaciones no terminan y la empresa adjudicataria, Categor, ha pedido más tiempo excusando motivos que escapan de sus manos. Según el Ayuntamiento, en la actualidad se encuentran en un momento de 'parón' y buscan soluciones para conseguir su desbloqueo.
El relato de la empresa apunta a que el problema se debe al aumento de los precios y la falta de materiales por el retraso de los envíos internacionales. Esto habría supuesto la demora que viene sufriendo la obra de la piscina municipal.
De este modo, han desvelado que a finales de abril hubo una reunión para conocer los detalles entre la empresa y representantes del gobierno local: el alcalde de Altea, Jaume Llinares, y los ediles de Infraestructuras y Deportes, Diego Zaragozí y Pere Barber. En dicha reunión también estuvieron presentes los técnicos de las áreas competentes, así como los servicios jurídicos municipales.
En aquel encuentro concretaron que la bomba de calor para el tratamiento del aire y la deshumidificación, que según los pliegos técnicos ha de ser renovada, es una de las piezas que más problemas está dando. Entre producción y envío, dice el Consistorio, puede tardar hasta tres meses, retardando así la finalización de las obras. Por ello, la adjudicataria ha solicitado la ampliación del tiempo para acabar los trabajos de la piscina. Concediéndole dos meses más, sin saber si se tendrá que aumentar más adelante.
Dada la situación, las autoridades municipales se mostraron preocupadas por la situación de bloqueo que padecen estas obras en la Ciudad Deportiva y los inconvenientes que están sufriendo los usuarios de esta instalación, que se podría alargar durante el verano. En este sentido, reclamaron a la empresa que retomen las obras que pueden seguir sin estar afectadas por la falta de materiales. Así, esta semana se han vuelto a poner manos a la obra en tareas relacionadas con la electricidad en la sala de máquinas y los vestuarios.
Con todo, especificaron que queda pendiente aún la renovación del pavimento de la playa de la piscina, zona que la rodea, y la instalación de las nuevas placas de metacrilato de la cubierta.
La obra se adjudicó por un importe de 340.000 euros y a grandes rasgos consistía en la reparación de las diferentes roturas del vaso de la piscina y la sustitución de la maquinaria que ya ha sobrepasado su vida útil. También preveía el cambio de los filtros y de la depuradora. La entrada al recinto también iba a ser modificada para hacerla más accesible y adaptada a personas con movilidad reducida.