ELCHE. Hace unas semanas el sector del calzado estaba en el candelero porque se había convocado una huelga en el mismo, algo que no ocurría en la ciudad ni la comarca desde hacía décadas. Unas negociaciones que finalmente llegaron al acuerdo de una subida salarial del 12,5% para los trabajadores hasta 2025. Estos días, según una encuesta interna de la patronal Avecal, el 14% de las empresas de calzado de la Comunitat esperan incrementar su facturación entre un 5% y 6% en 2023. Unos datos acordes a las cifras globales del sector si se atiende a 2022: se empieza a dejar atrás la crisis por la pandemia y se supera el valor de las exportaciones prepandemia, e incluso se está recuperando e incrementando el empleo por factores como la relocalización o la distribución.
Las exportaciones han tenido una trayectoria positiva durante 2022, y si bien es cierto que se ha reducido la cantidad de pares vendidos, el valor de las exportaciones han superado las cifras de 2019, último ejercicio antes de la covid. Las exportaciones superaron los 3.034 millones de euros el año pasado, mientras que en 2019 el valor se situó en torno a los 2.677 millones. En este sentido, el sector zapatero está creciendo en mercados como Estados Unidos. "De hecho, de enero a noviembre de 2022, tuvimos crecimientos en las exportaciones de calzado de la Comunitat Valenciana superiores al 40%", explica Marián Cano, presidenta de Avecal, quien añade que "en otros mercados como China se está bajando, con caídas bastante pronunciadas que se acercaban al 48% durante este mismo periodo".
No obstante, indica que aunque el sector ha empezado a recuperarse de la pandemia, aún son muchos los flancos a los que aún tiene que hacer frente, como los costes en las materias primas y la energía. "A ello, se suma el efecto de la inflación en la renta de las familias y cómo afectará al consumo de moda en los próximos meses, por lo que nuestras empresas se muestran precavidas en sus previsiones para este año". De ahí que por ejemplo en esa reciente encuesta el 25% de las compañías manejen unas previsiones más conservadoras, en las que cifran el aumento de su facturación en apenas un 1% para este año.
En este sentido, aunque las cifras están siendo buenas en general, y los datos invitan al optimismo en el sector, "pese a todo, nuestras empresas se muestran cautelosas en sus perspectivas de cara a 2023, porque no debemos olvidar que la crisis de la Covid fue una crisis de duración muy larga y que hizo mella profundamente en el consumo de moda". Se espera que desde el sector uno de los puntos críticos que ahora van a tener que afrontar las empresas del calzado va a ser la liquidez y las tensiones en su tesorería, ya que se siguen recuperando de la pandemia, "pero ahora además con el hándicap de que deberán afrontar la reducción de márgenes y la devolución de los créditos ICO". Con todo, creen que hay buenas oportunidades para consolidar esa senda de recuperación en ferias como la de Micam, que tendrá lugar del 19 de febrero al 22 de dicho mes. "Este mercado se mueve y piensa en global. Parece que vamos en la buena línea, y creemos que la participación de nuestras empresas será buena".
Por otra parte, y sobre la recuperación del empleo, ya que el Instituto Nacional de Estadística (INE) reveló que 2022 se cerró en el último trimestre con 58.200 personas en el sector del cuero y el calzado, un 3,2% que 2019, Cano lo atribuye a la relocalización. Asevera que las firmas están apostando por ello "por la sostenibilidad en las empresas y su responsabilidad social". Una producción más cerca supone un importante ahorro de costes, además de ese cambio de chip por la 'responsabilidad social', hacen que se anteponga al ahorro que antes llegaba por la mano de obra barata en países asiáticos. Asimismo, también ayuda que las marcas de distribución están poniendo el foco en Europa. "Nuestras empresas son más responsables que otras empresas que son competencia a nivel internacional", esgrime la presidenta de Avecal.
No obstante, preocupa que con esta tendencia de relocalización no existan suficientes empleados formados para dar respuesta a la demanda de las compañías. Algo que se está también intentando corregir desde institutos como el Sixto Marco. "Por eso seguimos promocionando la creación de una formación especializada que dé respuesta real a las necesidades de las empresas en los oficios de esta industria manufacturera", explica. No es ninguna novedad que sobre todo los puestos manuales de la cadena de valor, siendo el aparado el exponente más precario, supone un freno para el relevo generacional, mientras que otros puestos como los de patronista o diseño son más atractivos. De hecho, la propia Cano añade que una de esas cuestiones pendientes es "ser capaces de atraer el talento joven hacia nuestro sector, un problema que comparten otros sectores industriales. Estamos pensando en organizar campañas para atraer ese talento, hacer que este sector sea atractivo para los jóvenes, y solucionar así el problema de relevo generacional que tenemos", finaliza.