El área de Infraestructuras de Alicante supervisó el contrato de la pérgola bajo sospecha

ALICANTE. La contratación de la construcción e instalación de la pérgola de la plaza de La Alcoraya, que ha desatado la controversia política por la supuesta existencia de un trato de favor a la empresa de un conocido del edil de Fiestas y Partidas Rurales, Manuel Jiménez -la misma compañía que ejecutó obras de reforma por algo más de 10.000 euros en su domicilio un año y medio antes, según se ha divulgado hasta ahora a partir de la declaración responsable con la que se regularon esos trabajos ante la Concejalía de Urbanismo-, quedó bajo la supervisión de la Concejalía de Infraestructuras desde el principio hasta el final de su tramitación, aunque fuese el departamento de Partidas Rurales quien ejerciese como su promotor.

Así se desprende de la documentación consultada por Alicante Plaza en la que se reflejan los pasos del proceso de contratación, en la que se concreta que fue, de hecho, un técnico de Infraestructuras quien dio inicio al procedimiento administrativo. Ese primer paso fue la preparación del documento de retención de crédito: el paso por el que se reserva una determinada suma para ejecutar una actuación concreta. 

Dicho trámite se cumplimentó el 15 de diciembre de 2022 -un día después de que Partidas Rurales adjudicase la construcción de la pérgola a Rehabilitaciones Grupo Leuka a través de un procedimiento negociado- tras las conversaciones cruzadas a través de correo electrónico entre técnicos de Infraestructuras y de Partidas Rurales sobre cómo debía procederse para poder disponer de los 45.932 euros de fondos disponibles en el presupuesto de Infraestructuras con los que se financió la construcción y montaje de la estructura.

El documento quedó firmado por el jefe de servicio de Partidas Rurales y Participación Ciudadana y, al tiempo, por el jefe del área de Intervención. Esa segunda firma, según fuentes municipales, sería la que daría validez al procedimiento, ya que avalaría que una concejalía pudiese disponer de una cuantía económica asignada a otra área distinta.

A partir de ahí, se firmó un segundo documento, el de autorización y disposición del gasto, en la misma fecha (15 de diciembre) pero dos horas más tarde, por el que se permitía usar esa partida concreta. De nuevo, ese formulario incorporó la rúbrica del jefe de Partidas Rurales y Participación Ciudadana, así como la del jefe del Departamento de Contabilidad.

Y, por último, se tramitó el documento de reconocimiento de obligación de pago por el que se daba el visto bueno al abono del precio de la pérgola bajo sospecha. Ese tercer formulario, fechado el 12 de enero de este año, también incluye la firma del jefe de Partidas Rurales y Participación Ciudadana y, por primera y única vez, también la de Jiménez como máximo responsable del órgano promotor, aunque el contrato se costease con fondos de Infraestructuras. Fuentes municipales consultadas concretaron que la firma del concejal que promueve la contratación es la última firma indispensable para que pueda procederse al pago de todos los contratos menores.

Pero, además, a ese último paso solo se pudo llegar después de que se hubiese producido la recepción y aceptación efectiva de la obra realizada. Ese requisito se cumplimentó el 11 de enero de 2023 con el visto bueno del responsable del contrato, que no fue otro que el técnico adjunto al jefe de servicio de Infraestructuras que coordina el concejal José Ramón González.