La alicantina MARI CARMEN CORTÉS se estrena en la novela con un guiño a su profesión

'Ágatha, tú que me entiendes', desestigmaticemos el trabajo social

9/09/2021 - 

ALICANTE. Hasta la fecha, Mari Carmen Cortés Sempere, trabajadora social, licenciada en Humanidades y Doctora en Historia por la Universidad de Alicante, había publicado numerosos textos académicos y artículos de divulgación a lo largo y ancho de su trayectoria. En la escritura creativa, en cambio, se inició con la poesía y los relatos cortos, pero nunca pudo ir más allá. Una vida profesional agitada, a caballo entre las labores municipales y el voluntariado social, le ha impedido cumplir antes su deseo. Ahora, dice, le ha llegado su momento. Ágatha, tú que me entiendes (de Ediciones Alféizar) es la primera incursión de la alicantina en el mundo de la novela.

“Estoy contenta porque el tiempo va que vuela —ríe—, pero he llegado a tiempo de escribirla, y espero que no sea la única”. En su ópera prima, la vida de un policía local sesentón, viudo y solitario que se refugia en las novelas de Marcial Lafuente Estefanía da un giro repentino cuando lo trasladan a los Servicios Comunitarios del municipio de Albovar. Allí, tendrá como misión principal custodiar a la protagonista, Ágatha Leoni, una trabajadora social amenazada por los agresores de las mujeres maltratadas que atiende en una casa de acogida. Juntos se verán envueltos en un crimen, y el pasado de él confluirá entonces con el presente de ella.

Aunque a veces la realidad supere la ficción, Cortés asegura que Ágatha no está inspirada en hechos verídicos: “La vida municipal y el entorno de la acción social es el mundo que conozco y el primero con el que me he atrevido a lanzarme, pero no deja de ser una obra de ficción. No es una fotografía de la realidad, sino —al estilo de los pintores impresionistas— mi impresión de aquel momento, de aquella época”. Un momento que ha situado en 1986 y en una localidad ficticia de la costa levantina. “Es una novela muy mediterránea. La protagonista tiene sus raíces en Tabarca y pasó su adolescencia en Ibiza”, explica la autora.

Sobre la invención del escenario también expone sus argumentos: “Una tesis doctoral marca”, apunta en referencia al trabajo Historia de Alicante a través del claustro de las Capuchinas (siglos XVII-XXI), publicado en 2019. “Durante cinco años, cada línea que escribía debía estar fundamentada. Deseaba hacerlo sin tener que justificar cada palabra ni citar cada fuente”. Y en esa búsqueda de la libertad, Ágatha le permitió tomarse todas las licencias que la ficción concede. “Tenía muchas ganas de desligarme de las cadenas de la academia”, confiesa.

En la actualidad, Mari Carmen Cortés Sempere es presidenta de la asociación Casa Oberta, dedicada a la acogida de jóvenes en riesgo de exclusión social a través de viviendas de emancipación, una experiencia que se ve reflejada en la novela. En este sentido, la escritora asevera que, en el ejercicio de su profesión, se reproducen a menudo circunstancias similares: “Vivimos situaciones de peligro porque tratamos problemáticas sociales. De hecho, es algo por lo que siempre luchamos; por obtener el reconocimiento de la peligrosidad en nuestro trabajo”.

Su objetivo al escribir la novela —garantiza— nunca fue reivindicativo o de denuncia. Sin embargo, una vez terminada, advirtió en ella una perspectiva positiva sobre su oficio: “Estoy contenta porque espero que haya contribuido a dar una visión de las trabajadoras sociales diferente a esa tan manida y horrible de las series americanas, en las que nos dedicamos a quitar niños”. Confía, asimismo, en que el libro sirva para dar a conocer “una profesión joven y bastante oculta”.

En cualquier caso, su única pretensión inicial fue la de conseguir atrapar a quien se sumergiera en el relato a dos voces: “Cuando estuve leyendo para escribir Ágatha, tanto manuales de técnicas narrativas como autoras consagradas, me llamó mucho la atención que tanto Patricia Highsmith como Agatha Christie coincidieran en que el objetivo de la novela es entretener”. Por todo ello, apenas unas semanas después del lanzamiento, su mayor recompensa es que las primeras personas en leerla le confiesen haberse enganchado a la trama. Ánimos que —reconoce— alimentan sus ideas para futuros proyectos: “Esto es un vicio”.


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