ALICANTE. Semana dura en el Hércules y también semana de secretos a voces revelados.
Si Portillo hacía público el lunes el enfado del club, a todos los niveles, con la marcha del equipo que inmerso en una profunda crisis de juego y resultados y que tiene una auténtica final el próximo domingo contra el Cornellà, este miércoles Pol Bueso confesaba que el vestuario vive con "inquietud y nerviosismo" estos días de mercado de fichajes.
Pocos dudaban ya a estas alturas que el bajón de rendimiento que tradicionalmente acusa el Hércules en enero respondiese a otra cosa que no fuera la lógica ansiedad que provoca en los jugadores, como le ocurre cualquier otro trabajador, verse amenazados por un 'despido'.
Es algo que pudo verse en el partido ante el Alcoyano, tres días después de que el entrenador dijera en sala de prensa que el equipo necesita reforzarse con un delantero centro: los jugadores blanquiazules, en especial los que ocupan posiciones más avanzadas, no se mostraron todo lo sueltos que acostumbran.