MADRID (EP). Al igual que los árboles viejos en un bosque, los viejos peces en el océano juegan un papel importante en la diversidad y estabilidad de los ecosistemas marinos. Críticamente, cuanto más tiempo se deja vivir a un pez, más probable es que se reproduzca con éxito a lo largo de su vida útil, lo cual es particularmente importante en condiciones ambientales variables.
Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Washington (UW), en Estados Unidos, ha descubierto que, para decenas de poblaciones de peces de todo el mundo, los peces viejos están muy agotados, principalmente debido a la presión de la pesca. El artículo, publicado en la edición digital de este jueves de 'Current Biology', es el primero en informar de que los peces viejos están desaparecidos en muchas poblaciones alrededor del mundo.
"Desde nuestra perspectiva, tener una estructura de una edad amplia proporciona más oportunidades de conseguir esa combinación correcta de cuándo y dónde reproducirse", afirma el autor principal, Lewis Barnett, investigador postdoctoral de la UW en la Escuela de Ciencias Acuáticas y de la Pesca y el 'Joint Institute for the Study of the Atmosphere and Ocean'.
En el sector forestal, una granja de árboles con árboles de sólo 20 años de edad puede ser sana y productiva, pero la pérdida de árboles de edad avanzada no debe pasar desapercibida. Los árboles gigantes tienen rasgos únicos que soportan un número de especies de animales y plantas y hacen a un ecosistema diverso y robusto. En un sentido similar, sucede lo mismo para los peces viejos.
"Una mayor complejidad de edad entre las especies puede contribuir a la estabilidad general de una comunidad -afirma Barnett-. Si recortas esa diversidad, probablemente estás reduciendo la capacidad de la red de alimentos marinos para amortiguar el cambio". La designación de un "pez viejo" varía de especie a especie, dependiendo de la historia de vida: algunos tipos de pez roca pueden vivir hasta 200 años, mientras que pocos arenques viven después de los 10 años.
Después de que los peces femeninos lancen los huevos, muchos factores deben alinearse para que una cría sana nazca y crezca hasta el tamaño adulto. Debido a que el ambiente marino es tan variable, las especies pueden pasar una década entera entre crías exitosas. Los peces más viejos de una población tienen más años para producir huevos, elevando las posibilidades de éxito en el tiempo.
"En el mundo marino, la tasa de éxito de la producción de nuevos peces crías es extremadamente variable -señala el coautor Trevor Branch, profesor asociado de Ciencias Acuáticas y Pesqueras de la UW-. Pienso en los peces viejos como una póliza de seguro que te llevan a través de esos periodos de mala reproducción mediante la producción de huevos consistentes".
Además de tener más oportunidades para reproducirse, los peces más viejos también se comportan de manera diferente que los peces más jóvenes. A medida que envejecen, algunos peces cambian lo que comen y dónde viven en el océano. También asumen diferentes papeles en la red alimentaria marina, a veces se convierten en un depredador más dominante a medida que envejecen, y más grande.
Cuando se sacan los peces viejos de la mezcla, la diversidad y estabilidad de un ecosistema pueden sufrir, según los autores. "Los peces grandes son de muchas maneras diferentes de los peces más pequeños -dice el coautor Tim Essington, profesor de Ciencias Acuáticas y Pesqueras de la UW-. Tener esa diversidad actúa como una protección contra el riesgo y ayuda a estabilizar un poco el sistema".
Los investigadores analizaron la producción de modelos obtenida de pesquerías comerciales y recreativas y observaciones científicas que describen el estado de las poblaciones de peces a lo largo de los años. En su análisis de 63 poblaciones que viven en cinco regiones oceánicas en todo el mundo, encontraron que la proporción de peces en las clases de edad más avanzada ha disminuido significativamente entre un 79% y 97% de las poblaciones, en comparación con las tendencias de pesca históricas o cifras sin explotación, respectivamente. La magnitud de la disminución fue superior al 90 por ciento en entre el 32 al 41 por ciento de los grupos.
Esto se debe principalmente a la presión de la pesca, dicen los investigadores. En general, cuanto más tiempo vive un pez, más encuentros tiene con el arte de la pesca y mayor es la probabilidad de que sea capturado. Sin embargo, algunos factores ambientales como las enfermedades y la contaminación también pueden contribuir a la pérdida de viejos peces.
Estos hallazgos podrían aportar información a la gestión pesquera, que a menudo establece limitaciones basadas en el peso total de peces capturados durante una temporada sin considerar factores como el tamaño o la edad de un pez. Los autores sugieren métodos de pesca para proteger peces jóvenes y viejos al prohibir la captura de peces por debajo y por encima de un rango de tamaño específico.
Otras soluciones incluyen el cierre de ciertas áreas a la pesca permanente, o áreas rotatorias donde la pesca puede tener lugar cada año para permitir que los peces envejezcan y sean más grandes, algo similar a las rotaciones de cultivos agrícolas que permiten que el suelo se recupere entre ciclos de siembra.