ELCHE. De proyecto emprendedor a empresa internacional en sólo dos años. ¿Se puede lograr este reto? El fundador y CEO de la empresa Krystaline Waterproof Concrete, Jorge Company, está convencido de que todo es posible con un producto novedoso y competitivo como el que comercializa esta joven compañía fundada en 2016. El proyecto emprendedor ha creado la primera empresa en Europa que fabrica y distribuye un aditivo elaborado con arena, cal y otros productos químicos con base cristalina capaz de impermeabilizar el hormigón para evitar filtraciones y humedades y sellar fisuras.
La compañía, asentada en el Parque Industrial de Elche, ha logrado llegar en dos años a 14 países de América, Europa y Asia, y su objetivo ahora es hacer una multinacional con sede en España y dos centros de producción en China y Estados Unidos. Para ello este año se emplearán a fondo en buscar inversores, aumentar la cartera de clientes, consolidar su marca y preparar su anexión con otra empresa en 2019. "El objetivo es encontrar una inversión de 500.000 euros que nos convierta en un proyecto multinacional y que en 2020 nuestro proyecto internacional sea una realidad", revela Jorge Company.
La naturaleza hidrofílica del producto de Krystaline permite que pueda penetrar en la estructura del hormigón e impermeabilizarlo de forma más efectiva y duradera, generando una cristalización al contacto con el agua. Se aplica tanto durante la preparación del hormigón como en reparación una vez se detectan humedades o filtraciones en lugares como sótanos, piscinas o cualquier tipo de construcción residencial o civil para evitar la penetración del agua. "Esta solución es más barata que el proceso de impermeabilización por membranas con productos hidrofóbicos que se emplea actualmente en Europa, y además perdura para siempre", explica este empresario y lamenta que, pese a las ventajas de su producto, algunos constructores y empresas cementeras europeos se resistan a probarlo "más por desconocimiento que por hostilidad".
En otros continentes está más entendido su uso. Los competidores a los que se enfrenta Krystaline son grades compañías asentadas en China y Estados Unidos, "pero nos diferenciamos de ellos por la relación calidad-precio ya que nosotros podemos ofrecer unos costes finales entre un 20 y un 30% inferiores", asegura Jorge Company. El abaratamiento se debe a que se necesita emplear en obra sólo un kilo de aditivo con un precio medio de 15 céntimos para un metro cúbico de cemento. "Los demás son más baratos de entrada, pero se requiere más cantidad y al final salen más caros", comenta.
Krystaline dedica actualmente un 20% de sus ingresos a I+D, pero "en cuanto empecemos a ser rentables, el objetivo es dedicar a este capítulo un 40% de los recursos de la empresa". Sus técnicos trabajan para mejorar y abaratar el producto y sacar nuevos artículos que disminuyan el tiempo de fraguado del hormigón. La mercantil cuenta con el apoyo de los fondos CDTI y está incluida en el programa de Red Exterior.
Actualmente Krystaline colabora con los departamentos de investigación de diversas instituciones como el Instituto Torroja, que ha incluido a la compañía en un Proyecto Horizonte 2020 de la Unión Europea, y con las universidades de Córdoba, Oxford, Milán y Bélgica. También investigadores de la Universidad de Granada y otra universidad de Polonia se han interesado están realizando estudios sobre durabilidad y permeabilidad del producto. "Somos un referente en el estudio de la tecnología cristalina aplicada al sistema de reparación y aditivos para obra nueva", explica Jorge Company, consciente del interés despertado por el aditivo de Krystaline. "Esto es prestigio para nosotros y, además, una oportunidad de que se empiece a conocer en Europa al tecnología cristalina", remarca.
Krystaline es una iniciativa de Jorge Company, un veterano empresario alcoyano de 52 años con experiencia en el sector del mármol y el calzado que vio una oportunidad al conocer este producto. La compañía arrancó en mayo de 2016 con una inversión inicial de más de 200.000 euros y el apoyo de entidades bancarias. Actualmente tiene cuatro socios cada uno de los cuales se encarga de una de las áreas de la empresa: técnica, comercial, logística y administración.
Desde el principio Krystaline contó con profesionales que ya tenían un rodaje en el sector y querían apostar por introducir soluciones innovadoras en un mercado copado por las gigantes multinacionales del cemento. "Teníamos muy pocos contactos, pero poco a poco vamos consolidando una cartera de clientes visitando puerta a puerta a distribuidores, constructoras, especialistas en reparación y almacenes de construcción", explica el responsable comercial de la empresa, Jorge Company.
Krystaline dedica actualmente un 20% de sus ingresos a I+D, pero "en cuanto empecemos a ser rentables, el objetivo es dedicar a este capítulo un 40%
Como resultado en 2016 se logró llegar a Chile, México, Colombia y República Dominicana y se alcanzó una facturación de 60.000 euros. El segundo año el mercado se amplió en Europa, con países como Polonia, Estonia y Bulgaria, en Asia con Irán y en África Tanzania. La facturación se elevó a 230.000 euros en 2017. Este año comienza con incursiones en Portugal, Croacia o Egipto y las primeras ventas en España, concretamente en Tenerife. La previsión para este ejercicio es superar los 500.000 euros, duplicando los resultados del pasado ejercicio, y llegar en Oriente Medio a países como Qatar, Omán o Dubái.
Las ventas son actualmente de 100.000 kilos al año "y eso es poco en una industria como la que estamos. Para ser viables tenemos que llegar en 2019 a 250.00 o 300.000 kilos, ampliar plantilla y la red comercial", admite Jorge Company, convencido de que este proyecto, como cualquier nueva empresa, sólo tiene un enemigo: "La capacidad de aguante del emprendedor".