VALÈNCIA. Retrasar la maternidad rebasada la barrera de los 40 años es cada vez más frecuente en España. El porcentaje de madres primerizas de cuarenta años supone más del doble que hace diez años, según datos del Instituto Nacional de Estadística. A ello se suma que mientras que en el resto de Europa la mayoría de las mujeres que tenían el primer hijo se encontraba en la veintena, mientras que el 61,6 % de recién nacidos en España tenía madres con edades comprendidas entre 30 y 39 años, el porcentaje más elevado de la Unión Europea en ese segmento.
Además, nuestro país fue el segundo estado de la Unión Europea con más madres primerizas que tenían cuarenta años o más en el momento de dar a luz en 2015, según un estudio de la oficina estadística comunitaria Eurostat. Un 7,4% del total, solo superada por Italia, donde las madres primerizas mayores de 40 años suponen el 8% del total.
Las razones de este aplazamiento son múltiples. El estudio ‘La Infecundidad en España: tic-tac, tic-tac, tic-tac!!!’, del Centre d’Estudis Demogràfics de la Universidad Autónoma de Barcelona apunta a condiciones emocionales y materiales. Por un lado, el deseo de tener una pareja con la que compartir equitativamente un proyecto de vida, “en España todavía hoy la distribución de roles dentro del hogar es asimétrica y se vuelve más desigual cuando llegan los hijos”, destaca el estudio de la UAB. Esa situación está influyendo en el aumento de mujeres solteras mayores de 40 años que acuden a centros de reproducción asistida para someterse a un tratamiento de fertilidad (un 61% en los últimos cinco años). Por otro lado, el desarrollo de una carrera profesional y así conseguir una estabilidad económica y una consolidación laboral que les de seguridad para afrontar el deseo de ser madre
Y esto enlaza con la tercera razón, la falta de políticas públicas que apoyen a la reproducción, “nuestro país está a la cola de los países europeos en cuanto a políticas de conciliación”, apunta apunta Sara Jort, psicóloga y psicoterapeuta Gestalt, especializada en Psicología Perinatal y fundadora de la Asociación Española de Psicología Perinatal.
Así se llega a una franja de edad en la que se está lejos de la edad ideal para ser madre por primera vez, debido a la reserva ovárica de la mujer. No es lo mismo la calidad y la cantidad de óvulos de una mujer de 40 años que cuando tiene 20 ó 30 años. A partir de los 35 años disminuyen las posibilidades de embarazo debido al deterioro en número y calidad de los óvulos. Por ello, desde el IVI señalan que si tienen más de 35 años y están buscando un embarazo no tarden más de seis meses en acudir a una clínica especializada.
De hecho, diversos estudios señalan que se ha producido un cambio en el perfil del paciente que acude a un centro de reproducción asistida. Al principio se acudía para solucionar un problema de fertilidad provocado por cuestiones físicas o de salud. Sin embargo, en la actualidad las mujeres que acuden suelen tener más de 35 años (en el IVI la edad media de las pacientes se sitúa en 38,4 años) y tienen problemas de fertilidad asociados a la edad.
En un centro como el IVI ofrecen diversas técnicas de reproducción asistida a las que recurrir y dependiendo del perfil de la paciente se recomienda una u otra. Según los resultados de 2016, un 29% de los 45.122 tratamientos fue de fecundación in vitro (FIV), que ha crecido un 9,8% en el último año. Otros tratamientos son la inseminación artificial, una FIV con ICSI (Inyección Intracitoplasmática), una ovodonación… En la mayoría de los casos, una mujer de 40 años o más se suele someter a una fecundación in vitro y si eso no funciona, en un alto porcentaje (un 67%) recurren a una ovodonación.
Otra opción es haber planificado con anterioridad la posibilidad de ser madres con la preservación de óvulos. Una opción que en el IVI ha crecido un 256% en los últimos cinco años, lo que significa que cada vez las mujeres son más conscientes de las ventajas de la preservación si quieren ser madres más adelante.
Cuando todavía existe una adecuada reserva ovárica, antes de los 35 años, la mujer acude a un centro como el IVI para someterse a este tratamiento y así presevar la fertilidad y posponer la capacidad reproductiva de una mujer el tiempo que se desee, con las mismas posibilidades que en el momento en que se vitrifican los ovocitos. Es decir, una mujer de 40 años puede ser madre con sus óvulos de cuando tenía 30 años. Esto siempre es más fácil que intentarlo con sus óvulos de 40 años, que no tienen la calidad o cantidad necesaria y al final deben recurrir a un óvulo joven donado.