EL CAMPELLO. La partida de gasto destinada a productividades en El Campello ha llegado al límite. Esto significa que con el pago correspondiente a octubre casi se ha completado la cantidad presupuestada para este concepto en 2020, por lo que se han agotado los fondos para abonar dichas productividades al personal funcionariado, a falta de dos meses para que finalice el año.
Las productividades son un complemento en el salario de las funcionarias y los funcionarios destinado a retribuir el trabajo extra que está desempeñando el empleado o empleada. Ante esta situación, el siguiente movimiento sería la aprobación por parte del Pleno de una modificación de crédito para poder afrontar el pago de los meses de noviembre y diciembre.
El gasto en las productividades se ha ido acentuando de manera gradual con el paso de los años. En este sentido, las cifras relativas a 2017 elevaron el gasto a más de 575.000 euros, lo que supuso un incremento de 75.000 euros con respecto al año anterior. Por su parte, en 2018 se abonaron en este concepto casi 600.000 euros, mientras que en 2019 el incremento fue de más de 300.000 euros, rondando la cantidad de 920.000 euros.
Para el actual actual 2020 se espera una cifra similar, pues durante los diez primeros meses se ha soportado un gasto de 783.692 euros. Sin embargo, la partida presupuestaria destinada a tal concepto prevé un gasto de 785.484 euros para todo el año. Si la media por mes asciende a los 70.000 euros, faltarían 140.000 euros correspondientes a noviembre y diciembre, pero la partida solo dispone de 1.792 euros tras el pago de octubre, lo que significa que para poder afrontar lo que resta de año serían necesarios algo más de 138.000 euros.
Por su parte, para la partida de gratificaciones extraordinarias (horas extra) se reservaba un presupuesto de 126.000 euros, una cifra que ya se ha superado en 46.000 euros, pues el gasto en fecha de octubre es de 172.000 euros. En este apartado, el gasto medio por mes asciende a los 15.000 euros, por lo que faltarían 30.000 euros para los meses de noviembre y diciembre.
Con estas cifras y para poder hacer frente al gasto de productividades y al de horas extra en los dos meses que quedan de año, la corporación municipal deberá aprobar una modificación de crédito de alrededor de 160.000 euros.
El Síndic de Comptes ya advirtió al Consistorio, en 2014, sobre la necesidad de elaborar un reglamento para regular esta partida del capítulo de personal, con la finalidad de objetivizar los criterios para conceder estas retribuciones que "no obedecen a criterios objetivos y, en muchos casos, se abonan factores fijos del puesto de trabajo", alegaba el informe.
A su vez, también declaraba que las productividades se abonaban sin atender a un reglamento, "incluso algunas de ellas sin motivación suficiente, pareciendo ser discriminatorios en relación con otros trabajadores en puestos similares o cantidades que, en apariencia, deberían abonarse como servicios extraordinarios en vez de en concepto de productividad".
Para regularizar esta situación, el equipo de gobierno de la anterior legislatura (2015-2019) presentó al pleno de julio de 2017 una propuesta de normativa, que finalmente no salió adelante porque no reunió los votos necesarios. Además, el informe de Intervención relativo señalaba que este reglamento podría "no ser el cauce legal, puesto que estaríamos ante un posible fraude de Ley, habida cuenta que las 'productividades fijas' no tiene por objeto esfuerzo, iniciativa o grado de interés con que se fundamenta la productividad".
"En El Campello no solo no hay reglamento, sino que el complemento de las productividades se ha duplicado en los dos últimos años, a pesar de contar con informes municipales que desaconsejan este incremento", apunta Pedro Mario Pardo, portavoz de Esquerra Unida. En este sentido, el concejal califica como un "derroche intolerable de dinero público" las productividades que se otorgan, además de ser "irregulares al estar desvirtuadas, porque no se están otorgando por un extra de producción, sino por encargarse de las competencias propias del puesto de trabajo". Y, además, las tilda de "envenenadas" por estar provocando el efecto contrario al de su esencia: "En lugar de ser un incentivo están desmotivando al personal municipal".
