¡Qué maravilloso ejemplo han dado esta semana Diego y Manuela! Han sido las dos primeras personas en Elche que han recibido la vacuna pfizer contra el Covid-19.
Diego Romero tiene 75 años, es murciano de nacimiento pero, como tantos vecinos de esta provincia, desarrolló su vida laboral en Elche, en concreto ha sido profesor de Física y Química del emblemático Instituto de Carrús. Cuando lo dijo no pude evitar, una vez más, sentir esa emoción y orgullo que sentimos respecto a nuestro instituto varias generaciones de ilicitanos e ilicitanas que, cuando habitábamos sus aulas, aún no sabíamos la huella que ese lugar y sus docentes dejarían en nosotras.
Diego respondía sin dudar las preguntas de los periodistas allí congregados y con la pasmosa sencillez y claridad que seguramente impregnaba sus clases, dijo que la vacuna es segura y que todas las medicinas “hasta las aspirinas, pueden presentar algún efecto secundario” y añadió “hay que poner en una balanza los beneficios frente a los inconvenientes” y tuvo también un emotivo recuerdo para “los que no han llegado a este día”.
Manuela Bernabéu fue la siguiente. ¡Aparadora tenía que ser!, Tiene 84 años y ha estado más de 50 años trabajando en una máquina dale que te dale. Con este gesto añade a su currículum otro ejemplo de esta ciudad y de las mujeres que han trabajado y aportado siempre a la economía local y la prosperidad de esta sociedad. Manuel además ha aportado a la sanidad siendo la primera mujer vacunada en Elche contra el coronavirus.
A Manuela le dio un poco de vértigo ser la primera, no tanto por la vacuna, como por la atención mediática que despertaba, pero luego, cuando comprobó cómo iba la cosa aceptó contestar las preguntas.
Dijo que “no había dolido nada” y que todo el miedo que tenía al principio se le había pasado en un instante. Diego y Manuela animaron a todo el mundo a vacunarse en cuanto llegue a cada uno su turno.
Junto a los ancianos ingresados en residencias se está vacunando también en este primer grupo al personal que los atiende. Ayer la gobernanta de la residencia de Elche fue la primera en poner el brazo de forma voluntaria. A María Teresa Muñoz le flaqueó la voz cuando recordó lo que habían vivido en los peores días de la pandemia pero enseguida se recompuso y animó a todo el mundo a mirar adelante el futuro.
Cuando una escucha a estas personas y piensa en los antivacunas, los conspiranoicos y los “crispaos” no puede evitar pensar en la complejidad de los seres humanos y lo manipulables que somos, especialmente ante amenazas como esta. Solo la información crítica, contrastada y veraz junto al sentido común puede contrarrestar los sibilinos tentáculos de oscuras maniobras con intereses ocultos, e incluso con el único interés de “enmerdar” como se dice por aquí.
Hay mucha incertidumbre, indefinición y se han cometido multitud de errores en todo el mundo respecto al Covid-19. Nos equivocamos todos desde el principio restando importancia a la gravedad de lo que inicialmente nos pareció “cosa de chinos”, dejando que el estereotipo racista no nos dejara ver el bosque.
Tenemos por delante un nuevo año con un reto común a corto plazo para todo el planeta; controlar este virus y a medio plazo, prepararnos para otros. También hay que paliar la grave situación económica que se agudiza con la tercera ola.
Vamos a ver si enfocamos los verdaderos problemas, nos dejamos de tonterías, intereses particulares y/ o partidistas, (qué fuerte lo de mandar a Illa a la campaña electoral en Cataluña en plena pandemia, no puedo evitar decirlo), y nos remangamos todos a remar en la misma dirección, cada uno con lo que le toque.
