El edificio Intempo, en una foto de archivo. Foto: RAFA MOLINA BENIDORM. La Audiencia Provincial de Alicante en su sección segunda celebró este martes el juicio oral abierto contra el antiguo administrador del edificio Intempo de Benidorm, Isidro Bononat. Las acusaciones particulares pedían cuatro años de prisión por los delitos de estafa y apropiación indebida con agravantes. El juicio ha quedado visto para sentencia después de escuchar a las partes. Una de las dos acusaciones particulares, no obstante, se ha retirado antes de comenzar, tanto de la vía penal como de la civil puesto que había recuperado las cantidades reclamadas después de interponer una demanda contra la entidad bancaria.
Como ha venido relatando Alicante Plaza, el edificio comenzó con la idea de Bononat y José Ignacio de la Serna, que adquirieron la parcela para levantar el residencial más alto de España. Lo financiaron con un crédito de Caixa Galicia y la obra comenzó en 2008, año en el que el boom del ladrillo empezaba a tambalearse y el concepto de 'crisis económica' era una amenaza real. Tras años difíciles para seguir con la construcción, se viven una sucesión de hechos: la deuda se incrementa hasta los 103 millones de euros; la constructora, Olga Urbana, quiebra; y el edificio pasa a manos de Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb).
Desde entonces, los juicios sobre el residencial se han ido sucediendo, siendo los antiguos administradores partes involucradas. El empresario se enfrenta a un nuevo juicio sin el que fuera su socio y principal accionista, José Ignacio de la Serna, fallecido antes de que finalizaran los procedimientos en los tribunales.
Según ha podido saber este diario, los denunciantes firmaron un contrato de compra venta privado, es decir, no se llegó a escriturar ante notario. De este modo, le entregaron a a la empresa 117.000 y 95.000 euros como reserva del inmueble aún por construir en aquel entonces. Los hechos revelan que estos pisos nunca los llegaron a disfrutar. Unas acusaciones parecidas a las que se ha tenido que enfrentar en dos juicios anteriores por los que ya ha sido absuelto.
De este modo, en la jornada del martes declararon los arquitectos de la promoción. Por un lado, el que inició el proyecto, que manifestó que cuando terminó su vinculación al mismo, quedaría en torno a un 10 o 15% para finalizarlo, según fuentes conocedoras del procedimiento legal. Por otro lado, el profesional que le relevó, que cuando salió aseguró que estaba al 97% aproximadamente.
Bononat, defendido por el abogado penalista Francisco Regalado Rojas, quiso demostrar que sí que tuvo la intención de terminar el edificio y entregárselo a los compradores. Por ello, esgrimió un mandato de venta que respetaba los derechos y obligaciones de los futuros propietarios. Según este relato, con este documento y a través del promotor localizaron a la empresa White Pearl, un fondo chino que se interesó por adquirir el inmueble, pero que según la defensa, no terminó de fructificar porque el otro socio de Intempo se negó.
A su vez, entre otros asuntos, las mismas fuentes señalan que Bononat quiso demostrar que siempre requirió a la empresa que gestionaba los activos del residencial para que entregase avales a los distintos compradores, aunque algunos de ellos no llegaron a recibirlos.
Con todo, el juicio ha quedado visto para sentencia. Como se decía, las acusaciones pedía cuatro años de cárcel para el empresario por delito de estafa y por apropiación indebida. Además, con agravantes porque uno de los demandantes manifestaba que iba a ser su vivienda habitual. Una se ha retirado por haber recuperado el dinero, mientras que la otra ha reducido el importe reclamado por haber conseguido parte de la indemnización en la vía civil.
