ALICANTE. Las decisiones sobre el futuro del Teatro Principal de Alicante siguen en suspenso. Los tres copropietarios de la sala deben afrontar medidas tan básicas como las relacionadas con la ratificación de su programación y de sus presupuestos, o con la asignación de aportaciones para cubrir gastos de funcionamiento, con la llegada del otoño. Pero también otras cuestiones aún de mayor calado, como la ejecución de la esperada reforma del edificio con la que se aspira a renovar todas sus instalaciones: desde el patio de butacas hasta su sistema de sonorización, al margen de acometer múltiples reparaciones (como la de su cubierta para atajar filtraciones).
A priori, se había barajado la posibilidad de poder concertar una doble reunión de su junta y de su consejo a finales de este mes de septiembre. Sin embargo, esa convocatoria continúa en el aire en la medida en que no se ha producido todavía un trámite esencial: la designación de los representantes de la Conselleria de Cultura en el coliseo alicantino. Fuentes consultadas confirmaron que sin su nombramiento no se puede celebrar una reunión de copropietarios al no estar asegurada la presencia de uno de ellos: la administración autonómica, que asume un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes que gestiona el teatro desde finales de 2018.
Por lo pronto, el departamento que coordina el vicepresidente primero del Consell, Vicente Barrera (Vox), sí ha designado a sus más directos colaboradores en el organigrama de la conselleria. Así, en la secretaría autonómica de Cultura y Deporte se sitúa Paula Añó; María Eugenia Vives ejerce como subsecretaria; en la Dirección General de Cultura figura Sergio Arlandis; la Dirección General de Patrimonio Cultural, queda a cargo de Pilar Tébar; y, por último, Luis Cervera asume la Dirección General de Deporte.
Está por ver si el nombramiento de consejero del Principal recae en alguno de los tres primeros nombres de esa nueva estructura, o si se opta por algún otro cargo intermedio, en sustitución de Ximo López, el exsecretario autonómico de Cultura a finales de la pasada legislatura bajo el Consell del Botànic.
En todo caso, la ejecución de la reforma del edificio también debe salvar otra dificultad previa: el desbloqueo de los fondos asignados por la Generalitat en el momento en el que asumió un tercio de la propiedad del teatro con la condición de que se destinasen específicamente para financiar esa remodelación pendiente. El Ayuntamiento de Alicante percibió 1,5 millones de esa suma, mientras que el Sabadell (tercer copropietario) percibió los 1,5 millones restantes. Pero todavía no se han podido resolver las dudas de interpretación sobre su disponibilidad puestas de manifiesto por el departamento de Intervención sobre la disposición de esos ingresos con destino finalista, a pesar del compromiso asumido por el Sabadell de ceder su asignación en la misma cuantía en que lo haga el Ayuntamiento.
Entre tanto, lo cierto es que se dispone incluso de un anteproyecto de remodelación trazado por los técnicos de la Concejalía de Infraestructuras a partir de la inspección girada sobre el edificio. En la memoria de necesidades de ese anteproyecto, se eleva el coste de las obras por encima de los 3,5 millones.