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Raúl Verdú: "Alicante necesita más financiación privada para despuntar en el campo tecnológico"

17/09/2017 - 

ELCHE. Desde niño Raúl Verdú sorprendía a su familia porque le encantaba 'cacharrear' con los aparatos electrónicos que caían en sus manos. Sus regalos de Reyes más preciados eran mecanos y legos para construir sus sueños. Un providencial encuentro en la biblioteca de la Universidad Miguel Hernández con Raúl Torres, otro enamorado de la carrera espacial, cambió sus vidas. De lanzar maquetas de cohetes en el Camp d’Elx los fines de semana han pasado a competir y colaborar con las grandes firmas aeroespaciales del mundo desde que en 2011 fundaron PLD Space. El reloj digital que domina las nuevas instalaciones de la firma marca la cuenta atrás para el momento de la verdad: el primer lanzamiento de un cohete propulsado con tecnología desarrollada por esta firma ilicitana con proyección mundial dentro de algo más de 18 meses. La velocidad a la que crece su prestigio es vertiginosa, la empresa ya figura entre las 10 startup españolas más relevantes de 2017 junto con compañías como Wallapop o Waynabox, según la plataforma StartupXplore.

-¿Cuál es el germen que da origen a esta empresa aeronáutica?

-Los orígenes de esta empresa se remontan al periodo 2008-2009, unos años en los que en las escuelas tecnológicas universitarias nacionales, sobre todo en las vinculadas a la aeronáutica, había una especial inquietud por el desarrollo de proyectos vinculados a la cohetería y a la producción de motores para cohetes. Por aquellas fechas se pusieron en marcha algunas asociaciones que fomentaban la cohetería amateur. Los aficionados a estas materias, que al principio éramos muy pocos, al salir de clase y los fines de semana nos dedicábamos a fabricar cohetes de modelismo, básicamente porque era divertido. Aplicábamos las enseñanzas de las aulas para fabricar pequeños cohetes.

"Lanzar el primer prototipo de nuestros cohetes costará unos 10 millones de euros, una cifra difícil de conseguir para una startup"

Cuando todavía éramos estudiantes, nuestra pasión por la carrera espacial nos llevaba a estar informados de las compañías que estaban desarrollando cohetes en todo el mundo, las novedades que se introducían en cada momento, teníamos conocimiento de todas las instituciones que desarrollaban tecnología espacial, descubrimos que en Europa, y concretamente en España, había un nicho de negocio por explotar en el mundo de los lanzadores espaciales: ofrecer servicios de lanzamiento al espacio dedicado al mundo de los pequeños satélites en Europa. La casualidad hizo que conociese en la biblioteca de la Universidad Miguel Hernández al que ahora es el CEO de nuestra empresa, Raúl Torres, empezamos a compartir nuestra pasión por los cohetes y comenzamos a disfrutar de un hobby que estaba muy vinculado a nuestros estudios y que se acabó convirtiendo en una pasión por nuestra profesión.

-¿Cómo desarrollan esta iniciativa en un territorio sin tradición en este tipo de industria?

-Nuestra compañía ya nació internacionalizada. Que estemos en Elche es fruto de que es un lugar ideal para emprender y para montar un negocio industrial, porque es la séptima ciudad más industrializada del país, hay un tejido empresarial espectacular, y contamos en el entorno con una serie de empresas auxiliares que trabajan con calidad y profesionalidad, tenemos buenas comunicaciones y hay servicios de logística modernos. También ha sido importante en nuestro desarrollo el papel del Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández y el equipo que lo dirige, que realiza un trabajo extraordinario fomentando las vocaciones empresariales que tienen la oportunidad de desarrollarse en el vivero de empresas. Estando allí tienes a tu disposición todo el apoyo de la estructura de la universidad. Este es el caldo de cultivo ideal para que progresen iniciativas como la nuestra. Además, hemos tenido el apoyo de instituciones como el Ayuntamiento de Elche, que nos ha dado todas las facilidades posibles para que estemos aquí.

-¿Cómo ha accedido a un negocio tan complejo y especializado, dominado por las multinacionales, una empresa sin experiencia?

-Nosotros tuvimos muy claro nuestro nicho de mercado desde el primer momento. En la cadena de valor de la producción espacial hay dos industrias bien diferenciadas: la institucional, que aglutina todo lo que tiene que ver con proyectos de I+D y tecnológicos para agencias espaciales o para administraciones; y el mercado comercial. Nuestro fuerte es el segundo mercado, que es en el que nos estamos posicionando, aunque una pequeña parte de nuestra facturación la conseguimos con actuaciones para la Agencia Espacial Europea, para la Comisión Europea, para la Agencia Espacial de Alemania, o incluso el Gobierno de España, entre otros.

Para nuestra empresa es más interesante el sector privado porque creemos que lo importante en el espacio es la explotación de los datos que se obtienen en él o las comunicaciones que se pueden desarrollar. Por ejemplo, para que tengamos la predicción meteorológica todas las mañanas tiene que haber empresas que fabriquen los compontes de un satélite, otra que ensamble las piezas, una distinta que lo lance, y después hay que contar con compañías que operen con satélites en el espacio, con las que se dedican a gestionar los datos y otra que los venda (una fotografía, una predicción meteorológica, ancho de banda...). En todo ese proceso PLD Space se sitúa en el lanzamiento. Por ello estamos desarrollando una familia de lanzadores para dar servicios muy especializados en este campo, y dentro de él apostamos por los microlanzadores para lanzar satélites pequeños, de los que apenas hay ejemplos en el mercado, porque la tecnología permite fabricar satélites que caben en la palma de mi mano, pero no hay un cohete para lanzarlo, y por tanto tienen que volar como cargas de pago secundarias en los cohetes gigantes.

"El Parque Científico de la UMH es el caldo de cultivo ideal para que progresen ideas como la nuestra"

-¿Hay en el entorno talento y tecnología suficiente para abordar un proyecto de esta envergadura?

-Una de las claves de nuestro proyecto es la capacidad que tenemos para atraer talento generando ilusión. La gente que se ha incorporado a nuestro equipo está aquí porque le hace ilusión formar parte de él, participar con nosotros en este programa de carrera espacial. Quienes han apostado por nuestra empresa desde luego no lo han hecho por la remuneración económica ni por otro factor material. Sólo la motivación de estar en un proyecto tan novedoso y apasionante como éste puede hacer que personas con una larga trayectoria en agencias espaciales deje ese puesto de trabajo para sumarse a nuestra iniciativa. Los perfiles más inquietos de las grandes compañías están apostando por PLD porque es una oportunidad única de trabajar desde cero en un programa de carrera espacial, lo que nos permite contar con profesionales muy cualificados de distintas partes del mundo. En nuestro trabajo de hoy ponemos la misma ilusión y motivación que cuando los fines de semana íbamos al Camp d’Elx a lanzar nuestros primeros cohetes.

Con respecto a la tecnología, me gustaría destacar que en España tenemos un cuerpo de ingenieros excepcionales muy valorados y demandados en la esfera internacional. No tienen nada que envidiar a los técnicos de Estados Unidos o Alemania, estamos a su nivel, o incluso por encima. Con ese talento, si consigues la financiación necesaria eres capaz de desarrollar casi lo que te propongas. El único límite para desarrollar tecnología es el financiero. Uno de nuestros grandes hitos de valor es que hemos desarrollado el único motor cohete de combustible líquido reutilizable que hay en toda Europa. España tiene una tecnología que sólo se puede encontrar en otras catorce naciones de todo el mundo gracias a nuestra labor investigadora en este campo.

-¿Qué recorrido queda todavía por acometer para realizar el primer lanzamiento dentro de algo más de 18 meses?

-Aunque el resultado de este proyecto será excepcional, el proceso de gestión es similar al de cualquier otra iniciativa de ingeniería. Aquí desde que ponemos en marcha una iniciativa hasta que la probamos en el aeropuerto de Teruel, que es donde tenemos las instalaciones de lanzamiento, pasan unos dos años, aunque el ensayo más largo que hemos realizado hasta ahora ha durado 20 segundos. Es un gran esfuerzo que hay que medir con rigurosidad y excelencia para que el resultado sea el esperado y la tecnología acabe funcionando.

-¿El proyecto en estos momentos va cumpliendo sus plazos y sus objetivos?

-De momento sí. Tocamos madera.

"Nuestra compañía ya nació internacionalizada. Que estemos en Elche es una cuestión fruto de que es un lugar ideal para emprender"

-¿Piensa que, siguiendo su estela, nacerán empresas tecnológicas o aeroespaciales vinculadas a la suya?

-No sabría decirle. Sólo puedo afirmar que hemos generado ilusión en el ámbito local. En los últimos años han surgido varias startup excepcionales en la provincia que hace que la gente tenga ilusión por generar nuevos negocios. Entre estas empresas sorprendentes está PLD Space, puesto que nuestro ejemplo permite que la gente pierda el miedo a emprender, ya que nos ven a nosotros intentando hacer un cohete espacial, que suena como lo más difícil del mundo y que hasta hace poco parecía que sólo lo podía hacer la NASA. Estoy convencido de que mucha gente se anima a invertir por el positivismo que aportan proyectos como el nuestro, el caso de Hawkers, de Mondraker o Pikolinos. Es obvio que algunas de las empresas que hoy tienen una gran proyección y prestigio internacional nacieron de un taller en un garaje del campo. Yo diría que en Elche somos muy emprendedores, nos corre por la sangre.

-¿Cómo financian el proyecto?

-Para mí la clave es ir a solicitar financiación a todas las fuentes y luego sondear con cuál tienes más éxito. Nosotros nos hemos tenido que convertir casi en expertos en conseguir financiación, es una parte muy importante en nuestra compañía porque necesitamos mucho dinero para desarrollar un primer prototipo. Lanzar el primer prototipo de nuestros cohetes costará unos 10 millones de euros, una cifra difícil de conseguir para una startup española. Nuestro proyecto ha tenido especial éxito en dos mercados, inversores industriales, empresarios que dedican parte de su riqueza a diversificar su participación en negocios. Uno de nuestros socios, GMV, es una multinacional con base en Tres Cantos (Madrid) y tiene sedes en todo el mundo, que entienden perfectamente nuestro negocio y en el pasado ejercicio decidieron apostar económicamente por nosotros.

"PLD Space, Hawkers o mondraker son ejemplos para que la gente pierda el miedo a emprender"

La otra pata de la financiación está en las instituciones. Por suerte nosotros no hemos tenido problemas para conseguir dinero tanto del ámbito regional, nacional como europeo. Para que confíen en ti tienes que hacer un buen trabajo. Nosotros somos muy honestos en nuestros proyectos y no proponemos nada que de verdad no seamos capaces de ejecutar, porque luego la realidad de los proyectos es que las cosas pueden salir mal, se retrasan o cuestan más de lo que pensabas. Mi experiencia es que tienes que ser muy razonable ofertando porque luego tienes que cumplir, y si lo consigues te llevas proyectos porque al final los resultados van a revertir en la sociedad.

-¿La empresa ha tenido algún momento realmente crítico?

-Este proyecto es tan emocionante que cada día hay una crisis que salvar. No hay un día que nos aburramos, siempre hay un fuego que apagar, todas las semanas debemos tomar decisiones críticas. Tenemos la suerte de contar con un gran equipo en el que depositar toda la confianza, que está todos los días tomando decisiones críticas de manera autónoma. Si todo tiene que centralizarse en la alta dirección, se genera un cuello de botella que ralentiza la gestión.

-¿Para qué va servir a la sociedad lo que están haciendo?

-Yo creo que a la sociedad le aportamos lo que puede sumar una nueva industria tecnológica, que en nuestro país no tiene tradición en el ámbito de los lanzadores. Aunque no tenga demasiada difusión España es una potencia en el sector espacial y cuenta con empresas como GMV, SENER, HispaSAT,…  nuestro sector tiene una tradición creciente desde que se constituyó la Agencia Espacial Europea. Lo que no teníamos eran motores ni cohetes propios. En el ámbito local, que nosotros tengamos éxito significará que el tejido industrial tecnológico de la zona crecerá en puestos de trabajo, en compañías pagando impuestos que luego revierten en la sociedad.

-¿Cuál es su visión de la provincia?

-Nosotros estamos muy orgullosos de estar en esta provincia. A lo largo de nuestra corta existencia hemos tenido muchas y jugosas ofertas para trasladarnos, pero nos hemos mantenido fieles al lugar que nos ha visto crecer en esas fases embrionarias, que es el parque científico de la UMH. Para que la provincia despunte en el ámbito tecnológico lo que verdaderamente hace falta es más financiación privada. En realidad la única cuestión que nos diferencia de entornos como Silicon Valley en California o Palo Alto en San Francisco, es la aversión al riesgo del empresario de la zona que tiene riqueza. Cuesta mucho que un empresario local invierta en un proyecto como éste, no porque no lo vean, sino porque no tienen la tradición de invertir en proyectos de alto riesgo y alto valor añadido. Seguramente porque hasta ahora no ha habido un caso de éxito en nuestra provincia. Quizá las excepciones somos nosotros y la gran ronda de inversión de Hawkers. Estamos muy contentos porque empresarios ilicitanos y de la provincia participan en nuestro capital, quizá todavía son pocos no por falta de capital, quizá por falta de tradición y porque en sus estrategias, a día de hoy, no piensan en empresas tecnológicas como sí hacen los empresarios de California, y eso es un tema cultural. Estoy convencido de que es cuestión de tiempo.

-¿Cómo ve Elche?

-Soy ilicitano de toda la vida. Para mí es un orgullo desarrollarme aquí en lo personal y en lo profesional. Una compañía como la nuestra podría ubicarse en cualquier parte del mundo, pero hemos decidido crecer aquí, porque todo lo que encontramos son ventajas.

-¿Qué importancia le conceden a la marca?

-En el mundo en el que estamos la marca es lo más importante. Mi abuela me decía que "no sólo hay que ser bueno, sino parecerlo", y esto que parece una tontería, es súper importante en el mundo de los negocios. Somos conscientes del valor de tener una marca bien posicionada y estamos realizando las acciones e inversiones necesarias en ese campo, porque somos muy buenos desarrollando tecnología, pero también hay que saber venderla y para ello la marca y el marketing son fundamentales.

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