Xicu Costa, de Caixabank, y Carlos Baño, de la Cámara, tras firmar la renovación del convenioALICANTE. La provincia de Alicante afronta 2023 con su economía prácticamente en el mismo punto que estaba cuando irrumpió la pandemia en 2020. Pese a las turbulencias de la primera mitad de 2022 y la inflación subyacente, que sigue alta, la mayoría de variables han vuelto por donde solían o están cerca de hacerlo, y el PIB creció casi un 15%, cinco puntos más que la media española. Sin embargo, las buenas noticias provienen casi en exclusiva del sector servicios, especialmente de las ramas más relacionadas con el turismo, mientras la industria crece menos que la media y la agricultura se contrae.
Así lo expuso este lunes la directora del gabinete de estudios de la Cámara de Comercio, Mari Carmen Pastor, en la presentación del informe 'Panorámica Alicante 2023', elaborado por su equipo con el respaldo de CaixaBank. La entidad financiera con sede en València, representada por su director territorial, Xicu Costa, rubricó la renovación de su acuerdo de colaboración con la Cámara que preside Carlos Baño, para seguir financiando los estudios económicos de la entidad cameral.
Según la panorámica de la Cámara, en 2023 se prevé una moderación del crecimiento en la provincia de Alicante, aunque se espera que la actividad gane pulso a lo largo del año, debido al mejor comportamiento de los precios energéticos, a la paulatina resolución de las alteraciones en las cadenas de suministros globales y a la mayor ejecución de los fondos del Programa NGEU. En este sentido, la inflación general tenderá a moderarse gradualmente, aunque los precios de los alimentos y la inflación subyacente permanecerán en niveles elevados.
La elevada inflación y el encarecimiento del crédito bancario tendrán un efecto negativo sobre el consumo privado, que también se verá frenado por la desaceleración del ritmo de creación de empleo, según las previsiones de la Cámara. El endurecimiento de las condiciones de financiación y las perspectivas de un menor crecimiento en 2023 podrían restar dinamismo a la inversión empresarial, aunque ésta se verá impulsada por la mejora de los factores que han limitado la actividad económica y por la ejecución de los proyectos vinculados a los fondos europeos. Por su parte, la actividad turística seguirá actuando como soporte de la economía, aunque los flujos pueden verse afectados por el menor crecimiento esperado de nuestros principales mercados emisores y por el efecto del aumento de la inflación en la capacidad de gasto de los turistas.
Precisamente el turismo se ha revelado en 2022 como el auténtico punto fuerte de la economía alicantina, de forma aún más acusada que antes del covid. Las ramas del sector servicios relacionadas con el turismo son de lejos las que más han crecido en la línea de la recuperación, de forma muy superior a la media del sector. De esta forma, transportes, turismo y hostelería crecieron un 38% en 2022 sobre 2021, frente al 22,6% de España. El resto de servicios incrementó su valor añadido bruto un 9,1% (5,4% en España), y la construcción un 7,4% (3,8% en España).
En cambio, la industria, que fue la que tiró de la recuperación en el conjunto del país, creció de forma más moderada en la provincia (3,7% frente a 14,9%), lo que puede considerarse sintomático. Algunas causas son los problemas de suministros, el precio de la energía o el transporte, aunque la producción manufacturera aumentó un 2,5%, de forma no homogénea en todos los sectores. La agricultura, por su parte, fue la única que decreció en 2022 respecto al año anterior, concretamente un 1,5%, mientras en España aumentaba un 1,4%. La Cámara alerta de los problemas de suministro hídrico y la reducción de la superficie cultivada.
En el caso del turismo, el informe de la Cámara destaca algunas claves como la fuerte dependencia que todavía tiene la provincia del Reino Unido, que incluso después del Brexit sigue aportando una tercera parte de las visitas (aunque menos que en 2019), o que el gasto turístico ya supera el de ese ejercicio aunque el número de turistas siga algo por debajo, como consecuencia del incremento de precios y de que las estancias en alojamientos no hoteleros se han alargado. En general, el sector se mueve en niveles muy similares a la prepandemia, y en algunos mercados incluso los ha superado (sigue por debajo en Reino Unido o Alemania).
En 2022, el empleo siguió creciendo a un fuerte ritmo: 708.552 afiliados a la Seguridad Social, 25.211 más que en 2021 y 44.300 más que en 2019. A pesar del aumento de la ocupación, la tasa de paro se mantiene en niveles elevados (15,2%), aunque ligeramente inferiores al nivel previo a la pandemia (15,7%). El consumo de los hogares perdió impulso en la segunda mitad del año, debido a la pérdida de poder adquisitivo de los hogares. La desaceleración fue mayor en la compra de bienes, que en servicios.
El mercado inmobiliario registró un fuerte crecimiento. Las compraventas de viviendas alcanzaron el valor más alto desde 2007, sin embargo, el fuerte aumento de los costes de construcción y la escasez de algunos materiales limita la oferta de vivienda nueva que crece a un ritmo muy lento. Este desajuste provocó un repunte de los precios de la vivienda.
Las exportaciones alicantinas superaron los 7.000 millones de euros. Todos los sectores incrementaron sus ventas al exterior, excepto los de automoción y juguete. El 62% de la exportación provincial se dirigió a la Unión Europea-27 y mayoritariamente a la zona euro, mercado que concentró algo más de la mitad de las ventas exteriores de la provincia. En el mercado extracomunitario, los mayores crecimientos se produjeron en las ventas a Estados Unidos, Reino Unido y América Latina.
