ALICANTE. La oferta de hospedaje vuelve a crecer en Alicante con la implantación de un modelo de alojamiento hasta ahora prácticamente inédito en la ciudad y que comienza a expandirse ahora, combinando otro rasgo distintivo particular: su instalación en bajos de edificios, que habían tenido un uso administrativo o residencial previo. Se trata de la puesta en marcha de hostels -una revisión del concepto tradicional de albergue, pero provisto de mayores servicios- en los que se ofertan habitaciones para grupos, o de uso compartido con terceras personas, con la singularidad de disponer de estancias de uso común. Entre ellos, zonas de esparcimiento, espacios habilitados como área de comedor o incluso con la posibilidad de hacer uso de una cocina. A ello se añade la disposición de ropa de cama o toallas.
Dos de esos establecimientos de reciente aterrizaje se ubican en el barrio de Campoamor y en el entorno de la Plaza de Galicia, por ejemplo. El primero de ellos abrió sus puertas hace cerca de un año en la calle General Pintos -una vía situada entre las avenidas de Alcoy y de Novelda- en la que se dispone de cinco habitaciones (una de ellas, reservada de forma exclusiva para público femenino) que se distribuyen en planta baja y que ofrecen distintas capacidades, al disponer de 6, 3, 2, 4 y 8 literas. Se trata de Vad! Hostel, un negocio familiar que tomó como punto de partida un bajo de uso residencial, en el que se practicó una profunda reforma para adaptarlo a su nuevo uso.
Desde entonces, se ha convertido en un espacio frecuentado sobre todo por público joven, al plantear una propuesta de alojamiento a precios asequibles, que ha recibido un primer reconocimiento por parte de la asociación Hostel World al mejor nuevo hostel en Europa inaugurado en 2024, además de un reconocimiento con la mejor calificación de la categoría en el portal especializado en la búsqueda de alojamientos Booking.com, según precisaron representantes del negocio.
El segundo de ellos se ubica entre la calle Eusebio Sempere y la calle Ourense. Se trata del Hostel Dos Estaciones, que prevé abrir sus puertas al público en el plazo de dos semanas, según sus titulares. En esta ocasión, ese espacio dedicado al alojamiento temporal se sitúa en un bajo en el que se ubicaba la sede administrativa de una empresa del sector de la informática, que también ha sido reformado para convertirse en un hostel.
Hostel Dos estaciones dispone de tres únicas estancias, aunque provistas de gran capacidad al ofrecer 16, 14 y 20 camas respectivamente, además de otras dependencias destinadas a un uso compartido como área de descanso, sala de estar, zona de comedor o la cocina.
La puesta en funcionamiento de esos nuevos servicios de hospedaje está amparada en las normas que desarrollan el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la limitación de que el uso de posibles plantas de sótano que puedan tener asociadas no se destinen a prestar servicios de hospedaje.
Esas estancias, en todo caso, deben quedar reservadas para servicios vinculados a la actividad que se desempeñe en la planta baja, como la ubicación de una lavandería o de zona de custodia de equipajes, en el caso de establecimientos dedicados al alojamiento, como quedó regulado en la modificación puntual número 49 del PGOU, aprobada en febrero, por la que se permitía el uso terciario de la primera planta sótano en las parcelas con frente a un eje comercial.