ALICANTE. Pocas veces había contado Alicante con tantas nominaciones a los Goya como en esta edición. Javier Marco, el cineasta revelación que el año pasado se hacía con el codiciado premio de la Academia de Cine por su cortometraje A la cara, tenía esta vez hasta tres posibilidades con las que anhelaba revalidad el éxito anterior.
Además de aspirar a la mejor dirección novel por su primer largometraje, Josefina, también podía conquistar con su ópera prima el galardón al mejor montaje, una tarea de Miguel Doblado, así como el premio a la mejor actriz protagonista, interpretada por Emma Suárez. Sin embargo, ninguno de ellos cayó del lado del alicantino.
La mejor dirección novel recayó en Clara Roquet, por Libertad, mientras que el premio al mejor montaje fue para Vanessa Marimbert, por El buen patrón, y el reconocimiento a la mejor actriz protagonista resultó ser para Blanca Portillo, por Maixabel. Una durísima competencia que no hizo posible traer hasta la terreta uno de esos cabezones que se han repartido desde el Palau de Les Arts de València.
No pudo ser. Sin embargo, la meteórica trayectoria del cineasta deja una importante huella en la historia del cine español, sobre todo por su trayectoria en estos dos últimos años, y deja ver un prometedor camino que, con toda probabilidad, tendrá recompensa en el futuro.
Lo mismo sucedió con la actriz Sonia Almarcha, que vio como el Goya a la mejor actriz de reparto iba a parar a manos de Nora Navas por su interpretación en Libertad. La actriz alicantina, natural de Pinoso, aspiraba a este galardón que podría haber reconocido su larga carrera de fondo como actriz secundaria. Una tarea en la que es conocida por su trabajo en películas como La soledad, dirigida por Jaime Rosales, además de en series como El Ministerio del Tiempo, Vis a vis y Amar es para siempre.
Con todo, la nominación ya de por sí reconoce su gran papel como Adela, la mujer del protagonista de El buen patrón, que es interpretado por Javier Bardem, quien sí se hizo con el premio al mejor actor protagonista en este filme.
Josefina, una historia que habla sobre Juan, un funcionario de prisiones que finge tener una hija llamada Josefina dentro de la cárcel para acercarse a Berta, la madre de uno de los presos. Tal y como relata en una entrevista para la revista Plaza, el director tuvo la idea de hacer la película en el año 2015, un día que se subió a un autobús junto a su pareja, la guionista Belén Sánchez-Arévalo, y que ambos compartieron viaje con los familiares de los presos del centro penitenciario de Soto del Real.
En ese viaje nació el personaje de Josefina, quien da nombre a la película, mientras que el otro protagonista se inspira en los detalles que les explicó un amigo funcionario de prisiones: “Es la historia de un amor tardío, la historia de la soledad de dos personas con carencias emocionales, la historia de una familia rota. Sus protagonistas tienen vidas familiares atípicas y es su encuentro el que los completa como personas”, concreta Marco.