ALTEA. La Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio ha anunciado la licitación de la concesión demanial para la adecuación y explotación de la instalación náutico-deportiva del puerto deportivo La Galera, situado en Altea. Se trata de un enclave importante, donde Rover Infraestructuras SL solicitó hace un año precisamente hacerse con este derecho ya que se sitúa frente a su proyecto de resort de lujo residencial y hotelero en Portosenso. Según explican fuentes municipales, la autorización anterior habría terminado recientemente, por lo que sale de nuevo a licitación.
El plazo por el que se estima la explotación es de 50 años, tal y como recoge la resolución publicada este martes, pero firmada el pasado 10 de octubre por el director general de Costas, Puertos y Aeropuertos, Vicente Martínez Mus.
Se hace a través de una tramitación ordinaria de pública concurrencia. Las ofertas que presenten los interesados tendrán que superar los 25.000 euros anuales sin IVA que se establece como tipo de salida de la tasa. Además, se pide una garantía del 5% y solvencia económica y financiera, además de solvencia técnica y profesional. Según los datos de los que dispone la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, a día de hoy cuenta con 142 amarres y una eslora máxima de ocho metros.
Rover tiene ahora una oportunidad perfecta para continuar con su plan, después de que haya pasado un año desde que solicitaran la concesión demanial desde la mercantil. Como es sabido, la compañía cuenta con un terreno en la zona en la que llevan años esperando a tener un marco legal que permita su ejecución. Esto también estaría a punto de dar pasos hacia adelante, ya que el primer escollo era la aprobación del Plan General Estructural de Altea, al que el pleno ha dado luz verde hace una semana y ya solo quedaría el visto bueno de Conselleria.
Todo ello pendiente de si el proyecto inmobiliario no sufre modificaciones con las nuevas consideraciones urbanísticas. Hay que tener en cuenta que se ideó en plena burbuja inmobiliaria, cuando se vendía la construcción de 300 viviendas, un hotel de cinco estrellas y la ampliación de 100 amarres para el puerto. Un proyecto pendiente de encaje en la nueva carta urbanística del municipio.
