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sus biografía y su ética han generado una conexión especial más allá de su círculo cercano

Mausoleo: un grupo convertido en refugio

26/04/2023 - 

VALÈNCIA. Discos Oldies estaba abarrotado. La gente, dispuesta como sardinas en lata y con un calor sofocante, estaba en silencio sepulcral (a excepción de algún chasquido de cerveza abriéndose) para escuchar las entrañas de Refugio Transitorio, el último EP de la banda valenciana Mausoleo. Ahí estaban Andrés, Xus y Mikel, acompañados de María Gea (que realizó el diseño del disco). Solos ante la intimidad desvelada. Un momento de intensidad, otro de los que ser recordados en estos años de la banda.

Mausoleo se han convertido, girando por todo el Estado, en una de las voces más representativas de la escena underground valenciana. Una bandera que llevan con mucha responsabilidad y nada de soberbia. El trabajo se ha hecho poco a poco, y lo que ha pasado es que se ha ido generando alrededor de ellos, un refugio en el que el propio, su público y la escena, se sienten reconocidos.

Su refugio

Refugio Transitorio se compone tras Absolución, publicado en plena pandemia. Es un momento vital, por distintas razones, frágil para cada uno de los ellos. Y el grupo se convierte en una vía de  escape, en un territorio seguro, en un grupo-refugio. “Está claro que en estas canciones nos abrimos mucho más, aunque lo hagamos entre líneas. Quién nos conozca bien, sabrá que hay más allá de la primera escucha”, confiesa Xus Arcas.

El refugio levantado empezó en 2019, con la publicación de su primer EP, Extraño. “No ha sido algo que estuviera desde el principio. Todo lo que se tiene que construir necesita tiempo. Nosotros hemos ido construyendo las paredes de este refugio a base de conocernos y pasar tiempo juntos”, explica Mikel Cabanes. “Ha habido un momento en el que, dada las vidas que llevamos, nos ha salvado claramente de petar en nuestras vidas. También nos ha servido para tocar tierra”, añade Arcas.

En el sonido también se lleva nota precisamente un cambio a melodías “más agresivas y menos melancólicas”, además de atreverse con temas más largos y a ser menos catárticos (es decir, no apostarlo todo al final de la canción). Este camino es de largo recorrido y el siguiente paso ha sido incluir en su setlist un tema instrumental de cinco minutos.

¿Hasta dónde puede atravesar el contexto personal (en este caso, principalmente, la precariedad) el proceso artístico sin tampoco inundarlo? “En nosotros no influye tanto la música que escuchamos en el momento, que también, sino el sentimiento con el que lo empezamos. Algunas canciones las recuerdo componer cuando trabajaba de repartidor, cuando tenía ansiedad, y lo canalizaba a través de las canciones. Hay temas que toco en directo, tiempo después, y me llevan directamente a momentos concretos de mi vida, al sentimiento con el que salieron aquellos temas… Y de alguna manera, purgas ese recuerdo”, desarrolla Xus Arcas.

También los ensayos son un momento para el refugio. “Ya no quedamos para tocar tres veces de golpe todo el setlist porque ya nos lo sabemos. Ahora ensayamos también para vernos después de una semana sin vernos. El sonido de Mausoleo ya está hecho, pero la personalidad y la identidad de un grupo tienen que salir también, desde otro lugar”, dice Cabanes. La música también cambia vidas poniendo a personas en ellas.

Un refugio para el público

Lo que el grupo irradia también lo recibe el público. Los conciertos son, a veces, una prueba del algodón de cómo es el grupo y sobre qué construyen sus canciones. Mausoleo la pasan de sobra. 

“Mausoleo es uno de esos grupos imprescindibles de la escena valenciana, no sólo por la emoción que desprenden sus canciones, sino porque en sus directos, además de ser brutales, una se siente como en casa y hay una familiaridad que no se ve en todos los bolos. Es uno de los grupos de siempre pero que nunca deja de sorprender”. Son palabras de Irene Roselló, que ha asistido a varios conciertos de la banda.

En València, la parroquia itinerante del post-punk bien conoce lo que ocurre con Mausoleo. Visceras, rabia y camaradería. “Es verdad que ocurre algo especial. Yo creo que la historio de uno mismo se una a nuestra vida a través de las letras. Una persona nos decía el otro día que le flipaba la energía que había entre nosotros y que, durante el concierto, estaba emocionado a la vez que furioso. Creo que esa conexión es posible porque apelamos directamente a los sentimientos. Y eso ocurre especialmente en València”, resalta Mikel Cabanes.

Preguntada por el por qué siente que es un grupo-refugio, Roselló añade: “Para mí es un grupo refugio porque les veo un grupo real. Con sus letras y melodías transmiten muchísimo y llegan a la persona que les escucha. Crean sinergias con otras bandas y en lo referente al público, hacen que en sus conciertos se esté a gusto, haya ganas de bailar, participar y pasárselo bien”.

Un refugio para la escena

En 2019, Culturplaza titulaba: Ahora sí: València tiene escena musical y relevo generacional. Pasados los años y cambiado mucho el contexto, sí se ha asentado esta tendencia, que en realidad es la cristalización de muchas personas y muchos proyectos que han sabido recoger el boom creativo (y especialmente musical) que ha vivido la València underground en la última década.

Los tres miembros de Mausoleo llevan viviendo la escena desde muy jóvenes y vienen de otros proyectos musical, al igual que tienen bandas paralelas. Y el cariño y la ayuda que recibieron de tanta gente desde el principio, ellos la tienen con las bandas que llegan ahora detrás de ellos.

Semana Santa se dirigían a ellos como “los papás” de su proyecto, ya que fueron un trampolín importantísimo al principio para ellos. “Hay sido importantísimos para nosotros. Nos hablaron, nos dijeron que les flipábamos, y enseguida organizamos uno de nuestros primeros conciertos con ellos. Sin tener exactamente el mismo sonido, han cuidado de nosotros”, explicaban en una entrevista reciente con este diario a partir del lanzamiento de su primer disco, Autodefensa.

“Tener ese papel nos halaga, en cierta manera. Pero a la vez a mí se me hace raro. Es inevitable ese rol en la escena: todos aprendemos de nuestros referentes y nos influenciamos entre nosotros. Si pienso que somos eso que han sido para nosotros tantas personas de otros grupos, sellos o espacios, no puedo hacer otra cosa que sonreír. Pero tener esta responsabilidad no nos hace ni sentirnos superiores a nadie ni elevarnos a ninguna categoría”, sintetiza Xus Arcas.

El refugio de Mausoleo se despliega este sábado en Spook, compartiendo escenario con La Plata, otro grupo-refugio para mucha gente de la escena valenciana.

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