ALICANTE. La firma alicantina de moda urbana para hombres Trendsplant se ha caracterizado durante los últimos meses por adaptar su actividad a la pandemia al tiempo que hacía gala de sus valores fundacionales, con el respeto a la naturaleza y la sostenibilidad por bandera. Primero suspendió los envíos (aunque seguía admitiendo pedidos online) para no exponer a los repartidores; luego reorientó la producción hacia las mascarillas de diseño reutilizables al constatar que la 'prenda' nos iba a acompañar durante varios meses. Y ahora, ha empezado a fabricar una nueva gama que al tiempo que protege del coronavirus contribuye a limpiar el mar.
Las nuevas mascarillas de Trendsplant, que no renuncian al diseño (la colección ha sido creada por Antonyo Marest, como contó este periódico) están hechas de fibra Seaqual, producida en España con plástico reciclado procedente de desechos marinos recuperados del Mar Mediterráneo, la zona del océano Atlántico cercana a África y los mares alrededor de Indonesia. Concretamente, de las botellas PET que en muchas ocasiones acaban en el fondo de nuestros mares.
El proceso de producción de esta fibra comienza seleccionando plástico del mar para obtener trozos o pellets de PET (polietilentereftalato). Con la ayuda de pescadores locales (que aprovechan sus salidas a faenar) y las acciones de limpieza de playas de asociaciones (de las que los empleados de la marca también son partícipes), se limpia la basura de los mares y, mediante el reciclado, se convierte el plástico en polímero Seaqual, un material que se puede transformar en productos sostenibles y funcionales. El resultado son tejidos reciclados que cumplen con todas los normas de calidad.
"Cada una de nuestras mascarillas higiénicas reutilizables supone prácticamente reciclar una botella de plástico. Si tenemos en cuenta que la vida de una mascarilla desechable es de 450 años y que las que te proponemos se pueden lavar 73 veces sin perder efectividad, la decisión que hemos tomado en Trendsplant está ayudando a que las consecuencias medioambientales para nuestro planeta se reduzcan", asegura Miguel García Arnedo, director creativo de la firma.
Toda la colección de mascarillas Seaqual, con certificado ITEL que certifica que cumplen cuanto determina la nueva normativa Europea CWA 17553 y la especificación de la UNE 0065/2020, se puede encontrar en la web de la firma y en su tienda física de Alicante, en la calle Pintor Cabrera. Los modelos reversibles de las mascarillas 'Manada' (azul marino, verde y classic) llevan estampado el logo de la marca: un elefante. Para mujer han creado el modelo 'Lunares' en gris, rosa y menta. El pack de tres tiene un precio de 30 euros y las mascarillas individuales cuestan 12 euros. El Gobierno ha dado el visto bueno a las mascarillas de tela para uso cotidiano (no hospitalario) e, incluso, ha publicado una guía para su correcta desinfección.
Luis Guillén, al frente de la operativa de Trendsplant, aclara que "aunque no podemos considerarnos una compañía totalmente sostenible, porque es un término demasiado absoluto y no nos gusta, sí trabajamos todo lo posible para, con los recursos que tenemos, ser consecuentes con lo que hacemos y cómo lo hacemos. Y, sobre todo, mantener cuidado el entorno que nos ha visto crecer: nuestro Mediterráneo".
El crecimiento exponencial de las mascarillas de un solo uso está suponiendo un gran problema para el planeta y un paso atrás en la reducción de plásticos. La lucha contra el coronavirus ha hecho que el plástico vuelva a estar muy presente en aspectos de nuestra vida donde había dejado de tener tanto protagonismo. En palabras de Enric Carrera, director del Instituto de Investigación Textil (Intexter) de la UPC, si cada español de media utiliza dos mascarillas a la semana (siendo conservadores), se generan 250 toneladas de residuos de polipropileno.
En España, sumamos varios meses con estos elementos de protección individuales usados a diario y las playas y mares empiezan a sufrir sus consecuencias, que están comenzando a ser invadidas por estos residuos. 570.000 toneladas se vertieron solo en el Mediterráneo, unas 33.800 botellas de plástico por minuto, según WWF.