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entrevista a los autores de las hogueras oficiales

Los artistas de hogueras: "En el jurado falta gente que sepa de esto, pero hay quien no sabe perder"

Pedro Espadero y Sergio Gómez son los autores de las hogueras oficiales que planta el Ayuntamiento de Alicante. No participan en el concurso, así que se sienten libres para opinar sobre el jurado, las tendencias y las relaciones entre artista y comisión

21/06/2022 - 

ALICANTE. Alicante vive estas fiestas de Fogueres como un punto de inflexión. Después de tres años paralizados, los constructores están deseando quemar sus monumentos para iniciar de nuevo el ciclo. Quemar es resurgir. Sin embargo, también temen dar pasos atrás. En esta ocasión se han mantenido unos contratos megalómanos con estándares de 2019, pero la inflación y las subidas de precios en los materiales hacen temblar a estos creadores con las fiestas que vendrán el año próximo. Pedro Espadero y Sergio Gómez, autores de las hogueras oficiales del Ayuntamiento, consideran que, paradójicamente, el monumento está dejando de ser el eje de la celebración, a pesar de su nombre, y esta situación puede agravarse todavía más. Treinta y cinco artistas agremiados se juegan el tipo con una vocación en peligro de extinción.

— ¿Cómo habéis sorteado estos dos años?

— Pedro: Ha sido duro para todos los sectores, pero especialmente para el nuestro. Lo hemos superado gracias a las ayudas públicas y préstamos de amigos y familiares. Algunas comisiones de hogueras también han colaborado en la medida de sus posibilidades.

Sergio: La línea de trabajo que introdujo la Diputación de Alicante para crear decoración navideña sirvió de ayuda para mantener abiertos los talleres. La plantà de Fallas también nos sirvió para empezar a recuperarnos.

— ¿Consideráis que las administraciones públicas han estado a la altura de las circunstancias con este tipo de iniciativas o creéis que se han quedado cortas?

— Sergio: Lo fácil sería decir que se han quedado cortas, porque obviamente cualquier ayuda es poca en esta situación, pero entendemos que es un problema global, para todo el mundo, en todos los ámbitos empresariales. Lo que teníamos claro es que nosotros no queríamos solo subvenciones, sino que queríamos trabajar.

Para recibir las ayudas a autónomos tenías que estar dado de alta, pagando la cuota aunque no trabajaras, y al final era hacer un pan como unas tortas. Por el contrario, la convocatoria pública para la decoración navideña era trabajo tanto para nosotros como para todos nuestros equipos.

Pedro: Supongo que todos habrán hecho todo lo que han podido, aunque nos pueda parecer poco. Al final hemos conseguido salir vivos, y eso es lo importante.

— ¿En qué situación queda el gremio?

— Pedro: La situación de cada uno es diferente, porque cada uno lo ha pasado de una manera y tiene un futuro diferente. Lo bueno es que parece que ningún taller va a cerrar y eso es bastante positivo. En Valencia, por ejemplo, han cerrado muchos talleres. Evidentemente, unos lo han pasado peor que otros y tienen perspectivas de trabajo distintas.

— ¿Esta situación extraordinaria ha cambiado las relaciones entre artistas y comisiones de hogueras?

— Pedro: Nosotros hemos tratado de apretar lo que hemos podido y se han generado momentos de tensión. Las comisiones han recibido subvenciones que nosotros entendíamos que debían destinarse a los artistas y ellos pensaban que no. Necesitábamos que nos ayudaran porque nosotros llevamos tres años guardando en nuestros talleres sus hogueras. De alguna manera, había que compensarlo. Al final se llegó a un acuerdo y este año ya podemos celebrarlo.

Las relaciones comisión-artista siempre han sido buenas y siempre han sido tensas. Hay momentos complicados también en el proceso de diseño o en la plantà. En este momento, han pasado tres años desde que se contrataron las últimas hogueras. Los contratos están pactados en 2019 y, de seis meses aquí, el aumento de los materiales y transportes se ha disparado. Lo que digamos se queda corto.

Viene, por supuesto, una contratación muy complicada para 2023 porque los proyectos han subido tres años en cuanto al coste de vida, sobre todo en los últimos seis meses, en los que algunas cosas se han disparado un 200%. Por el mismo dinero, incluso menos porque están bajando las colaboraciones de los sponsors de las comisiones, tendremos que poner menos material.

— ¿Serán monumentos más pequeños?

—  Sergio: El precio lo fijan ellos. Se gastarán X y nosotros tendremos que poner menos volumen. Las empresas pirotécnicas, por ejemplo, disparan un 35% menos de pólvora por el mismo dinero. Tienen el precio fijado y, obviamente, reducen el material.

Pedro: Serán monumentos más pequeños porque nosotros no podemos subir el precio. El total del proyecto nos lo da la comisión en función del presupuesto global que ellos tienen, pero tendrán que entender que esos precios del 2019 ya no son así y nosotros no podemos trabajar a pérdidas.

— El monumento efímero, eje central de la fiesta, ¿ha ido perdiendo su protagonismo e influencia a lo largo de los años?

— Pedro: La fiesta está cambiando y el monumento está dejando de ser el centro. Todavía queda gente muy defensora de la hoguera, y se lo agradecemos mucho, pero hay comisiones que la dejan en un segundo plano.

— ¿Ha sido esa la circunstancia por la que se han podido quedar fijos unos parámetros de formato y estilo muy concretos durante las últimas décadas? ¿Están las hogueras ancladas en el clasicismo o hay quien apuesta por la vanguardia?

— Sergio: Los estilos los marcan los premios. En los últimos años se han incorporado muchos artistas valencianos y, por tanto, los parámetros se han fusionado un poco. Sin embargo, no creo que tenga nada que ver con el tema económico. Al final, cada uno distribuye en su taller como quiere y hace lo que le gusta, pero sí es cierto que las modas te encaminan en una dirección y se ha perdido un poco de esa personalidad que había antes con un estilo más vanguardista. También aquellos artistas se han ido jubilando…

— ¿Y dónde está ese relevo generacional que debe coger el testigo? ¿Está el gremio en peligro de extinción? ¿Se está perdiendo la vocación o hay gente joven?

— Pedro: Yo no lo veo claro porque, si tuviera la edad de la gente joven que está en el gremio, creo que me buscaría otra cosa.

Sergio: Existe un ciclo de formación profesional, pero solo hay que ver que ahí se engloba a los decorados de cine, teatro, etcétera y, finalmente, acaban dedicándose a eso y dejando apartado el monumento.

— ¿No es compatible?

— Sergio: Sí. De hecho, es lo que estamos intentando. Es la conclusión a la que hemos llegado en la pandemia. Estábamos inmersos en la espiral Fogueres-Fallas y no nos dábamos cuenta. El parón de la pandemia nos ha hecho salir a buscar todo tipo de decoración para escaparates, festivales, exposiciones, etcétera. Ese es el objetivo. En mi caso creé una línea de figuras de decoración en pequeño formato porque mi taller es pequeño y no puedo aspirar a hacer grandes estructuras.

Pedro: Yo he tenido la suerte de poder hacer un stand que se llevó el primer premio de Fitur y, a raíz de ahí, me están entrando otros trabajos en esa línea. Eso es positivo para mí, pero también para mis compañeros, porque cuando sale un proyecto de gran envergadura, acabo recurriendo también a mis compañeros porque no puede uno solo. Por ahí va la expansión, por que nos vayan buscando más desde ese sector.

— Entonces, ¿el artista de fogueres crea o solo produce lo que le piden?

— Pedro: Al principio yo intentaba crear, pero me di cuenta de que era una tontería. Muchos compañeros han fracasado por empeñarse en hacer un estilo que le gustaba a ellos, aunque difiriese de lo que quería la comisión. Prefiero que el cliente me diga lo que quiere para no equivocarme, porque hay que comer.

— ¿Y no puede ser esa una de las causas de la escasez de vocaciones en el sector?

— Pedro: Es que además de artista eres empresario. Si te estás dando cuenta de que siguiendo una línea no te está yendo bien, habrá que cambiar de línea para seguir comiendo.

— ¿Los estilos los fija la comisión?

— Pedro: Los estilos los fijan los premios. Las comisiones lo que quieren es ganar los premios. Si te llevas el premio eres una buena hoguera, así que hay que hacer cosas en la línea de lo que pretende la comisión para llevarse el premio.
Sergio: En el caso de las infantiles hay más libertad, pero también es cierto que funcionan así las cosas. El secreto de que nosotros llevemos tantos años haciendo las hogueras oficiales del Ayuntamiento es que, además, le damos muchas vueltas para seguir haciendo cada vez algo distinto. Intentamos que la gente no se aburra, pero sabemos perfectamente lo que pide esa plaza y lo que pide el público. Por mucho que quieras variar, hay muchos cánones que seguir.

— ¿Entonces es el jurado quien fija las tendencias que se aplican?

— Pedro: Sí. Un jurado que elige el Ayuntamiento, aunque participe algún miembro del gremio. Proponemos algún nombre, pero ellos son los que eligen porque organizan ellos el concurso. Y lo importante es que haya gente que sepa valorar cómo es el proceso, no solo el resultado final, para que sepan lo que ha costado hacer una cosa u otra.

Suele pasar que hay jurados que no tienen ni idea de monumentos. Pueden ser muy buenos fotógrafos o muy buenos periodistas, muy buenos en su trabajo, pero que no han estado nunca en un taller y no saben cómo se ha hecho, así que solo pueden saber si les gusta o no les gusta, pero no lo que ha costado hacerlo.

Ojo, que eso también es muy importante, porque la fiesta de Fogueres es un arte popular, del pueblo. Ahí debe estar la señora María de la tienda de la esquina. Le tiene que gustar a la gente de la calle. De nada sirve que sea una gran obra de arte a nuestro entender si a la gente no le gusta. Hay que buscar el término medio, pero es importante que en el jurado haya gente que entienda y no se está haciendo así. También es cierto que cuesta encontrarla. Falta gente que sepa de qué va esto.

Sergio: Al final, siempre gana uno. Entonces, dejas a uno contento y a ocho enfadados. A veces no sabemos perder y por eso hay quien prefiere no participar en el jurado, porque luego les piden explicaciones. Se quedan ofendidos. Es complicado.

Pedro: Tienen que haber entrado a un taller para saber de qué va la cosa, no solo verla treinta segundos para decir que es muy bonita. Hasta la peor de las hogueras se merece un respeto por el trabajo que conlleva.

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